Habitación en Roma

Ayer fue el primer día de esta semana "de Rodriguez". Bien, intento engañarme, tendré tiempo para ver todas esas películas que nunca puedo ver, todas esas series que se van acumulando antes de tener que darlas por perdidas...

Qué coño... no he hecho más que llegar a casa y hablar con ellas y ya las hecho de menos. El pobre Chocolate intenta amenizar mi solitaria estancia en el sofá. Se me hace raro tumbarme a lo largo sin una bolsa de agua caliente robada...

En este escenario tan melancólico, con un colacao calentito, manta, un punto de calefacción y gato ronroneante, enciendo el multimedia. A ver que hay en esa carpeta "Gorka" que ya va cogiendo telarañas electrónicas. Paso de la mítica escena de Argiñano en Airbag y de Hierro (esa mañana) para terminar en una película de Médem.

Me confieso cuando menos seguidor de este director desde La Pelota Vasca, por lo que espero que haya algo más que tetas y culos.

Y lo hay.

Tal vez sea porque el momento era el propicio. Tal vez porque no esperaba el comienzo. Tal vez porque me sorprendio como seguía. Tal vez porque finalmente la película destila sentimientos tras cada gesto, cada caricia, cada mirada y cada palabra naturalmente plasmadas (nada de taparse antinturalmente tras intimar con otra persona, no tiene sentido y se carga las películas).

Supongo que la historia no es nada nueva, salvo, tal vez, para aquellos menos abiertos a la realidad de hoy en día. El chico conoce a chica actualizado al chica conoce chica que se me hace más sentido que el chico conoce a chico de los vaqueros, por ejemplo.

Pero sobre todo un final aderezado de esperanza llevada al límite ante una realidad que casi te hace gritar "NO!" ante lo que inevitablemente adivinas que va a pasar.



En fin, una gran historia contada de manera muy bonita y en la que espero que, si a alguien le da por echarle un vistazo, el sexo os deje ver el amor.

Como para irse a la cama con mayor sensación de vacío al no ver siquiera la almohada al otro lado, y una cuna vacía que me resulta más grande de lo que me parecía antes.

Al menos la bolsa de agua caliente infunde algo de calor al frío de la cama.



Robo de la web oficial la sinopsis mejor contada de lo que yo lo haría.

Una habitación de hotel en el centro de Roma es el escenario interior en el que dos mujeres jóvenes que se acaban de conocer, se internan juntas en una aventura física que les tocará el alma.

Todo transcurre en una noche y en las primeras horas de la mañana de un día del comienzo del verano de 2008, antes de que Roma lance a cada una de ellas al lugar al que pertenecen; por la tarde Alba (Elena Anaya) volará a España, y Natasha (Nathasa Yarovenko) a Rusia.

La habitación del hotel, que parece haberlas estado esperando siempre con la emoción de la Historia incrustada en sus viejas paredes, sugestiona una atmósfera cargada de erotismo y sensualidad, con una extraña fuerza que engancha sus miradas apuntando hacia lo desconocido. Nacen sentimientos nuevos que Alba y Natasha aceptan, y al mismo tiempo quitan importancia hablándose con soltura y buen humor. Un pacto natural de ligereza que propicia situaciones tan cómicas como enigmáticas, antes del ataque inesperado de un amor punzante como una flecha lanzada desde lo alto. Durante doce horas, de noche y de día, estas dos mujeres desvelarán sus vidas, primero ocultándose y protegiéndose por miedo a la atracción sin retorno, luego dejándose acompañar hacia el paisaje desconocido de la otra, habitado por sus compromisos y el amor sincero hacia sus respectivas parejas; en el caso de Alba, una mujer que tiene dos hijos; y el de Natasha, su profesor de Renacimiento con el que se va a casar la próxima semana.

Ambas girarán sobre sí mismas hasta ponerse boca arriba mirando juntas hacia otra verdad, un abismo compartido, el secreto guardado en una habitación en Roma, una sorpresa del tiempo anterior que les adelanta, un regalo del destino para que hagan con él lo que más deseen. Así nace para ellas su nueva libertad.

Things that make the world better

There are things that don't usually happen and make this usually awful world a much better place to live in.

