Desinflando la inflación

No soy economista. No tengo ni puta idea.

Estas dos frases no son excluyentes, como en mi caso, que se dan ambas, pero también pueden darse por separado: un economista puede no tener ni puta idea, y un no economista sí tenerla... Por dejar un poco claro el panorama en el que nos encontramos, con un 10% de inflación, tras varios meses de acumulación a un menor ritmo.

Y eso es lo jodido. No, no tanto varios meses acumulando inflación hasta llegar a un pico pocas veces visto, sino a que entre economistas (o no) y gente que no tiene ni puta idea (o sí), no hay una intersección clara a la que hacer caso. Como decía aquel viejo chiste: Pues si a mi padre el problema 1 le da 50, y al tuyo 100, es que uno de los dos no tiene ni puta idea. Y en esas estamos, sin saber si el resultado es 50 ó 100, pero sabiendo que alguien(es) no tiene(n) ni puta idea.

Yo lo que voy sacando medio en claro de todo esto es lo que intentaré desgranar a continuación. Insisto, sin ser economista, y sin tener ni puta idea.

La inflación, según la RAE, es una elevación del nivel GENERAL de precios. Así pues, por definición, no puede haber inflación si no hay elevación, ni si no es general... bueno, y si no hay precios, si hay elevación general de otra cosa, no es inflación. Está claro, ¿no?

Vale, sigamos. ¿Por qué narices hay inflación entonces?

Bueno, hay quien dice que si hay mucho dinero circulando, entre la gente, por el motivo que sea, y esta gente empieza a comprar más de lo habitualmente de manera general (que no vale que suba el precio del tabaco únicamente...), el mercado, ese ente que se regula solo, hace que los precios suban. Es decir, la culpa es de la gente, que compra más de lo habitual. O de quien le dio a toda esa gente todo ese dinero para gastarlo. En todo caso, el problema, según quién, es "monetario", de que hay "demasiada moneda (dinero) circulando", y por tanto lo que hay que hacer es rebajar ese volumen de dinero para que la gente deje de comprar, en general, más de lo habitual. Así, igual que antes los precios subieron, ahora bajarán.

Yo a este argumento (que lo mismo tampoco lo he explicado bien, ¿ya dije que ni soy economista ni que no tengo ni puta idea?), le veo un agujero de guión bastante gordo: Si la gente tiene mucho dinero el precio sube (porque hay más demanda). Como si esto fuera una constante universal, a la par de c, o G.

Niego la mayor.

Asumir que si algo es escaso (por propia escasez, o por aumento de demanda), tiene invariablemente que conllevar un aumento de los precios, tiene implícito una perversa circunstancia que a la mayoría de las personas que conforman ese "mercado" les viene bastante mal. A saber: que cuando una mercancía es escasa, la manera "natural" de decidir quién podrá tener acceso a ella viene dado única y exclusivamente por tu capacidad adquisitiva.

Es decir, si 1000 personas quieren 1000 unidades de "algo" que todas ellas necesitan, podemos repartirlas a un algo por persona, a un precio determinado que cubra los costes de producción, y si queremos un margen para quien los vende.

Cuando sólo hay 10 unidades de algo para 1000 personas, las 10 personas que más paguen por ese algo se lo van a quedar, y a las 990 restantes que les den (que no les den, en realidad...). ¿Tiene sentido?

Podría entenderlo si se trata de una preferencia, de algo supérfluo, algo accesorio, de capricho, no vital, como un teléfono dorado (en lugar del resto que fueran verdes, algo así). No estás pagando más que la exclusividad de algo, pues muy bien, si te sobran los recursos para gastártelo en eso, pues tú sabrás (hay más debate aquí, pero no quiero salirme del tema).
Pero, ¿y si hablamos de comida? ¿Tendría sentido darle la poca comida existente a quien más sea capaz de pagar por ella? Incluso, llegado el caso, ¿que una única persona se quedase con toda la comida existente, para comerse parte y tirar la otra al fuego porque, simplemente, le gusta ver las cosas arder? ¿Sería en serio esto aceptable?

