La Sombra del Ángel

Esta vez toca hablar de libros. En los últimos tiempos en que este blog no se ha actualizado, he estado leyendo, como siempre, y como nunca.

Caí en un primer momento en las garras de Carlos Ruiz Zafón donde siempre. En la entrada del TopBooks, en la Gran Vía de Bilbao, apilados a la entrada, saltando sobre cualquiera que se atreviese a entrar, y mientras meditaba qué libro iba a acompañarme en cada viaje a trabajar.

La Sombra del Viento. Suelo huir de los best-sellers, por aquello de evitar seguir a la manada y como forma de autoconfirmación personal, pero esta vez me dije... qué demonios!

Y lo compré. Y lo leí. Y me encantó.

Es habitual que los libros tienen siempre una presentación, nudo y desenlace. Lo es también que un libro te lleva de un lugar a otro, dejándote llevar o haciendo que pique tanto adivinar por dónde te va a llevar que es inevitable leer el siguiente capítulo. Esos son los buenos libros.

Éste, tiene presentación, presentación, presentación y desenlace. Y es mejor.

Dice una de las críticas que es un libro en el que hasta las subtramas tienen subtramas. Y es una verdad como un templo. No quiero destripar nada de la historia, porque es suficientemente buena como para engancharte desde el principio, o no, pero sí quiero resaltar que es un libro que en lugar de llevarte, linealmente de un sitio a otro, aquí simplemente te cuenta tropecientas cosas prácticamente paralelas, de modo que en lugar de avanzar "hacia adelante", avanzas "hacia los lados", completando, con las subtramas de las subtramas una historia que se precipita hasta un muy buen final en las últimas 100 páginas. Esto puede hacer parecer que el libro está "parado", o que le falte ritmo; nada más lejos, porque no defrauda. Todo lo ancho que el autor abre ante ti acaba concentrándose en un único punto final apoteósico y sin resquicios.

Muy recomendable.

Después, para compensar la calidad con la cantidad, tuve la desgracia de perder varias semanas con la versión novelada de Sexo En Nueva York. Vaya por delante que ni he visto la serie más allá del beso lésbico de la prota con Alanis Morisette, ni la posterior película. El libro, desde luego, no me ha dado ganas de ir más allá. De hecho, desde las primeras diez páginas sabe uno si le va a gustar o no, porque la historia no engancha, si acaso, el estilo, y el estilo no me gustó.

Para destriparla un poco más, decir que hay diez millones de personajes, la mayoría ni siquiera nombrados (sin nombre, vaya...), y con miles de historias inconexas de principio a fin.

Una chufla.

Y tras él, engañé a una compañera de trabajo para que me lo cambiase por El Juego del Ángel, otro libro de Zafón, relacionado con el primero, aunque prefiero evitar la palabra "secuela". Bueno, ella sí es fan de Sex in the City, así que ganamos los dos, o tal vez deje de hablarme para siempre... veremos.

En fin, que este otro libro, me ha enganchado más si cabe que el segundo. Si tardé varias semanas en tragar las más o menos 200 páginas anteriores, las más de 600 de éste me han durado unos 9 días de viajes en tren.

La estructura es más "normal", pero con la salvedad que cada 200 páginas hay un nuevo ciclo de presentación, nudo y desenlace, lo cual hace que llegues, habiendo visto el percal antes, con toda la expectación del mundo a las últimas 100.

Y te matan.

La historia es una pasada, una sucesión de eventos más o menos previsibles, que te tientan a aventurar el siguiente fin de capítulo (algunos, realmente alucinantes), pero que casi es mejor dejarse llevar.

Una historia acojonante que esperas poder concretar con una explicación certera y sorprendente a la altura de todo el resto.

Y no.

Por suerte, otro par de compañeros habían leído el libro antes, y he podido confirmar que ese final, ni es final ni es nada. Es más, deja todo tan abierto a la interpretación del lector que todo bien ha podido ser el delirio de un febril enfermo que una invasión extraterrestre.

Así que no sé qué decir de él en global. ¿Qué se puede decir de un libro cuyo final te deja helado, frío, desilusionado, defraudado?

Al menos ha suscitado la conversación entre los lectores, que coincidimos en que no hay por donde cogerlo.

Será que a base de dejarte llevar, tal vez olvidas que debes tener tu propia teoría de lo que pasa, pero si al final no se te confirma ninguna de ellas, y ninguna se desmiente... ¿qué?