Once upon a time, there was a man. This lucky man was such a lucky man that he could tell that he was loved by the woman he loved. This beautiful story ended up in marriage, wich was not a usual wedding, where the guests were told to disguise themselves with red round noses and quite freaky glasses.

After that wedding, a "honeymoon". A couple of flights around eastern Europe to finish off at a paradise on Earth.

Mauritius Island, home of the extinguished bird the Dodo and a sacred lake for "hindus".

Being so far away from home, at a hotel where they were treated as rich people by everybody, and they were not very used to it, it made them buy all the excursions around the island in the hotel.

A couple of minutes after having done it, they started to regret it.

At the beach, trying to get rid of all those spaniards who were happy to be treated as the VIPs they knew they were not, the man in our story was sitting looking at the sunset.

A mauritian guy started to talk to him, he was especially happy to speak with a real mauritian and not a waiter who would give him anything he wanted or believed anything he said.

They talked about how life was on that fantastic island, the problems mauritians had to face to make their bussiness grow (the native guy had a brother), and how the honeymoooner believed that his honeymoon would be his only chance to be in such a wonderful place. Maybe that's why he and his recent wife didn't want to waste any of their time on this island as they wanted to get to know the real Mauritius.

Maybe, that's why they enjoyed the time at the market in Port Louis, where buying anything takes up to half an hour and there is no chance of paying the first price given. Okay, you may get the same price in a shop, but you don't get in touch with the real people, only with well trained salesmen and women.

Maybe, that's why that waiter they asked about Pamplemousses the day before going to it, saw that this couple was not like the others.

That waiter, called Nitin, talked to them about the real island behind the scenes of the american hotel, and about the different meals around the tables at the restaurants.

Also, he gave them some steam-cooked vegetables that the wife had been looking for, for the last few days.

After a couple of days, they asked him where he would be working just to have the chance to talk with him for a while. They told him about their day and the plans for the next one, and he suggested places to visit and warned them about people to be careful with.

This friendship arose naturally, but honeymoons run out of days very fast, and the last day, they tried to say goodbye.

For some minutes before taking the bus to the airport, the couple and their new friend could share the last words, emails, postal address, and promises of trying to keep in contact if possible.

Back in Spain, the couple realised that it would be difficult to ensure a letter sent so far away could get to its destination, but those days and Nitin stayed in their minds forever. Especially when talking about the honeymoon with friends, when looking at the photographs they took, and when crossing eyes with the toy he bought them as a present.

Now, three years and many kilemeters after that honeymoon, Nitin sent an email to my email address I gave him. Not directly from his email, but a friend's one, I suppose, who we appreciate for giving him the chance to make contact.

Now, I have found her on facebook and I have sent a message to whom I think is Nitin.

Now, Nitin is traveling to Barcelone, to start his new job on a boat, which will take him on a cruise to the Bahamas for eight months.

Now, I feel this world is a better place to live in, just because of the emotions we are feeling knowing about him, and the oportunity to keep in touch with him again, and maybe talk about life here in Spain.

Of course, we will share all of our knowledge about this our side of the world with him, just like he once did for us.

Welcome back to our lives, Nitin. I hope we can meet again soon, maybe, in Saragossa :-)

Cosas que hacen del mundo un lugar mejor

Hay cosas que no pasan a menudo y que hace de este cutre mundo un mejor lugar para vivir.

Érase una vez, había un hombre. Este afortunado hombre era tan afortunado que podía decir que era amado por la mujer a la que amaba. Esta bonita historia terminó en boda, una boda no demasiado usual, en la que los invitados fueron invitados a disfrazarse a sí mismos con rojas narices redondas y gafas de Bartolo.

Después de la boda, la luna de miel. Un par de vuelos alredor del este de Europa y para finalizar, el paraíso en la tierra.

Las Islas Mauricio, cuna del extinguido pájaro Dodo y un lago sagrado para los indúes.

Estando tan lejos de casa, en un hotel donde eran tratados como ricachones por todo el mundo, y no estando acostumbrados a ello, les llevó a contratar todo tipo de excursiones en el hotel. Un par de minutos después, ya se estaban arrepintiendo.