¿Habéis dicho que no? Entonces... ¿por qué lo aceptamos?

Si, por lo que sea, a todos nos empieza a ir un poco mejor, y podemos pagar más por lo mismo que teníamos antes, ¿por qué no producir más de eso? (hablo de necesidad, no de cosas supérfluas... pero incluso aquí podría haber debate). Es decir, si en una sociedad hasta ahora sólo el 10% de las personas podían acceder a una mercancía, y por el propio progreso de la misma (sociedad), se van consiguiendo niveles de vida mejores, donde cada persona puede acceder a un mayor poder adquisitivo poco a poco, asumimos que dichas mercancías no se van a repartir entre todas las personas que ahora sí pueden acceder a ellas, sino que van a subir de precio para que ese mismo 10% que podía antes, siga accediendo a ellas. ¿Por qué? ¿No es una espiral, un círculo vicioso, que mantiene la zanahoria ahí, delante de tus narices, pero siempre inalcanzable para la mayoría? O alcanzable para la misma minoria, que viene a ser lo mismo.

Porque, insisto, si aterrizamos esta teoría en casos prácticos podemos llegar a absurdos interesantes.

- Vacunas de Covid. Os imagináis, si en un entorno de escasez (y necesidad tal como la de sobrevivir a una pandemia global o no), aplicamos aquello de "para quien pague por ello"? Pues así se hizo, y por eso nos las quedamos todas "occidente". Pero bueno, más cerca de cada quien, en España al menos, se priorizó por la vulnerabilidad de los colectivos existentes. ¿Habríamos asumido, como sociedad, una mayor mortandad de aquellos colectivos más vulnerables (a la pandemia) sólo porque "no se lo podían permitir"? ¿Haber estudiado?

- Gasolinas varias. Os imagináis, $deity no lo quiera, la gasolina a 3€/litro, a 6€/litro, a 20€/litro? Asumiremos como sociedad, que es perfectamente normal que ante la escasez, sea tu capacidad para pagar 50€/litro para los más de 23l/100km de tu pedazo de buga(tti) y no la necesidad de desplazamiento (incluso privado)?

- Energía. Os imagináis, en otro entorno de escasez, con la energía a 1€/kWh, a 5€/kWh, que asumimos como sociedad, que la energía está bien usada en el aire acondicionado de mansiones cuya ala este está desocupada, o en mantener la temperatura del garaje del buga(tti) del apartado anterior, no vaya a ser que se le derritan las ruedas, sólo porque quien los posee, puede pagarlo?

En serio nos parece "normal", que ante un momento de escasez, quien más pueda pagar se lo quede, porque de alguna forma "se lo merece" por el simple hecho de poder pagarlo?

Entonces, si la "escasez" no se da por una bajada real de producción de algo, sino de un aumento de demanda (hay más personas que pueden permitirse pagar el precio de ese algo), ¿por qué nos parece natural?

Porque hay otras situaciones donde NO las asumimos...

- La posición en la cola del súper. ¿Os imagináis, en una calurosa tarde de verano, con ganas de llegar a casa después de hacer la compra, el supermercado asignase la posición de la cola a la hora de pagar por la cantidad de dinero que vayas a gastar? Es decir, llevas ahí 20 minutos ya, a punto de licuarte, haciéndote fuerte frente a las tentaciones de las bebidas frías de las máquinas que tan convenienente han puesto al lado de la cola para que, así de repente, alguien se pasee delante de todas las personas que llevan ahí los mismos 20 minutos (o más), para ponerse en primera posición y largarse de la misma.

¿O sí? ¿Aceptaríamos que pasase por 100€? ¿1000€? ¿Por 350.000€? 

La explicación que se me ocurre, así, sin tener ni puta idea, es que hemos asumido que las relaciones comerciales (cliente-proveedor) son más importantes que las personales. Que ante una situación de conflicto o contradicción entre unas y otras, ganan las primeras. Y que claro que si yo vendo algo y venís muchos a comprar, puedo perfectamente "elegir" a quién se lo voy a vender, a quienes más puedan pagar por ello, porque es "lo normal"... dentro de esa relación cliente-proveedor, deshumanizadora y perversa.

