Un post que no va a gusta a nadie

El primer profesor de literatura que tuve decía que, salvo en los exámenes, copiar es bueno. Yo lo veía como una forma de justificar el plagio, al apropiamiento indebido, o las ganas de no trabajar de los literatos.

Después, con los años, he llegado a comprender a lo que se refería, aunque sus palabras tuvieran desastrosas consecuencias en los oídos de la clase en forma de estúpidas y burdas capturas del genio ajeno. Aquello de clavel almidonado de gargajo gustó y apareció en más de la mitad de las obras de la mitad de la clase...

Más tarde aún, en una película (Piratas de Sillicon Valley, malísima...), un joven Guillermo Puertas decía aquello de los grandes artistas copian, los genios roban, parafraseando a Picasso.

Hoy, no llego al nivel de genio, pero sí voy a copiarle la idea al autor del libro que he leído este verano: Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie.

Pedazo de título.

No sé si existen reglas sobre cómo titular un texto, pero me parece que uno tan largo queda fatal en las portadas de un libro de bolsillo, que es como me lo compré. En cualquier caso, cumplió con su función de atraer mi mirada de entre todos los que habitaban en aquellas estanterías del Saveko.

Como estudiante de ciencias, la historia acabó para mí en la Revolución Francesa, de modo que no tengo ni idea de primeras ni segundas repúblicas, no sé si soy carlista o isabelino, ni tengo ni puta idea de qué narices regentaba La Regenta.

Y, claro, no sólo a nivel nacional, que ya tiene guasa, a nivel internacional soy excelente, porque sólo sé que no sé nada. Conjunto vacío, oiga (esto del oiga se lo copio también a quien quiera que lo escribiera la primera vez que lo vi). Como mucho algo de Darwin, Julio Verne y Watts, pero ni idea de Juan Pablo Duarte, Luis Felipe de Orléans o Karl Marx.

Y, claro, la guerra civil, esa en la que tuve un abuelo en cada bando, esa en la que uno de ellos sobrevivió a una herida de bala cerca del pulmón porque, casualidad, estaba respirando (al inspirar el pulmón habría estado más hinchado y mi abuelo muerto), esa de la que parece que no se puede hablar sin levantar ampollas, esa, no existe para mí.

Pero sí existe el interés, y de ahí que acabase leyendo el libro.

Y tengo que decir que el autor fracasa estrepitosamente en su intento de desagradar a todos, porque a mí me ha gustado. Más allá de buenos y malos (tal vez porque creo que estoy del lado que el libro considera "buenos"), se habla de hechos. Actos y anécdotas que ocurrieron y que van hilando de forma casi continuada y por encima todos los actos más relevantes de la contienda. El vuelo de Pako en el Dragon Rapide, la incursión por Extremadura de los "moros" (curiosa alianza... quien lo diría hoy en día...), el sitio de Madrid, Paracuellos, la batalla de desgaste del Ebro, la caída cuasi-rendida del Cantábrico (esos astúres!)... y todo sazonado con vivencias personales de aviadores americanos de uno y otro bando, nacionales (se dice que el llamarles así en lugar de "rebeldes" venía de una campaña de buena publicidad extranjera...) y rojos que quedaron en el otro lado, mujeres que se las arreglaban para hacer tortillas de patata sin huevos ni patatas.

Y también, claro, las luchas internas de poder de un lado y de otro, personajes como Durruti y Azaña, Franco y Mola. La ayuda descarada de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini, el complejo de Francia e Inglaterra a la hora de tomar partido. En fin, de todo un poco. Ah! y el bombardeo de "Guernica", donde los alemanes probaron una nueva técnica de bombardeo que se haría popular en la segunda guerra mundial.

Si no fuera que ocurrió, o tal vez, precisamente por eso mismo, he leído el libro con la angustia propia de ver morir a una segunda república. Primero por el desacuerdo de las izquierdas, luego por la mano en el cuello de las derechas. Todo iba en su contra y poco se podía hacer cuando desde todos los lados se pretendía llegar al poder sin importar la salud de la república en sí. Bueno, todos menos quien se llevó el gato al agua y convirtió el país en su cortijo particular durante 40 años.