En la playa, tratando de liberarse de esa tropa de españoles encantados de ser tratados como unos VIPs que sabían que no eran, el hombre de nuestra historia se sentó a mirar la puesta de sol.

Un tipo mauriciano empezó a hablar con él, lo cual le hizo especialmente feliz de hablar con un mauriciano real y no camareros que le darían la razón ante cualquier cosa que pudiera decir.

Hablaron de la vida en aquella fantástica isla, de los problemas que tuvieron (el chaval resultó tener un hermano que se unió a la conversación) que superar para llevar adelante su negocio de paseos en lancha, y de cómo el hombre pensaba que esa luna de miel sería su única oportunidad de estar en un sitio como aquella maravillosa isla. Tal vez por eso él y su reciente mujer querían exprimir el tiempo al máximo en la isla y acercarse al Mauricio más real.

Tal vez por eso disfrutaron tanto del rastro de Port Luis, donde comprar cualquier cosa te lleva media hora y no hay opción de pagar el primer precio dado. Vale, puede que consigas el mismo precio en las tiendas (probablemente pagues algo menos), pero no te encuentras con la gente de verdad, sólo con vendedores bien entrenados.

Tal vez por eso aquel camarero que les habló les habló de Pamplemousses la víspera de su visita vio que aquella pareja buscaba cosas diferente al resto.

Aquel camarero, llamado Nitin, les habló mucho acerca de la vida diaria en la isla (donde el agua que pagan a 3 euros la botella se podía comprar por 17 céntimos en las tiendas) detrás de la trastienda del hotel americano en el que estaban, y también aceca de las diferentes comidas que adornaban las mesas en los restaurantes del hotel.

Además, el chico se las arregló para traernos algo de verduras cocidas, que la mujer llevaba buscando durante los días previos.

Tras un par de días, le preguntaban en cual de los comedores estaría trabajando sólo para poder tener la oportunidad de tener un par de minutos de charla. Le hablaban de su día y de los planes para el siguiente, y él les sugería lugares que visitar o gente a la que evitar.

La amistad surgió de manera natural, pero las lunes de miel se quedan sin días demasiado rápido y, el último día, intentaron despedirse. Pudieron, durante los minutos de espera al autobús que los llevaría al aeropuerto, compartir las últimas palabras, direcciones de correo (electrónico y real) y promersas de intentar mantener el contacto en el futuro si fuera posible.

De vuelta a la cruda realidad, encontraron que era bastante complicado asegurarse de que una carta enviada a tan lejano lugar llegase en condiciones, pero aquellos días con Nitin quedaron en sus recuerdos para siempre. Especialmente, cuando contaban su luna de miel a sus amigos, al mirar las fotos que tomaron, y al cruzarse la mirada con la muñeca que les compró como regalo.



Ahora, tres años y muchos kilómetros después de aquella luna de miel, Nitin me envió un correo a la dirección que le di. No directamente desde su email, sino a través de, supongo, una amiga a la que le agradecemos la posibilidad de habernos contactado.

Ahora, he encontrado a esa amiga en Facebook y le he enviado un mensaje para quien creo que es Nitin en esta red social.

Ahora, Nitin está en Barcelona, a donde ha viajado para su nuevo trabajo, en un crucero que le llevará durante 8 meses a las Bahamas.

Ahora, siento que este mundo es un mejor sitio en el que vivir, sólo por la emoción que hemos sentido de saber de él y de que quisiera contactar con nosotros. De la oportunidad de, tal vez, hablar de nuevo acerca de la vida, esta vez, de España.

Por supuesto, compartiremos nuestros conocimientos de este lado del mundo, tal cual él hizo por nosotros.

Bienvenido de nuevo a nuestras vidas, Nitin. Espero que podamos encontrarnos pronto, tal vez, en Zaragoza? :-)

6 meses

Dicen que cualquier cosa que te pase en la vida, buena o mala, tiene un impacto en tu felicidad que no va más allá de los seis meses. Lo he pensado muchas veces, y supongo que es porque es inherente al ser humano ser inconformista. Es una ventaja evolutiva buscar el próximo paso, el siguiente límite, la siguiente frontera.