Y supongo que así nos va. Tratando de aprovecharnos de nuestros clientes cuando somos proveedores, y cagándonos en todo cuando somos el cliente de quien nuestros proveedores tratan, a su vez, de aprovecharse.


¡Asnos estúpidos!

Día sin Coches

Hoy es un día de esos en los que la buena voluntad hace que nos planteemos no usar el coche y probar otras alternativas de desplazamiento en aras de un mejor aprovechamiento de los combustibles, un menor derroche de energía y una mayor fluidez en el tráfico. Normalmente, se trata más de una excusa para probar qué alternativas reales tenemos ante nuestras narices y no usamos. Aunque ahora parezca increíble existió vida antes del móvil e internet, y según dicen (no está probado aún) también la hay sin coche. La cosa es dejar el coche e investigar otras opciones para ver si nos compensa y así utilizar esa alternativa en lo sucesivo. Normalmente también, no suelo llevar a cabo estas buenas intenciones (sí, qué pasa, soy una mala persona, y además, no reciclo ni nada), pero esta vez... tampoco. Y parece que no he sido el único que ha pensado que está ya muy mayor y aburguesado como para plantearse el dejar el coche aparcado todo el día (pobrecito, qué va a hacer todo el día solo, seguro que me echa de menos y todo), porque hoy me he encontrado el mayor atasco de la semana. Parece ser que no sólo la gente que habitualmente coge el coche (para Argentina y resto de Sudamérica, "toma el coche") lo ha seguido haciendo hoy, sino que algunos que no lo hacen normalmente hoy se nos han unido, formando un genial y precioso atasco. Es maravilloso, todo luces rojas de freno hasta donde alcanza la vista, parece un árbol de navidad, que se celebra todos los días a pie de asfalto.

Image hosted by Photobucket.com En fin, algo parecido...
Desde el inicio de la semana que me enteré que hoy iba a ser un día sin coches (son ganas de malgastar el papel de los carteles) sabía que iba a pasar. ¿No quieres taza? Taza y media. La verdad es que dudo mucho del éxito de estas iniciativas, llenas de buena voluntad, pero lo cierto es que cuando alguien se habitúa a una rutina diaria de llegar al trabajo es muy difícil cambiarlo. Bueno es puede deberse al acomodamiento de la gente, pero es que si encima el transporte público no te cubre tus necesidades (me niego rotundamente a utilizar tres medios de trasporte para hacer unos 10 km) o, si las cubre, las cubre de manera que tienes que llevar el codo del de al lado pegado a tu hígado, el sobaco del otro en tu oreja y alguien que no parece de tu sexo apetecido te está metiendo mano, es más difícil aún. Lo que sí que me parece mucho más interesante es el compartir coche para hacer mismos trayectos. Una gran cantidad de gente va en el coche él solo. Si cada uno de nosotros compartiera el coche con otra persona, ¡la cantidad de coches se reduciría a la mitad! Y todos llegaríamos de mucho mejor humor a nuestro cubículo laboral. Además, gastaríamos la mitad de gasolina y con lo ahorrado nos podríamos ir a alguna isla de nombre exótico (y erótico) de vacaciones el año que viene. Claro que una vez más nuestra innata tendencia al apalancamiento nos hace renegar de esta posibilidad. Tal vez sea por el hecho de depender de alguien y no tener libertad de ir y venir como te dé la gana, pero si lo pensamos un poco nos daremos cuenta de que el 80% de los días hacemos el mismo trayecto de ida y vuelta. Para los días excepcionales siempre podríamos volver a la rutina actual (que sería mejor que la de ahora, ya que raro sería que todos tuviésemos un día excepcional a la vez). Así pues, en vez de dejar el coche, usemos menos coches. Si alguien hace el trayecto desde la Universidad del País Vasco (en realidad, mejor desde la mitad de la cuesta de la uni, pero haría el esfuerzo) hasta el Parque Tecnológico de Zamudio (hablaríamos de qué edificio) y quiere compartir coche, que me avise. Yo propondría ir en un coche cada semana, por ejemplo, de modo que una semana me recogen y otra yo recojo. ¡Aprovechad, que en breve cambiaré el trayecto!

