Natascha Kampusch
Esta historia me ha conmocionado. Puede parecer que a las 6:32 de la mañana, cuando las legañas aún no han dado paso a la terrosidad ojera propia del sueño acumulado y el gato todavía se frota contra los tobillos, nada puede conmocionarte, pero a mí esta historia me ha devuelto al mundo en un momento.
1998, una niña de 10 años desaparece secuestrada y las esperanzas dan paso a la frustración a medida que pasa el tiempo y el caso no se resuelve.
La familia la dio al fin por muerta, supongo que en ese intento final por no hundirse y pasar página. Aceptar la pérdida y avanzar... hasta ayer.
Resulta que el secuestrador la ha mantenido viva durante estos ocho años. Ocho años, ocho, viviendo en un agujero de 12 metros cuadrados (minipiso?) debajo de un garaje al que se accedía por una abertura de 50x50cm.
Ocho años, digo, con un secuestrador que la mantuvo con una tele, una radio, algunos libros y educación personalizada por parte del captor.
No he visto si el tipo la raptó con insanas intenciones, seguramente se irán sabiendo este tipo de detalles a medida que se vayan clarificando, como el análisis de ADN de la chica para confirmar que es ella, etc. El examen médico indicará muchas cosas. En cualquier caso, parece que el secuestrador se ha tirado a las vías del tren para suicidarse cuando vio que Natascha se había escapado.
¿Acaso quería saber lo que era tener una hija para educarla o algo así?
Si la convivencia con adolescentes ya es de por sí interesante, ¿cómo sería entre ellos cuando la adolescente encima vive encerrada bajo llave? ¿Habría broncas porque pasaba mucho tiempo viendo la tele? ¿Evitaron al menos las broncas por la factura del teléfono?
No quiero imaginarme pasarme esos años, justo de los 10 a los 18, encerrado en un garito de 3x4m. Años clave para el desarrollo personal tanto mental y físico. ¿Qué habrá comido? ¿Habrá podido hacer ejercicio? ¿Se habrá relacionado con alguna persona más?
Al hilo de eso, parece que la chica sufre del síndrome de Estocolmo, de modo que parece que se identifica con el secuestrador y con su causa. No está claro del todo si se escapó o si la dejaron ir. En cualquier caso las secuelas psicológicas deben de ser extraordinarias.
Extraordinarias como el propio caso, digno de película de sobremesa de Antena3 y que seguro dará lugar a ríos de tinta en Austria.
Si consigue sobreponerse, lo mismo acaba haciéndose millonaria con un best-seller que lo cuente todo, y los posteriores derechos para llevar la historia al cine.
Sería lo único bueno a sacar de todo el asunto.
¿Cómo habríais reaccionado vosotros? ¿Suicidio? ¿Resignación?
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