Creo que es lo que ha hecho de nuestra especie la única que imagina un dios a su imagen y semejanza. Bueno, y los programas de teletienda... y el programa de respuestas de Belén Esteban(coestaocupadoporunpadre yunhijoelpadresellamajuanyelpadreyatelohedicho)...

Será por esto que también sabemos que tras cualquier tormenta siempre llega una calma, o que por mucho que las cosas se pongan feas, tenemos la esperanza de que mejoren.

Imagino que si ocurre que algo te afecta durante más de seis meses, o revientas o explotas, ya sea de ira o de la alegría contenida...

... salvo esa pequeñaja que nos llena cada día, desde hace seis meses, de cosas que nos reconcilian con el mundo.

Es como tener una fábrica de sonrisas y relatividad de problemas por el módico precio unos pañales y horas de sueño (sobre todo si casi las paga todas las madre, pobrecita mía :-S).

:-)

Españoles, Fred... ha muerto...


Hace cierto tiempo comenté una película de esas que te llegan al alma tanto como un vendedor de móviles cantando por Puccini...



Ahora, el actor que encarnó a Fred se ha retirado de los escenarios.

Hasta siempre, compañero.

Un viaje en metro raro, raro

Hoy he quedado con Pedro para comer. Las tribulaciones habituales para pasar un buen rato a tiro de una estación de metro.

Por orden las estaciones son:

Sarriko (repleta de escotes de futuras economistas...)
Deusto (repleta de futuras, con carpeta acreditativa, eso sí...)
San Mamés (donde mi Athletic me da las mayores alegrías, cuando pierde...)

Yo salía de Sarriko para ir a Deusto... no me preguntéis cómo ha pasado que he estado en San Mamés dos veces...

:-S

Qué me pasa, doctor?

Este fin de semana he estado en la Capital del Reino. He viajado en coche acompañado de familia, y hoy he ido a Vitoria, solo, en misión especial.

Entremedias, han acontecido varias situaciones que han hecho del viaje de hoy un ejercicio de liberación. Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor; tal vez porque en el pasado éramos más jóvenes, pero en cualquier caso, las diferencias han resultado evidentes.

El viaje a Madrid transcurrió tranquilo, con algo de lío en la salida desde Vitoria hasta la entrada de la autopista por aquello de los "franceses de segunda" que se vuelven a sus países de origen a través de la piel de toro. Pero en cuanto todos se fueron para Valladolid, el camino estuvo completamente liberado hasta más allá de la M-50.

El de hoy, subiendo Urkiola camino el Carrefour, desde donde me habían confirmado que ya estaba el cofre para el coche, el que irá sobre las barras de la baca que estuve poniendo, no sin ciertas idas y venidas, hace unos días, ha sido totalmente diferente. He ido solo, y con la música a tope para intentar no pensar. Lamentablemente, no ha sido posible y mi cabeza ha pensado por encima de la estridencia musical.

Es curioso como las conversaciones fluyen de manera natural entre familiares que hace cierto tiempo que no se ven. Sobre todo cuando uno trabaja en el mundo de la informática, lo que suele matar de raíz casi cualquier referencia al trabajo propio. Menos mal que el trabajo ajeno era de lo más interesante, en tiempo de cosecha de cebada, de esa con la que se hace cerveza si no pasa de 13 de humedad. Sabed que 2 de cada 10 cervezas se hace con cebada alavesa.

En cambio, ni la música ha podido parar el dolor de cabeza causado por las vueltas y revueltas dadas en torno al posible contenido de este post. Como una pantera encerrada en una jaula, sabiendo exactamente que no se encuentra cómoda, y que quiere salir, pero no encuentra la manera de pasar la cadenita por el agujerito para liberarse. Así he estado, encerrado entre los entresijos de mi mente maltrecha y dolorida, intentando decidir si es mejor tirarse contra las rejas, intentar rebanarle el cuello al vigilante o suicidarse con las garras que siguen alerta ante tanta tensión.