Hexágono perfecto

Hoy Aysha ha tenido su clase de guitarra semanal. Esto no sería reseñable, si no fuera porque, debido a ello, los miércoles le cuesta terminar los deberes: hoy, mate, euskera y lengua.

Repasamos las operaciones de dividir entre 10, y multiplicar por 10 (sin hacer la operación, moviendo las comas), parece todo bien, le da a enviar y, tras un par de segundos de incertidumbre, todo aparece en verde: 10/10.

- Bieeeeeeeeen!!!
- Venga, ahora euskera.

Llegada la hora de irse a la cama (21:00), está a punto de terminar euskera; hoy no leeremos las pocas páginas habituales (antes Tom Sawyer, ahora uno de esos de alguna youtuber preadolescente metida a escritora... ejem...) de antes de dormir. Le echo una mano, y rematado, quedan dos ejercicios de determinantes.

Como siempre, me pide que no me vaya (por algún motivo, le cuesta estar sola concentrada en algo) y que me quede mientras termina. Su cama parece especialmente apetecible hoy. Sin pensarlo mucho, me tumbo mientras escucho el suave deslizar del boli sobre la hoja de ejercicios.

Sin darme cuenta, dejo mi mente en blanco, mirando al techo, una vez acomodada la almohada bajo mi cabeza. Es cómoda la cama, cuándo fue la última vez que me tumbé aquí? tal vez aquella vez que nos cambiamos y dormí aquí y Aysha con Nohe, sí, creo que pudo ser esa vez. Estrella de cinco puntas, recuerdo cómo las hacía de pequeño, de un trazo y sin levantar el boli del papel, igual que esas luminiscentes que pusimos esparcidas por el techo. Me quedaron bien repartidas, las distancias entre todas ellas parecen similares, bastante complicado para haber ido con la escalera de mano poniéndolas muy a ojo, pero sí, buen trabajo, sí señor. Y esa más pequeña es la típica de seis puntas, como dos triángulos superpuestos, uno hacia arriba, con el otro hacia abajo... sí, si te fijas, lo ves claramente. Seis puntas. Sí. Si juntas las puntas, te da un hexágono perfecto, como aquellos que en su día, no siendo mucho mayor que Aysha ahora, me enseño mi padre a hacer con aquel viejo compás, el primero que tuve...

Haces una circunferencia de cualquier radio, manteniendo ese radio, eliges un punto de la circunferencia, y pinchas ahí, y haces las dos marcas que te da el lado del lápiz, donde toque la circunferencia. En esas marcas, vuelves a pinchar, y marcas. En esa nueva marca, pinchas y marcas, pinchas y marcas, pinchas y marcas. La última marca, por arte de magia, coincide con la que hiciste al principio...

Ahora, con una regla, unes todas las marcas y ahí lo tienes, un hexágono perfecto, donde todos los lados son iguales (al radio), inscrito en la circunferencia original. Voilá!

Ostras, cómo narices sabía mi padre que eso iba a pasar? Sería posible demostrar que esto iba a pasar, que necesariamente tenía que ser así? Fijo que sí...

Vuelvo a ver el patrón de la estrella de las cinco puntas, pero no, deja eso, estamos a algo serio ahora. Esto te molaba mucho en la uni, llevarte un boli y algo que demostrar a la hora de comer, escribiendo en el mantel de papel en el comedor de Lertutxe... Normalmente no llegaba al postre el ejercicio, y me llevaba el trozo de mantel para ponerlo luego a limpio en el cuaderno. Podré hacer algo similar ahora?