Al leerlo daba la sensación de estar viviendo un cáncer. En su fase optimista al principio, pero con un inevitable desenlace final. Ver debilitarse poco a poco al gobierno legítimo mientras los rebeldes se hacían con el país ha sido descorazonador. Sobre todo porque el hilo argumental cae siempre en un hombre, una mujer, un niño, que cuenta cómo vivió cada episodio que se cuenta.

A nivel literario, como siempre, se lo dejo a javi, que es el que sabe.

Supongo que recomendable para los republicanos...

Katrina, un año después

Hace un año ya, y parece que fue ayer. Supongo que pasa siempre con una catástrofe, que sigue en la memoria como si hubiese sido ayer, hasta que, de repente, ya no la recuerdas y parece que fue hace cien años. Será que los recuerdos son también binarios; o están ahí o no están.

Hace un año y las cosas siguen bastante mal dentro del país poderoso de la tierra; bueno, en realidad siguen mal para los menos favorecidos del país que contiene a los más poderosos de la tierra, sería tal vez más correcto.

Push ha tardado bastante en admitir que no se hicieron bien las cosas. No está mal, creo que la administración Push tiene pocas cosas de las que sacar pecho (que no lo haga Condoleeza, por favor, lo de sacar el pecho, digo...) y muchos meas culpas admitidos... y los que le quedan sin admitir.

Aunque Push haya admitido la incompetencia del gobierno en este asunto, también se defiende esgrimiendo frías cifras que no hacen sino confundir. Que si tantísimos millones gastados, que si tantísimo que queda por gastar... números tan grandes para el común de los mortales que no se sabe demasiado bien si es suficiente con esa cantidad o no. Cuando uno oye hablar de miles de millones de dólares es difícil valorar si faltará algún millón o ciento de millón.

En cualquier caso, las prioridades parecen, como siempre, ligadas al dinero. Hay aún 100 personas, 100, sin identificar. Puede que no sean más que cuerpos muertos, pero eran personas que se merecen ser identificadas y tenidas en cuenta. Imagino que la mayoría, si no todos, no han sido reclamados por nadie, de modo que tampoco hacen daño a nadie si al final acaban en una fosa común.

Pero aunque esto sea pasable, que al fin y al cabo, sólo son 100, un pequeño porcentaje del total o algo así, lo que tiene guasa, según creí oír en las noticias, es que el pabellón deportivo ya está reconstruido, mientras que muchas familias siguen en situación ruinosa en sus barrios aún en estado de desastre.

El dinero, para los vivos, ok, pero con criterio, que la cosa es revitalizar el lugar económicamente. Es un punto de vista totalmente neoliberal el que predomina. Si los lugareños tienen una manera de ganar dinero, siempre pueden ayudarse a sí mismos. ¿Para qué va a ocuparse un gobierno que ha demostrado ser incompetente? Mejor arreglemos las empresas, y que el mercado se encargue de ponerlo todo en su sitio.

El concepto de que el gobierno deba ocuparse de los electores que lo eligieron se disuelve como una aspirina, mientras las carreteras no se arreglan, los hospitales siguen a la mitad, la mayoría no tiene luz, gas, agua potable.

Pero ojo, porque el pabellón deportivo está reconstruido, no se vaya a resentir la economía local... aún más...

Otro problema que se ha dejado a los vaivenes del mercado es la relación entre personas. Parece que entre tanta hipocresía y marginalidad, los clanes van aflorando como grupos de subsistencia. La comunidad negra y la hispana, las dos minorías mayoritarias, se pegan por los despojos que la mayoría blanca deja tras de sí.

Bueno, seguro que hay blancos pegándose también, pero en los medios sólo salen los grupos minoritarios, al estilo de Bad Boys... que siempre habrá clases en la tierra de las oportunidades.

No deja de tener guasa, también, que Push se atreva a decir que va a permitir a Nueva Orleans quedarse con parte del beneficio que se obtiene del petróleo que se obtiene en... ¡la propia zona! Di que sí, Yorch, la tierra para el que se la trabaja. Todo un derroche de política social al servicio del más ric... digooooo del que más lo necesita.

En fin, que otra desgracia que sigue igual, la vida sigue igual, que diría aquel.