El fin de semana pasó entre gente mayor que yo. Ocurre cuando acudes a la boda de tu padre y eres el menor de los primos. Aunque es verdad que había menores que yo (alguna primastra heredada incluida), en general el tiempo pasó entre cincuentones orgullosos de serlo, con una mentalidad de adolescentes renovados y educación franquista. Me pareció muy interesante acuñar experiencias vividas y por vivir de personas a esta edad. Supongo que no puedo evitar pensar que cuando Aysha tenga 18, yo habré sobrepasado la cincuentena (y subiendo) y me encontraré en la situación que están ellos ahora (casi "peor", porque sus hijos son de la treintena a estas alturas y se van al Annapurna en octubre!).

Al llegar al Carrefour, he tardado unos 10 minutos en encontrar a una dependienta. No es de bazar, pero llama y suena por megafonía que alguien (yo) pide a alguien en información de bazar. Otros 10 minutos después sigo mirando alrededor con cara de gilipollas. Otros cinco después, encuentro a una chica con polo rojo y letras blancas trajinando entre cajas y que me hace caso. He estado a punto de mandarles a la mierda y volverme sin el cofre, supongo que la indecisión de la pantera ha hecho la elección por mí. La chica se lleva mi carro (me lo robaron?) y me lo devuelve con una caja que no aparenta caber en "el asiento trasero de un coche", que me habían dicho en la llamada de teléfono.

El domingo por la mañana una de las cincuentañeras tenía que volver en autobús, pero como mi tío finalmente no pudo ir, había un sitio libre, que no se tardó ni medio segundo en ofrecer para evitar el billete de bus, y sobre todo, el madrugón y la pesadez del viaje. La buena mujer duda, se ve que ha sobrevivido toda su vida buscándose la ídem, sin esperar que un ángel de la guardia venga a resolverle el nullpointerexception (perdón, esto no es de aquí...), y sabiendo que no tiene derechos adquiridos sobre el sitio, aunque esté libre, del coche. Duda, recela, a ver si va a molestar, que no mujer, que nos pilla de camino, te dejamos en Vitoria y luego seguimos a casa, es que no sé, si llegamos parecido saliendo más tarde, así vas más tranquila, bueno vale. En la parada de pis y bocata de rigor, consigue lo que no me han dejado hacer en toda la travesía: pagar. Que no puede ser que se nos haga un favor sin dar algo a cambio, que es de bien nacido ser agradecido.

La puñetera caja no cabe ni de coña. Cual sólido rígido que es, lo hago girar en torno a sus tres ejes principales de inercia (no hay simetrías, así que los giros estables son el mayor y el menor, jo, qué memoria, como un paquete de tabaco), pero ni pa dios. Mientras estoy pegándome con él, una rubia con el tanga por encima de su apretado pantalón me pita para que quite el carro que se me ha ido un poco al aparcamiento de al lado. Le estaré eternamente agradecido por dejar el coche de manera que no podré meter la silla de la niña, que he tenido que quitar para hacer del Ibiza algo más que media furgoneta, por la puerta del copiloto y tendré que pegarme con ella desde el asiento del conductor. Al menos el cofre entra en el coche, pero no queda sitio para nada más; hasta he tenido que girar los asientos de delante hacia adelante (valga la redundancia...), así como los reposacabezas (en lugar de reposar la cabeza en el reposacabezas, reposaba el reposacabezas en mi cabeza, toma trabalenguas). Pensando en que la probable multa va a terminar por desquiciar a la pantera que aún sigue dando vueltas y vueltas, cada vez más agitada, salgo para casa sin espacio (literal) para llevarme la lista de la compra. Curioso, algunos de los del medio atasco del sábado iban así.

Llegamos justo después de la hora de comer el domingo a Vitoria y tras pasar por la parada de autobuses y despedirnos, nos vamos al pueblo de mis tíos y primos a recoger mi coche.

-Nosotros estamos ya en casa y tú todavía tienes una hora más, ume!

Esta preocupación por los que están peor que uno es también propio de la educación de esa edad, sin duda. Los tres cuartos de hora de camino a casa van tranquilos, casi liberado de esa sensación de desvivirse por los demás, de procurar que el resto de la mesa esté cómodo, de echar una mano y tratar de no molestar aún cuando es obvio que esa solución es la mejor.

Pero tranquilos, el lunes por la mañana, ese primer día de mi pseudo-fin-de-semana, las cosas volvieron a su cauce, siguieron por es cauce en mi falso domingo, y me arrastró en su cauce ayer y especialmente hoy.