Vamos a ver... el truco está en que, como se mantiene el radio entre las marcas, realmente estás haciendo 6 triángulos rotando desde la primera marca, para llegar a rellenarlo todo perfectamente, y obtener el hexágono... pero por qué 6?

La circunferencia son 360º, si caben 6 triángulos es porque cada uno se lleva 360/6 = 60º... vale, pero para llegar a tener calculado ese 6, deberíamos llegar, si es que este es el camino, a través de la cuenta opuesta... es decir, por algún lado saco yo ese 60º, y como el total son 360º, 360/60 = 6, con lo que queda demostrado (que se decía entonces en la uni...).

Vale, pero de dónde saco yo que ese ángulo del triángulo son 60º? Tres estrellas de 6 puntas me miran y si no fuera imposible, diría que se están cachondeando... mira mis dos triángulos solapados, y si nos juntas las puntas aquí está ese hexágono que buscas resolver... Dejadme en paz, soy Ulises atado al mástil, no dejaré que me distraigáis, descubriré vuestro secreto, antes de que Aysha termine los dos ejercicios de lengua.

Venga, va, qué tienen esos triángulos para que tengan que ser de 60º ese ángulo en el medio? Si puedo fijarlo, ya tengo el 6...

Jo, cómo se notan las ventanas nuevas, hoy ha hecho medio calorcillo, pero aún así, aquí a primeros de marzo, y tumbado sin calcetines, y tan tranquilo.

Centra hombre! por qué tendría que tener ese triángulo el ángulo con el que van rotando esos 60º? A ver, cada uno de esos lados del vértice, son el radio de la circunferencia... y el otro? Claro! el otro... también!!!

Ya lo tengo! Cada lado es el radio, porque llega a la circunferencia, y el arco entre marca y marca, también es ese radio, porque lo hemos hecho con el compás, sin moverlo, misma distancia. Por tanto, se trata de un triángulo equilátero, los tres lados son iguales. Y qué tienen también iguales los triángulos equiláteros? Los triángulos equiláteros son también equiángulos (en la geometría en la que estamos, vamos a dejar esto así...), es decir, los ángulos también son iguales.

Y esto qué más da? Pues todo, porque si los tres ángulos son iguales, tiramos de otra típica: los ángulos de un triángulo suman 180º ;) Es decir, cada uno de esos ángulos iguales, tiene que ser, por narices, 180/3 = 60º. Y ahí tenemos el 60 que buscábamos.

Como ese ángulo central donde se pegan esos triángulos tiene que ser de 60º, en una vuelta completa de 360º, tiene que dar, por narices, 6 triángulos. Es decir, 6 lados de longitud el radio de la circunferencia, que van "avanzando" inscritos en la misma, hasta cuadrar perfectamente, como las marcas iniciales.

Ahora sí QED (Quod erat demonstrandum).

Toma! Realmente es geometría básica, simple, de esa chula que te lleva a un método para crear hexágonos perfectos, aunque no quieras, mientras Aysha termina por poner que "aquellos" es un determinante demostrativo de lejanía (o algo así, esto ha cambiado desde mis tiempos), masculino, plural.

Lavarse los dientes, echar el último pis del día, y aquí vuelve, justo cuando terminaba de cachondearme ahora yo de esa estrella de seis puntas, la primera en la que me fijé. Ahora ya me sé tu secreto...

- Aita, perdón por tardar tanto, es que hoy con guitarra y había muchos deberes...
- No pasa nada, son sólo las 21:18.
- Ala qué bien! Me has dejado la cama calentita!
- Ves qué bien?

... y esto diera para post? Hace cuánto que no cuentas algo? Tal vez demasiado para recordarlo... lo que no implica que este momento no se digno de sí ser recordado. Ea pues, dale.

P.D: El Barsa acaba de pasar a la final de la Copa del Rey... lo de este equipo este año en Copa sí que da pa serie...

Malos padres II

He oído esta frase entre los padres y madres con quienes me he tenido que relacionar en los últimos tiempos tantas veces que ya he perdido la cuenta. Prácticamente la totalidad de quienes la dicen o la escuchan están de acuerdo y no piensan siquiera en la posibilidad de que no deba ser así.