Osuna, todos a una

Osuna, provincia de Sevilla, comunidad de Andalucía, en la España más profunda que nos podamos encontrar. Al estilo de Puerto Urraco, donde los hermanos Izquierdo hicieron las delicias de los amantes de la Historia Negra del país, un individuo se ha cargado a su futura ex-mujer.

El hecho, terrible de por sí, no pasaría de ser una nueva muesca en la macabra estadística de muertes femeninas a manos (y armas) de sus (ex)parejas, de no ser por el hecho de que, antes del habitual intento de suicidio (fallido, por cierto), se ha cargado también a otra mujer, su hija, que además estaba embarazada... ¿de una niña tal vez?

Tres generaciones a tomar por el culo por la mala idea de un hombre, madre, hija y espíritu santo.

Una verdadera pena.

Como casi siempre en estos casos, la mujer estaba en trámites de separación y parece ser que había rechazado el acudir a un centro de acogida porque no lo consideraba necesario. Mientras duraba el proceso estaba en casa de su hija. Sin mayor protección que la confianza en el buen desarrollo de las cosas, supongo.

Pero no.

Las cosas acaban bien sólo en las películas, y esta vez, como tantas otras, se acabó en tragedia. Máxime cuando el tipo ha podido adquirir la escopeta recortada en el mercado negro. Un arma ilegal para un acto ilegal.

Si no hay mal que por bien no venga, todo el pueblo de Osuna, como en su día Fuenteovejuna, se han unido, todos a una, en un acto de rechazo y repulsa a este tipo de acciones, auténtico terrorismo de hogar.

Puede que este hecho sea un punto de inflexión en estas cuestiones, ojalá sirva para que a algunos se les abran los ojos ante tanta barbarie cometida contra quienes más han querido y les ha querido en otro tiempo.

Ojalá podamos estar ante un nuevo espíritu de Osuna, que haga que estas noticias no dejen de serlo. No porque ocurran tanto que lo sean, sino porque ocurran tan poco que sea realmente noticioso que existan casos así.

Pequeña Semana Grande

Ayer terminaron las fiestas de Bilbao. La semana pasada tuve que pasarla entre banderines, chosnas y jolgorio vario, mientras uno trataba de adentrarse de nuevo en su rutina habitual como quien entra en una bañera de agua demasiado caliente.

Bajar del autobús y encontrarme el trayecto habitual engalanado con cuadrillas que buscan un desayuno caliente, parejas calientes que buscan un lugar apartado, o tíos calientes con chica no tan caliente buscando cama de diferente variedad, no ha hecho sino recordarme lo penoso de la situación (currar mientras otros la duermen...).

- Al menos - pensé - podré resarcirme de todo ello en la quedada que se planeaba en el curro para el jueves.

Llevo a rajatabla aquello de compañeros y sin embargo amigos. Es decir, cuando llego a un sitio nuevo de trabajo, o conozco a gente en un entorno principalmente laboral, suelo ser cauto con mostrarme demasiado. Y no sólo por una cuestión de precaución (no sé con quién se puede hablar de qué cosas, por ejemplo), sino porque podemos estar condenados a trabajar juntos, pero eso no quiere decir que tengamos que llevarnos bien. Incluso si nos llevamos bien, tampoco tenemos por qué ser amigos.

Ha habido casos de todo tipo, y ahora me encuentro en un agradable estado de llevarnos todos bien. Algunos son amigos entre sí (alguno incluso algo más de lo que no se puede hablar), pero me mantengo en un discreto segundo plano cuando se llega a ciertos límites personales.

En cualquier caso, quise dar una oportunidad a la amistad en esa quedada.

Casi lo más relevante en esas ocasiones es ver a la gente sin corbata. Ver a alguien con ropa de calle elegida por ellos mismos dice más de la persona que diez horas de conversaciones de oficina al amparo de un café de máquina.

Esta vez no fue demasiado diferente.

Si bien tengo gente a la que puedo considerar amigos de mis trabajos anteriores (fundamentadas, claro, en conversaciones y/o quedadas extralaborales), creo que por ahora tengo alrededor a personas con las que me llevo muy bien, pero que aún nos queda para considerarles amigos.