Y me preguntan qué te pasa, y yo no sé qué contestar... que cantaba aquél...

Un día de compras

Hoy nos hemos ido, tras cierto tiempo de locura con los horarios, al Gorbeia. Hace unas semanas habíamos ido a por una de estas, y esta vez íbamos en busca de una de esas escobas aspiradoras sin cable ni bolsa que ya habíamos fichado en la misma web; es la más cara, pero es la mejor, nos la merecemos.
Además, la llegada de un panfleto con ofertas de segunda unidad al 70% nos hizo pensar en hacer la compra de esas cosas caras que necesitas en cantidad (un dos tres, responda otra vez, pañales, arena de gato, cajas de plástico para guardar ropas...).

En fin, que ya que vamos, aprovechamos para amortizar el viaje con cierta sensación de ahorro. En realidad, sabemos que comprar el 200% de algo al 130% del precio es un 35% de descuento con la obligación de comprar dos, pero bueno, cuando te vienen bien y no te obligan a comprar dos, pues puede ser una buena idea.

En fin, que primero nos pasamos por el Decathlon y veo que las bicis rebajadas valen ahora 50 euros más que la última vez que las vi, pero aún así, compramos una camiseta y unas chanclas por la friolera de 9.90 euros en total. Tras esto, toma para Aysha, y vamos a la compra.

Efectivamente, las ofertas hay que buscarlas, porque no todo lo que necesitas o quieres comprar la tienen, pero al llevar los deberes hechos, casi todo el buscar lo que queremos, incluyendo la escoba aspiradora (esta no tiene segunda unidad al 70%...). Dos cajas, dos paquetes de 136 pañales cada uno, dos sacos de arena para el gato, un bolsón de comida para el mismo gato, la escoba aspiradora... un par de zumos, dos paquetes de patatas fritas, buf, a ver cómo metemos todo esto en el coche luego...

En fin, que pagamos, y antes de volver, vamos a echar un café mientras pensamos a ver donde va encajar todo eso que sobresale del carro. Vamos allá. El coche de la cría va donde siempre, y no queda mucho espacio. A ver la bolsa con ruedas que tiene todas las cosas pequeñas... sí! entra encima del cochecito y todavía queda un hueco. No entrará la escoba en su lugar? Probamos, no. Bueno, sí que entra la comida del gato. Vale, maletero rematado.

A ver lo que queda delante... metemos las dos cajas de pañales dentro de las cajas de plástico (las cajas de plástico ya están una dentro de la otra), vale, las tapas irán aparte (son planas). Veamos, las dos bolsas de arena en el asiento del copiloto, donde hay más espacio del que parece. Perfecto. Las cajas con los pañales dentro, en el asiento, ok. Las tapas entre las cajas y la puerta, que se cierra perfecto. Ok, pues nada, ale, que de tiempo vamos muy bien para volver para la toma de las 20:00.

- Pues nada, hoy ponemos a cargar el cacharro y mañana lo probamos, no?
- Sí.
- Se duerme la enana?
- No, ahí anda, pero no.

La conversación sigue por unos minutos y kilómetros hasta que ella, siempre más pendiente de los detalles, cae en la cuenta.

- Y LA ESCOBA?!?!?!?!
- COÑO! - al pie de la puerta del maletero donde no encontró sitio... ahí se ha quedao...

Damos la vuelta, volvemos, en total habrán pasado unos 15-20 minutos para cuando llegamos al sitio donde estábamos aparcados y...


AHÍ ESTÁ! Esperándonos como si supiera que íbamos a volver, como un perro que es abandonado en una cuneta hasta que le vence el hambre. Buf!, menos mal, parece increíble que siga ahí, que nadie se lo haya llevado, menuda suerte!

Y una p*lla.

Quiero pensar que la crisis saca lo peor de cada uno de nosotros, pero los 139 euros del cacharro ya no estaban allí. Miramos, remiramos, nos acordamos de la pareja que estaba entrando en el coche de al lado, se nos derrumba la pequeña esperanza de que era realmente posible que siguiere allí.