Nadie quiere que su criatura sea un/a quinqui que vaya repartiendo tortas a diestro y siniestro, claro, PERO (y aquí una vez más todo lo que va delante de un "pero" no vale para nada...) menos aún querrían que su criatura fuera víctima de cualquier tipo de "ataque". En general, en realidad, la cuestión no es tanto no hacer sufrir a nadie, sino no sufrir uno/a.

Aforismo. Dogma.


Tú no pegues, pero si te pegan, defiéndete.

Y no estoy de acuerdo. Soy mal padre. Otra vez.

Este verano Aysha ha ido (acabó ayer) a unos "campamentos" (si se le puede llamar así a una reunión de niños y niñas durante las mañanas de julio). No es que fuera una actividad nueva como tal, sino que esta vez, en lugar de reducir su universo a quienes ya conoce (aunque sea de vista) de su colegio, ha ido a unos campamentos organizados por el ayuntamiento. Así pues, se ha tenido que enfrentarse (literalmente) a niños y niñas de otras edades, otros colegios, otras realidades sociales, otras vivencias, otras culturas; en definitiva, todo un nuevo universo a su alcance para ampliar el que siempre ha conocido. Todo un reto... como padres gestionar esto.

Como lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida, ha venido con chistes malos de Jaimito (ha ampliado su colección...), alguna palabrota que otra, alguna que otra actitud macarra de vez en cuando, y una situación que resolver, de esas que el "dogma defiéndete" resolvería sin problema.

Aysha hizo una nueva amiga. Un día se llevó un chupa-chups para después del hamarretako, y su nueva amiga se lo pidió. Bajo pena de dejar de ser su amiga. Y se lo dio.

Volvió a casa llorando porque su amiga le había "quitado" su chuche. Aprendió lo que es la coacción, y no supo como enfrentarlo. Sufrió un ataque, y no se supo defender.

Su madre le hizo ver que se habían aprovechado de ella, y fue a pedirle explicaciones a la nueva amiga de Aysha (que es un par de años mayor, físicamente, quiero decir). Prometió darle un chicle a cambio al día siguiente como contrapestación. Y le dijo que en lugar de llorar, se tenía que defender. "Yo ya me defiendo", defendía. No tenía sensación de haber hecho nada malo, simplemente actuó como supongo actúa como siempre, esperando cierto "kung-fu" de defensa contra defensa, hasta que se dilucida, sin siquiera alterarse, si le daban el chupa-chups o no.

Al llegar a casa, le explicamos, mientras las lágrimas le caían por las mejillas, que ante cualquier situación, siempre, SIEMPRE, debe hacer lo que ella quiera hacer. Da igual lo complicada que sea la situación, ella decide. Y eso es lo verdaderamente importante. Si decide darle el chupa-chups a alguien, o no, es ella quien debe tomar (y asumir) su decisión. No importan las circunstancias. Ella decide.

- ¿Y si ya no quiere ser mi amiga?
- Entonces ya no es tu amiga; una amiga no te hace eso, así que no tengas miedo de perderla. Y si al día siguiente volvéis a jugar como si nada, es algo que ha pasado y ya está.


Toda esta vivencia me ha dado que pensar. Si ya antes no estaba de acuerdo con el dogma defiéndete, tenía frente a mí la oportunidad de elevar ese pensamiento al nivel de "principio". Y tenía algo que perder para contrastarlo: un chupa-chups que mi hija había perdido.

Tal y como yo lo veo, desde hace lo suficiente, ojo por ojo el mundo acabará ciego. En el fondo, el dogma defiéndete tiene algo de esto. Si te sacan un ojo, no te dejes sacar el otro, sácale tú uno al que te lo ha sacado a ti.
En mi mundo, sacarle un ojo al otro no te devolverá el tuyo, así que mejor vete al hospital a ver si pueden arreglarte antes de que sea tarde, y después denuncias el hecho ante la autoridad competente.