Será que me estoy haciendo mayor o no tengo una hipoteca lo suficientemente dura, pero estar de pie casi toda la noche con los litros, un botellón móvil de chosna en chosna, acercamiento a un concierto (que al final ni vimos) de Doctor Deseo incluido, no es mi ideal de diversión.

Estaré haciéndome viejo, pero prefiero ir de bares o sentarme en torno a una cena que sirva de excusa para hablar de lo divino y lo humano que cada uno tenga a bien poner encima de la mesa. Y que se alargue la cena todo lo posible, que una buena conversación debe agotar los temas, no los contertulios.

En fin.

Al menos, en esta ocasión, no me pasó como siempre. Antes, cuando habitaba el garito de Lejona, tenía metro hasta las 2:00 y luego a las 6:00. Pues casi siempre que he decidido quedarme más allá del último metro, todo el mundo ha acabado yéndose a eso de las 3:** y me he tenido que joder, acabando la noche antes de tiempo y pasando la mayor parte de la misma esperando al metro de las seis.

Esta vez, decía, teniendo que volver a Durango, los autobuses eran mucho más numerosos y frecuentes (uno a y diez y otro a menos cuarto, cada hora), de modo que a las 2:10 estaba camino de mi cama.

Tendremos que esperar otra oportunidad para llevar el buen rollo a grado de amistad.

Natascha Kampusch

Esta historia me ha conmocionado. Puede parecer que a las 6:32 de la mañana, cuando las legañas aún no han dado paso a la terrosidad ojera propia del sueño acumulado y el gato todavía se frota contra los tobillos, nada puede conmocionarte, pero a mí esta historia me ha devuelto al mundo en un momento.

1998, una niña de 10 años desaparece secuestrada y las esperanzas dan paso a la frustración a medida que pasa el tiempo y el caso no se resuelve.

La familia la dio al fin por muerta, supongo que en ese intento final por no hundirse y pasar página. Aceptar la pérdida y avanzar... hasta ayer.

Resulta que el secuestrador la ha mantenido viva durante estos ocho años. Ocho años, ocho, viviendo en un agujero de 12 metros cuadrados (minipiso?) debajo de un garaje al que se accedía por una abertura de 50x50cm.

Ocho años, digo, con un secuestrador que la mantuvo con una tele, una radio, algunos libros y educación personalizada por parte del captor.

No he visto si el tipo la raptó con insanas intenciones, seguramente se irán sabiendo este tipo de detalles a medida que se vayan clarificando, como el análisis de ADN de la chica para confirmar que es ella, etc. El examen médico indicará muchas cosas. En cualquier caso, parece que el secuestrador se ha tirado a las vías del tren para suicidarse cuando vio que Natascha se había escapado.

¿Acaso quería saber lo que era tener una hija para educarla o algo así?

Si la convivencia con adolescentes ya es de por sí interesante, ¿cómo sería entre ellos cuando la adolescente encima vive encerrada bajo llave? ¿Habría broncas porque pasaba mucho tiempo viendo la tele? ¿Evitaron al menos las broncas por la factura del teléfono?

No quiero imaginarme pasarme esos años, justo de los 10 a los 18, encerrado en un garito de 3x4m. Años clave para el desarrollo personal tanto mental y físico. ¿Qué habrá comido? ¿Habrá podido hacer ejercicio? ¿Se habrá relacionado con alguna persona más?

Al hilo de eso, parece que la chica sufre del síndrome de Estocolmo, de modo que parece que se identifica con el secuestrador y con su causa. No está claro del todo si se escapó o si la dejaron ir. En cualquier caso las secuelas psicológicas deben de ser extraordinarias.

Extraordinarias como el propio caso, digno de película de sobremesa de Antena3 y que seguro dará lugar a ríos de tinta en Austria.

Si consigue sobreponerse, lo mismo acaba haciéndose millonaria con un best-seller que lo cuente todo, y los posteriores derechos para llevar la historia al cine.

Sería lo único bueno a sacar de todo el asunto.

¿Cómo habríais reaccionado vosotros? ¿Suicidio? ¿Resignación?

