El poder de una canción
Hacía tanto que el autobús me ha reemplazado al coche, que casi se me había olvidado conducir cuando el viernes pasado, muy de mañana, salí hacia el trabajo. Por la tarde tenía un partido de baloncesto y fui en coche, para aprovechar a traerme las últimas cosas de mi, ya, ex-garito. Allí encontré, entre otras cosas, una vieja caja de cintas de música que solía llevar en el anterior coche y que ahora había dado por perdidas. Las miré, y vi una de Jarabe de Palo; y recordé una canción, Palo Cantamañanas, que me gustaba.
En el coche había recibido un sms que me dejó con mal sabor de boca y que se mantuvo ahí hasta bien pasada la tarde.
La cosa es que, tras pasar el partido, que en realidad fue una pachanga donde casi nadie había jugado antes, al volver a casa, recordé el sms.
Y me embriagó la tristeza. No es que hubiera muerto nadie, ni que pasara nada que a día de hoy sólo sea un mal recuerdo, pero en el momento uno se siente mal con determinadas cosas.
Y recordé la cinta. Busqué la canción y ya no me pareció tan buena. Tal vez ya no sea el mismo, tal vez, no fuese el momento. A pesar de todo, me dio por navegar adelante y atrás por la cinta, buscando nada, sólo por saber qué más habría por ella.
Y apareció. Tiempo es una palabra...
Recordé la canción nada más empezar, mientras decidía por omisión que iba a volver por autopista y gastar los últimos dos euros en intentar llegar lo más pronto posible. Recordé que me gustaba más aún que la otra, una leve llama de consuelo se atisbó en mi alma.
A mitad de canción ya estaba tarareando distraído, y para el final me encontraba bien. No me lo podía creer, hacía mucho que una canción no me afectaba tanto emocionalmente, y encima era para bien.
Muchas veces me he puesto gris a base de Joaquín o Ismael, pero esto de mejorarse a base de música es bastante raro en mí.
Más raro, si cabe, es que el sábado, de nuevo, una situación me tocó un poco las narices y a lo que volvía de nuevo a casa en el coche, la misma canción, obró el mismo milagro.
Dos veces en un fin de semana esta canción me ha levantado el ánimo de manera que pocas veces me ha pasado.
¿Será por la letra?
Tiempo es una palabra
que empieza y que se acaba
que se bebe y se termina
que corre despacio y que pasa deprisa.
Tiempo es una palabra
que se enciende y que se apaga
ni se tiene ni se atrapa
no se gira ni se para.
El tiempo no se detiene
ni se compra ni se vende
no se coge ni se agarra
se le odia o se le quiere.
Al tiempo no se le habla
ni se escucha ni se calla
pasa y nunca se repite
ni se duerme y nunca engaña.
Tiempo para entender, para jugar, para querer
tiempo para aprender, para pensar, para saber.
Un beso dura lo que dura un beso
un sueño dura lo que dura un sueño
el tiempo dura lo que dura el tiempo
curioso elemento el tiempo.
El tiempo sopla cuando sopla el viento
el tiempo ladra cuando ladra el perro
el tiempo ríe si tú estás riendo
curioso elemento el tiempo
Creo que un poco de todo, el ritmo hace feliz a un muerto (doy fe), o puede que las palabras del final (en rap, no aparecen aquí) te hagan recapacitar y seguir adelante:
...¿qué haces que no lo estás aprovechando?
El tiempo que te pertenece ya se está acabando...
El clásico Carpe Diem...
2 comentarios:
Para que luego digan que "Jarabe de palo" no emociona..jejeje. Un saludo, y veo que tras tanto tiempo, este blog conserva toda su incomodidad.
Hola,
es bueno ver que debajo de la casi inexpresiva voz del bueno de Pau Donés hay algo de vida, ¿verdad? jejejeje
Por tu comentario adivino que no es la primera vez que vienes. Gracias por repetir.
Tu apreciación acerca de la incomodidad y del tiempo (curioso elemento el tiempo) de este blog me alegra la primera hora del día.
Salu2
Publicar un comentario