No entiendo que no se le explique esto a las niñas y niños. El dolor ajeno no curará el tuyo.

Porque inevitablemente ocurre lo siguiente. Indudablemente. En el 100% de los casos que he visto de conflicto entre humanos de esas edades (7 años ahora).

- Ha empezado ella.
- Ella me ha hecho otra cosa antes.
- No es verdad.
- Sí lo es.

sería el resumen de cualquier juicio de patio ante un padre o una madre.

Es decir, no importa el hecho a juzgar (una patada, un insulto, un empujón, lo que sea...), importa quién se estaba defendiendo de quién. Si empezaste, es que atacaste, si no, "sólo" te defendiste. Y eso te exime de toda culpa. Eres la víctima. Concluyo mi alegato señoría, se puede leer en la mirada de quien se sabe ganador/a.

Y, por su puesto, nada importa que un empujón fortuito en el patio haya sido respondido con una patada en la cara. La víctima, como un cliente, siempre tiene la razón, hasta cuando la tiene.

La reacción siempre está justificada, la acción nunca. Leyes de patio. Leyes de padres y madres que asumir por la chavalería. Porque, seamos honestos, aplican lo que viven, lo que se les enseña. Y es lo que aprenden. El que se defiende, gana.

Y llegamos al quid de la cuestión. Cuando un dogma se espeta así sin más ante una mente a la que hay que darle todo mascadito para que lo pueda digerir correctamente, sin más contexto, ocurre que se los mensajes se pervierten. Y se retuercen. A voluntad. De quien lo dice.

- Oye, que me has pegado.
- Es que me has insultado primero.
- ERROR DE PROCESAMIENTO: no esperaba una contrarreacción, pensaba que pegar estaba mal en todos los casos, pero resulta que si me hacen algo, entonces puedo sacudirle a alguien y luego ponerle una razón delante de la cara como los del FBI cuando entran a la casa del malo con una orden de registro. Noted!

Y la próxima vez que quiera pegar a alguien, simplemente necesitará buscar una excusa. Es que eres tonto, es que me ha mirado mal, es que no juega conmigo, es que no me deja en paz, es que es negro. No importa qué, sólo ten algo en mente.

Y como mucho, constatado empíricamente, que le podrá pasar ante un juicio de patio con un adulto, será que, cuando la defensa haya sido desproporcionada, o la causa no se justifica como un ataque es algo así como:

- Pero por eso no hay que pegar.

Y santas pascuas. Ni por asomo el mismo énfasis con el que llega el mensaje del dogma defiéndete, por supuesto.

En este contexto, la amiga de Aysha pudo escudarse en el hecho de que Aysha no le quisiera dar un chupa-chups. Este hecho es un ataque porque no ocurre lo que ella quería. Así que tenía vía libre para "defenderse", de una manera más evolucionada de lo que Aysha había vivido hasta ahora, con una amenaza: no jugaré contigo si no me lo das.

Aysha, ante este (sí) ataque, no supo defenderse. Porque nunca le hemos dicho que se defienda. Porque soy un mal padre.

Hace unos meses le hice una pregunta con la esperanza de dejarla descolocada (un juego que me encanta practicar con ella):

- Aysha, ante la disyuntiva de prepararte para un mundo de mierda, o evitar que haya un mundo de mierda, ¿qué preferirías?
- Que no haya un mundo de mierda! - gritó con alegría sin dudarlo un segundo.

Me descolocó totalmente.

El dogma defiéndete prepara a las niñas y niños para un mundo de mierda en el que se les predispone que algo malo les va a pasar.

Me hice la promesa a mí mismo de hacerle caso a Aysha y tratar de evitar que haya un mundo de mierda. Por eso tuvimos una buena charla en el que, más que el dogma defiéndete, hablamos de todos los condicionantes (no sólo "sentirte atacada") se deben dar para poder siquiera poder empezar a defenderte (y cómo hacerlo).

Porque un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Y como mal padre, no me queda otra que tenerlo en cuenta.