Guap@s

Este verano he ido al cine. Mi religión me permite ir al cine una vez al mes, siempre y cuando no tenga otra vía de acceso al film en cuestión y parezca que merece la pena verla en pantalla grande.

Este verano, prácticamente aislado del mundo, a unos 45 minutos de la civilización (léase un centro comercial con cines), y con el buen recuerdo del rato que un pirata con maneras amaneradas me hizo pasar (joder, que mal está empezando a sonar esto...), hemos ido a ver Piratas del Caribe 2: El cofre del hombre muerto.

La peli esta bien, entretenida a pesar de su metraje tan largo. Había leído bastante malas críticas al respecto, y de que el bueno de Depp se come con patatas al Bloom y a Keira...

Claro que, según se ve, no es el único que se comería a esos dos, con o sin patatas, dado que ambos podrían haber sido galardonados con los premios que han posibilitado el post de hoy: se ha decidido quienes son los más sexis, y Orlando Bloom es el chico elegido.

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Ella, Jessica Alba, la chica elegida.


Me resulta curioso cómo se elige a estas personas como los líderes de este ranking. Mientras que las mujeres parecen estar abocacadas a mantener cierto aura sexual alrededor (léase Jessica Alba en Sin City), los hombres parecen medir su atractivo sexual casi exclusivamente por su aspecto. Sin más.

Porque el bueno de Orlando ya despuntó entre los más deseados cuando hizo del elfo Légolas en ESDLA, donde no se podía ser más asexual, salvo tal vez, la princesa Leia de LGDLG. Después le he visto en alguna comedieta romanticona y estas de los piratas, donde poca sensualidad me parece que rebosa.

Y no como la buena (y fijo que operada, ved los capítulos de Dark Angel a ver...) de Jessica Alba, cuyos papeles parecen ceñirse más a su cuerpo que a sus dotes como actriz. Que, oye, Orlando tampoco es DeNiro, pero no se explota tanto su físico más allá de su cara, creo yo.

Así pues, me está dando por pensar que se mira de diferente manera la sensualidad según el género, a no ser que los votantes emitieran su voto en base a la persona y no tanto al personaje, pero va a ser que no, que no me lo creo. Que con lo borregos que somos a la hora de votar, seguro que hemos mirado más allá de la persona.

Y ver a Jessica echando un bailoteo de lo más sugerente en Sin City o toda la peli en bañador en otra de cuyo nombre no quiero acordarme le han valido un porrón de votos.

¿Tan diferente medimos la sensualidad en los hombres y en las mujeres? ¿Es menos sexy Keira Knightley por no bailotear u operarse? ¿Y Johnny Depp, es menos sexy que Orlando Bloom porque no es tan guapo?

El mejor del mundo

... en su edad o en su categoría...

Dos noticias han alertado mi sentido arácnido (atención al chascarrillo internetero...) estos últimos días. Dejando atrás la tregua trampa de Israel o el Mundial de baloncesto donde parece que al fin las expectativas pueden cumplirse (tal vez porque no se inflan tanto como en el fútbol...), hoy no me queda sino rendirme a dos especímenes que se merecen mi más profunda admiración.

Por separado son unos putos cracks. Juntos, creo, harían mi ser humano perfecto.

Se trata, por un lado de Ricard "Ricky" Rubio. Tras este nombre se esconde un chaval, un capitán de quince años que ha llevado, él solito y por encima de los planes de su propio entrenador, al equipo español al campeonato de Europa sub-16.

En la final, forzó la prórroga con un triple desde medio campo cuando se acababa el tiempo. Su entrenador admite haber pensado en felicitar a los rusos, y flipado con el tiro. Después, forzó la segunda prórroga con dos tiros libres, y con cuatro puntos consecutivos en la misma, ganar el partido.

Total: 51 puntos y 24 rebotes para un jugador que juega de base... con 1'90... tiene huevos... cómo no, salido de la cantera del Joventut de Badalona. Así los hacen en mi equipo, leche.

Antes de esta hazaña, que le ha valido darse a conocer en los medios, ya había sido el jugador más joven en debutar en la ACB, con 14 años y 11 meses, de modo que no me sorprende demasiado esto.

