Casualidades

"En breve abrimos"

Esta frase ha pasado varias veces en los últimos tiempos de mi vida. Algunas veces vino para quedarse, otras para pasar de largo, siempre para llevar una intención hacia adelante; algunas veces de manera pública y notoria , otras a lo clandestino, siempre para aprender un pasito más que utilizar en el siguiente.

El más notorio, por la repercusión que está teniendo en nuestras vidas, fue el de Olabuh! el noviembre pasado. El primero de una serie de cambios de los que ya he hablado otras veces, y que ha dado lugar a otro, a cuenta del que viene este post.

En breve abrimos... www.olabuh.com como tienda online.

Tan breve que ya tiene fecha inamovible: el 1 de septiembre, lunes, vuelta al cole, otoño caliente y todo lo que se os ocurra. Tras un proceso que ha llevado casi 6 meses, entre idas y venidas, horas robadas al sueño (o invertidas en él, según se mire), quedadas con compañeros y sin embargo amigos, llamadas de teléfono, emails y, sobre todo, aplicar todo lo #trasteado previamente, tendremos al fin una tienda online que esperamos sirva como escaparate para empezar nuestro propio proceso de internacionalización: es decir, vender en Amorebieta y tal vez Elorrio.

La imaginación (que es infinita) es el limite, por supuesto, simplemente vamos partido a partido y aprendiendo a cada paso. No hay prisa por llegar, llegar es empezar el camino y disfrutar sufriendo mientras lo recorremos, con un futuro incierto delante y unas nubes negras a las que no queremos volver detrás; por tanto, viento en popa a toda vela y a por todas.

En el proceso disfrutamos como locos de cada pequeña victoria, ya sea en forma de "me gusta" de Facebook (casi 300, de los de verdad!), de un comentario de gratitud ante un regalo acertado (especialmente con estos), o de dejar la tienda online abierta un par de días para testeo de rendimientos y firewalls y ver que Ainhoa (a quien no conocíamos!) se ha dado de alta antes de tiempo.

Ver tus horas de trabajo devueltas de esta forma, enfrentarte a los problemas que tu únicamente causas y asumes, planeas, trabajas y acabas por resolver de manera satisfactoria, de las que te gustaría contar al mundo (y lo haces, con quien sabes que va a entenderte), y de las que ves que funcionan (gracias analytics) y que te dan pie a seguir creciendo exponencialmente sobre las herramientas que acabas de dominar para dar el siguiente paso que ni siquiera imaginabas que se podría dar... no es que no tenga precio, es que no tiene sentido de otra forma.

Y si encima los planetas se alinean y resulta que mis seis primeros meses en Ticketbis me han dado para aprender sin más tortas de las necesarias (gracias señor/a!) más cosas que aplicar, retroalimentándose ambos aspectos laborales, lindando con la resonancia, esa que tira puentes bajo soldados al paso y a la vez maximiza la energía, el impulso, el empuje, y acabas avanzando como con un Nitro detrás de otro.

Pero...

... no todo es bonito, ni apasionante, ni motivador, ni estimulante. Hay partes grises, negras, sinsabores, riesgos, incertidumbres, sorpresas, disgustos.

Todo este bonito y apasionante mundo es duro, es difícil llevarlo adelante más de un año, las subvenciones se las llevan quienes saben manejarlas profesionalmente, y casi nadie es consciente de que la historia la escriben los vencedores.

Muchos hablan de cómo se arriesgaron y ganaron, recomendando llegar a donde no llegan otros más conservadores porque ahí es donde están las verdaderas oportunidades de márgenes alucinantes. El que no arriesga no gana, dicen, y cuanto más arriesgas, más ganarás. Parecen un anuncio de apuestas deportivas. Lo que nadie dice (o al menos no tanto) es que si otros más grandes, más conservadores, diversifican sus inversiones de manera que al largo plazo la banca siempre gane, tú, que tienes una tirada (tal vez dos), te la vas a jugar a una probabilidad de éxito muy pequeña a cambio de cierto pelotazo latente por ahí. Y sí, tal vez puedas ganar (mucho o no), a cambio de sumir un riesgo (alto o sí).

Pareciera como si el apostar por uno mismo minimizase ese riesgo, un "yes, I can" del autoengaño en el que uno se hace trampas a uno mismo porque, en serio, meter horas, esfuerzo, no lo hará funcionar (mejor). Intentar sacar adelante un negocio no va a testar tu capacidad de meter horas por un tubo, de implicarte, de tener fe cuando las cosas no marchen; va de testar un modelo de negocio. Y creo que el único caso en el que ambos conceptos confluyen es un todo a cien (ahora todo a un euro) de los chinos donde el modelo se basa en tener abierto 24h al día. ¿Crees que vas a poder competir a ese nivel?

Pues no te queda otra que proponer algo diferente, con otro valor, que otros no hayan visto aún, que no te puedan copiar fácilmente (a poder ser, no sería indispensable...), que no exceda tu capacidad de inversión inicial y que no tenga un factor de riesgo especialmente alto. Nadie dijo que fuera fácil, ¿no?

¿Y si asumes el riesgo y no va bien? Hay dos corrientes en este punto, aquella que dice que hasta a Brad Pitt le dijeron que no valía, o la que dice que es de sabios rectificar... Y tampoco será fácil elegir.



¿Sólo tienes que cavar un poco más para llegar al oro o mejor te vas a cavar a otro lado? Hay maneras de medir riesgos, de calcular márgenes de beneficio, de estimar ventas diarias, etc... que al final nunca te darán como respuesta un "sí, adelante" o un "no, ni de coña", eso quedará siempre a tu interpretación o elección (recuerda, las oportunidades, dicen, está donde tú ves un "adelante" cuando el resto del mundo ve un "ni de coña").

Como veis, incertidumbre, incertidumbre everywhere.

Esa será tu compañera de viaje, más te vale que la vayas conociendo, cuando el viaje está siendo éste para muchos...

Número de bancarrotas por fecha según el INE

Mientras tanto, abriremos, como decía, el día 1 de septiembre, otra tienda online, como apuesta a ver qué tal sale, confiando en nuestro estudio de situación.