Bueno, pues nada, que le den y que le cunda, ojalá haya sido alguien que al menos no le diera para pagarlo. O si le daba, pues que le den.

En fin, vamos a quemar todas las naves antes de ir a por otro. Aysha tiene que tomar y no entiende de idas y venidas, así que voy a tirar el último cartucho...

La cara de la de información no tiene desperdicio. Está claro que comprende la situación, y que nunca se hubiera dado la vuelta para ver si no se lo habían llevado: sabía que cuando algo se deja por ahí sin dueño aparente (o con él, pero alejándose), las cosas desaparecen y no se devuelven a información.

Como hemos venido a por ello, pues voy a comprar otro. Al final, vamos a tener un 2x1, llévate uno y paga dos, y sin 70% que valga. A tomar por el culo toda la amortización, monetaria y emocional.

Pero por el camino notar que Aysha se ha dormido me hace pensar en cierto cuento de Paulo Coelho en el que alguien considera mala suerte caerse y romperse un brazo, pero luego ese brazo roto le libera de ir a la guerra; la historia juega con distintos acontecimientos que hacen del anterior lo opuesto a lo que parecen.

Supongo que las cosas no son tan sencillas, pero tal vez el que nos han mangado (hurtado, en realidad) es el "malo" de la serie, ese que tiene mil millones de fallos, y yo tengo el ticket de compra que sirve de garantía...

Regalo para un primer cumpleaños

Creerás que el tiempo pasa rápido,
que el buen recuerdo puede doler,
pero has venido a recordarnos
que no es tan malo crecer.

Verás que hay días con espinas
y que puede doler vivir,
pero recuerda que cada día
el mundo amanece en ti.

Vendrá el futuro a verte cualquiera de estos días.
Y tendrás en las manos lo que nunca tuvimos:
la esperanza de un mundo con los mares azules,
sin fieros huracanes o desbordados ríos.

No habrá hombres que mueran sin panes ni milagros.
Y en la pared de enfrente leerás que alguien ha escrito
un saludo de paz, un buenos días, un pájaro
con las alas abiertas para volar sin tino.

Cuando las sombras se alarguen
y te toquen con su manos
recuerda que siempre hay alguien,
alguien que te anda buscando
para pintar el futuro,
ya ves, alguien como tú
con quien compartir el vuelo
y emborracharte de luz.

Vendrá el presente a verte con hambre de futuro,
ese mañana incierto que algún día intuimos
que tú harás cercano, más humano y abierto,
más real, más igual, más justo y más limpio.

Será obligatorio escribir poesía
y la palabra amor, como si fuera vino,
tendremos que beberla obligatoriamente
con cada trozo de pan partido y compartido.

Quise escribirte una canción
para enseñarte a vivir,
eres un recién llegado
y yo ya soy tu aprendiz.


Cobra mucho más sentido ahora, con Aysha sonriendo al sol, que el día que se me pusieron los pelos como escarpias al escucharla en directo en el concierto de presentación del disco...

No la he encontrado en Dilandau, pero todo se andará...



Se puede escuchar la canción y el disco entero en el "Ver además"

Hasta siempre, compañero

Porque con la cercanía con la que escribías tus relatos no puedo llamarte de otra manera.



Pero sobre todo por tu perlas:

"Existen dos superpotencias en el mundo; una es Estados Unidos; otra, eres tú"

"Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio. Que es bueno para mi salud. Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista; tienes que leer."

"Ni la juventud sabe lo que puede, ni la vejez puede lo que sabe"

"Se llega más fácilmente a Marte que a nuestro propio semejante."

y más en su página de la wikiquote...

¿De qué es cuestión?

Hace unos meses que se está barruntando, y en algunos municipios se ha tomado cartas en el asunto.

Por diez pesetas cada una, díganos, diferencias que hace una situación sea legal y otra no, en plena calle, como por ejemplo, "se les ve la cara", un, dos, tres, responda otra vez:


Ilegal

Legal


Por no hablar de ejemplos tan malamente vistos como:



Y como siempre, no soy el primero en pensar así... seguid el link...