Lo que sí me sorprenderá será verle con la camiseta del Joventut dentro de 10 años, porque este chaval apunta a estrella de la NBA si no se pierde por el camino. En dos años (o menos) será titular en la Penya y con la edad mínima se declarará elegible en el draft. Mal le tiene que ir para no ser el primer número 1 español.

Dicen que ha dejado pequeñas las comparaciones con Drazen Pretovic, pero yo creo que es más un Toni Kukoc. Y este sigue jugando con 38 tacos, así que tenemos Ricky para rato... espero... y en la Penya.

Y si este crío representa todo lo bueno del deporte, hay otro personaje, más dispar si cabe, de profesión sus labores. Porque las labores a las que se dedica son suyas y bien suyas, cuando solamente en torno al 5% de la población mundial puede comprender su obra.

Se trata de Grigroy Perelman, ruso, perteneciente a esa entrañable raza humanoide de los matemáticos. El tipo ha resuelto un problema de más de 100 años llamado conjetura de Poincaré.

No voy a entrar en mayores detalles, porque admito no ser de ese 5% que le entiende, pero la cuestión tiene muchísimas pelotas. Casi más, si cabe, que lo de Ricky. Para tanto que le van a dar, presuntamente, el premio Nóbel de las matemáticas (¿sabéis eso de que Alfred Nobel no creó un premio de matemáticas porque su mujer se la pegaba con uno de ellos?), el premio Fields.

Le ofrecen un millón de euros y el tipo ha preferido pirarse a su estepa siberiana a pasear y recoger setas, que es lo que a uno le apetece cuando resuelve este tipo de cuestiones tan trascendentes para la humanidad.

Supongo que estos seres son así, que la satisfacción de haber resuelto algo tan importante es suficiente para ellos.

Este tipo significa todo lo bueno de la mente.

Alguien que pudiera hacer las dos cosas que han hecho estos dos, sería perfecto... o no? ¿Le faltaría tal vez algo de otras áreas? ¿Artísticas quizá?

Entre la pereza y la desidia

Así viene este post que no sé si debiera acabar viendo la luz.

La pereza de la reentrada al curro y la desidia de ver que no ha habido comentarios nuevos durante estas dos semanas de asueto. A pesar, incluso, de que las visitas, agradablemente sorprendentemente, no han decaído tanto como esperaba.

Y prometo que no he sido yo, que no he tocado internet para nada durante este tiempo.

A la vuelta, me he encontrado viendo el partido de España del mundial de basket en el Marca online, y, por supuesto, entrando en barrapunto como primeras acciones para sacudirme el mono que ya había superado.

Quieras que no, dos semanas sin contacto tecnológico mayor que probar un tdt donde no llega la señal o recolocar la batería del móvil después de que el gato lo estrellarse al enredar con el cable del cargador, hacen de uno un ser prehistórico. Curioso mundo en el que según el lugar en el que te encuentres pasas del siglo XXI al XX o incluso al XIX.

La cosa es que a la vuelta, no he podido evitar fijarme en una noticia de barrapunto en la que se habla de una web que te dice el valor (en dólares, para todo lo demás, ya sabéis...) de un sitio web. Supongo que se basará en el page rank de google o algo así, para poder definir el lugar que ocupa ese sitio en internet. Y en base a esos valores, sean los que sean, dan un valor.

La tentación, que no siempre vive arriba, me ha vencido y he puesto a este mi (nuestro, pero no tan vuestro, que no me comentan ni los amigos...) blog a ver qué salía.

¿Cual ha sido el ingrato momento de ver el resultado?

He aquí lo que uno vale:


This website is worth

What is your website worth?

165...


Un año y medio de posteo diario para tan poco, tiene pelotas la cosa.

¡Otra razón más para haberme quedado en casa, coño!

Luego he visto esto:


My blog is worth $5,080.86.
How much is your blog worth?


Algo más de 5000


¿Sería capaz de venderme por ese precio?

¡¡¡ VACACIONES !!!

Gran día hoy, que uno coge vacaciones. Especialmente con la de curro que he tenido esta semana, que ha sido la primera vez desde hace tiempo que he tenido que meter alguna que otra hora de más para no andar el último día con la locura propia de quien no llega a terminar lo que se le ha encargado.

Era jodido, pero se ha hecho.

Hoy andaré tranquilo, tratando de dejar las cosas bien arregladas para la que venga detrás, y me iré dos semanitas sin reloj ni ataduras a disfrutar del verano.
Bueno, del verano en realidad no, porque ni me gusta la playa ni pasar calor, pero sí de las tardes de siesta y puestas de sol, noches de fiestas populares y mañanas de deporte.

Y todo, como decía, sin reloj. Como mucho para saber si empieza o no alguna peli o algo así; puede que ni siquiera, si me llevo un buen repositorio de esas que la gente se baja de internet...

Así que este blog permanecerá parado (en realidad estaré parado yo, comentar es libre) dos semanas, aunque me estoy planteando tomarme unas vacaciones bloggeras un poco más largas y no postear hasta septiembre. Así descanso también un poco de todo esto en la reentrada, que siempre es dura.

No sé lo que haré, ya veremos, según me encuentre.

Porque ahora mismo me encuentro fundido, no falto de ideas que postear, pero sí un poco desganado. En una palabra, necesito vacaciones. Bueno, han sido dos, pero eso demuestra lo mucho que necesito despejar la cabeza.

Aunque ahora que lo pienso, tal vez el posteo diario me haya ayudado a no estar peor de lo que estoy... o no...

En fin, que me las piro vampiro, para otro lao bacalao.

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¡¡¡ Felices vacaciones para todos/as !!!

P.D: Os dejo un relato que me ha parecido curioso a modo de despedida.

De Castro a Castro

Todo el mundo lo sabe. Todo el mundo se ha enterado.

Fidel Castro, y su hermanísimo Raúl Castro, se han cambiado los cromos de la presidencia cubana y, por primera vez desde hace casi 50 años, y de manera supuestamente temporal, Fidel ha delegado en su hermano como líder cubano.

Fidel se supone que se recupera de su enésimo problema de salud, y su hermano, un delfín de 75 años (5 menos que Fidel), no aparece por ningún lado.

Todo comenzó con un comunicado en el que el portavoz del partido en el que se leía una carta presuntamente escrita por el propio Fidel y que fue leída en primera persona.

En ella se decía que temporalmente se delegaba todo el poder en su hermano. Bueno, en realidad no se dijo así, que parece que todo queda en familia, sino que, al estilo aznariano de designio a dedo del sucesor (en este caso por ahora es un traspaso temporal de poderes, pero ya veremos), designó al número 2 en la cúpula del poder.

Las habladurías y rumores no se han hecho esperar. En Miami, sede mundial anticastrista, los cubanos salen a las calles a celebrar la muerte de quien consideran un dictador. En la isla, mientras tanto, todo el mundo parece confiar en la vuelta de Fidel.

A nivel político, se han hecho todo tipo de especulaciones, que si ha muerto, que si es sólo una maniobra para ver la reacción para cuando se ponga malo de verdad, que si pretenden en realidad renovar el aparato dirigente en el país por un grupo más joven... de todo un poco y según las inclinaciones de cada uno (políticas, no sexuales).

Hay quien le desea una pronta recuperación sin más, al estilo ZP, hay quien desea que se recuperen él y la democracia en Cuba, al estilo UE. Otros, simplemente, callan y esperan, al estilo sibilino de los USA (y tira).

Es curioso cómo dos países tan dispares como China y Cuba lleven su comunismo de manera tan diferente en el mundo. Mientras que la isla caribeña es dilapidada a cada balsero que llega a Miami, o a cada manifestación reprimida por la policía del partido, China es venerada como un potente mercado potencial y un peso pesado en la comunidad internacional, donde se hace notar cada vez más.

Parece que aquellos que ven libertades cercenadas en Cuba no las ven tanto en China. No sé si será debido a que el tamaño, en según qué casos, sí importa.

Desde mi humilde perspectiva, la causa cubana es extraña. Me resulta simpática, creo que si los habitantes de esa pequeña isla no vivieran en un régimen comunista les iría peor. Es sólo una suposición.

Hace unos años vi un reportaje en el que, creo que ya le he comentado antes, jóvenes cubanos eran llevados a otros países para ver su modo de vida. Recuerdo a una chica que alucinaba con los McDonalds porque estaba acostumbrada a comer alubias y arroz y nada más (rice, beans, rice, beans, decía).
No pude evitar pensar que hay lugares donde hay gente que mataría por poder comer arroz y alubias todos los días. U otros donde algunos comen langosta mientras muchos comen lo que pueden.

Supongo que la opinión acerca de Cuba es siempre relativa. Si se conoce a alguien en contra que te cuente sus vivencias allí probablemente estarás en contra. Si por el contrario conoces a quien afirma vivir en Cuba todo lo bien que se puede, no tendrás tanto en contra.

Veremos en qué queda esta pequeña crisis, en una vuelta triunfal del líder o en una nueva era para los cubanos.

Sea para bien en cualquier caso.

El vuelo del Gato

Kay, el inquilino gatuno que se ha hecho fuerte en mi casa y se come la comida del plato si nos descuidamos, es un auténtico trasto.

Es un minino que se hace querer y es tan abierto que deja lejos la fama de desconfiados de los gatos. Kay es el ser más sociable con el que he tenido el gusto de compartir cuarto. Además, no ronca. Sólo ronronea cuando llegamos a casa, que es como mover la cola en un perro, pero más agradable y sin paseos para hacer sus cosas en la calle.

Últimamente se ha hecho el amo del balcón, y gusta de subirse al quicio de las ventanas, asomarse entre los barrotes del balcón, etc, vigilancia de lo que acontece en el interior del barrio, supongo. La vida en directo más que nunca.

La cosa es que este fin de semana, mientras los puerros estaban a punto de avisar de que ya estaban hechos y ella terminaba su sesión ante el espejo... ¿dónde está el gato?

Searching...
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Buscamos por los sitios típicos. Encima del armario, en las sillas acolchadas de la cocina, agazapado para atacar detrás de la puerta de la sala, en el baño, dentro del cubo con las fregonas... nada.

- Este se ha tirado! - increíbles palabras que iban cobrando sentido por momentos.

Nos asomamos al balcón. Nada.

Ella siguió buscando. Nada. Yo seguía mirando por el balcón a la calle. Nada.

- Meeeeaoooo!

Dos pisos y un bajo muy alto más abajo, Kay trataba de orientarse. Acurrucado en una esquina, maullaba de dolor?, desesperación?, desconcierto?, liberación?, alegría?

Enfundado en uno de esos ridículos pijamas de verano que hace tiempo dejaron de sentarme bien (en particular, era rojo...), bajé a por él, mientras ella trataba desde el balcón que no se fuera más lejos y se quedase allí.

El ascensor tardó una eternidad en subir, otra en bajar. Yo, tardé otra en salir del portal y dar la vuelta al edificio por el hueco del garaje.

Allí estaba, maullando. Tenía miedo. Él, quiero decir, yo iba decidido a agarrarlo por donde fuera necesario. Ataviado al más puro estilo Gran Héroe Americano, pero en corto.

Según lo cogí, miré hacia el cielo y un ángel en una ventana miró al gato con alivio. La vecina, que alertada por el ruido había salido a la ventana, creo que se alivió también (tienen una gata).

Al volver, esquivé la mirada de dos viejetes que, sentados en un banco, me habían radiografiado al pasar la anterior vez. Creo que al ver el gato desecharon la posibilidad de que me hubiese dejado los pantalones por ahí en una juerga de anoche.

Arriba, el gato cojeaba, pero no se quejaba al moverle las patas. No parecía que tuviera nada roto, aunque estaba muy inquieto. Tal vez por eso llamamos al teléfono del superveterinario para emergencias. No lo consideró como tal.

Y estaba en lo cierto, porque tras pasarse toda la tarde sobando encima del sofá (el chaise-longue es suyo para siempre), empezó a morder como siempre, correr como siempre, saltar como siempre, derrapar en el suelo como siempre.

... y a subirse al quicio de las ventanas, como siempre.

Hoy no puedo escribir

Dicen que una imagen vale más que mil palabras.


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¿Cuánto vale la vida de un inocente? ¿Y si es libanés? ¿Y si es un niño?