Misión Cumplida

Hace tiempo, en los albores de este blog, escribí un post que sigue viendo pasar los días y otros nuevos posts sin la suerte de haber recibido ningún comentario. Puede que de entre todos ellos, sea uno de mis favoritos, uno de esos que pasan más o menos desapercibidos (una aguja entre otras agujas, más que en un pajar), pero que encierran en sí mismos un pedazo de blogger, una parte de quien escribe y deja ahí, a la vista de todos, una vivencia, un sentimiento, plasmados en palabras encadenadas.

Más allá de lo rimbombante de lo que me está quedando esto, aquel post terminaba con una esperanza lanzada al aire, un final feliz que remontaba un post bastante gris en forma y fondo. Más allá de todo lo descrito, una realidad de todos los días pasa por encima de la inevitable certeza y hace que las cosas tengan sentido, encajen las piezas, y el mundo parezca un poco más habitable.

Hoy pretendo dejar aquí otro pedazo de alma. Otra parte de mí en forma de experiencia vital o sentimiento, que tiene mucho que ver con aquel post.

Entonces era otra persona quien hacía que la insoportable levedad del ser fuese un poquito más soportable. Hoy, una semanas y unos días después, otra personita hace reventar el diagrama para no sólo hacerlo soportable sino deseable.

Ocurre que Aysha ha venido a nuestro encuentro.

Con la perspectiva que da todo este tiempo vivido con una parte de ti ajena a ti, puedo confirmar que la paternidad es, de lejos, la mejor de las tres cosas que todo el mundo debiera hacer en su vida.

La experiencia nació (nunca mejor dicho) el tres de mayo. Esa mañana acudimos a la revisión de las 40 semanas para ver qué tal respondía la niña a las contracciones. Fue curioso comprobar que lo que todo el fin de semana estuvo llevándonos de cabeza, fueran efectivamente contracciones, y que la niña las iba soportando perfectamente, ahí, encajada en la pelvis como si tal cosa. Supongo que fue la experiencia de la matrona la que le dijo cual Pepito Grillo que pasásemos a la ginecóloga, para confirmar que efectivamente todo estuviera bien.

Y es que la ginecóloga se encontró con una dilatación de 2 centímetros, la bolsa sin romper, y el cuello del útero borrado.

- Estás de parto. Te vas para casa, recopilas todo lo que tienes que llevar, te duchas, y te vas para el hospital.

Ea pues, ya llegó el momento.

Llegamos a eso de las 13:30 a Cruces, con la tranquilidad que da el haber leído mucho sobre el tema y de sabernos en manos de buenos profesionales (aunque seguro que más de uno y de dos, eran del Atzetik).

Llegamos con contracciones irregulares y con una dilatación de tres centímetros. Nos dijeron que llegaba muy verde el tema, que a ver cómo nos habían dicho que fuéramos en el ambulatorio. Por suerte o por desgracia, en la revisión rompió aguas y ya no nos echaron.

Entró en una sala de dilatación y parto mientras yo revisaba correos en el móvil para pensar en otra cosa. No sé en qué otra cosa, pero el dejarte ahí con la única compañía de un papel con normas y sin saber nada durante más de media hora empezaba a crispar nervios.



Al final pude pasar. Estaba tranquila en una cama de la 8, la sala de partos más grande. Todo tranquilo, me dio el informe de situación, y a esperar. A eso de las 16:00 me fui a comer el primero de los medios sandwiches de máquina de los que iba a disfrutar durante ese día y el siguiente.

Todo seguía igual, hasta que le vinieron a revisar.

- Usté, a la puta calle.

Bueno, pues nada, me voy a echar un café y de paso busco un garito cercano para cenar, porque esto parece que va para largo.

Al volver me dice que sigue de tres centímetros y que le han puesto oxitocina para acelerar el proceso.

La matrona, cuyo nombre ya no recuerdo, muy maja ella, responde a casi todas nuestras preguntas de manera clara y eficiente.

El gráfico de las contracciones se acelera un poco y ella va notando un poco más de dolor. Las respiraciones del cursillo de preparto parecen no ser suficientes para sobrellevarlas bien, de manera que la matrona nos aconseja, ya que la queremos, poner la epidural ya. Si quieres un parto natural, pues te comes todos los dolores, pero si sabes que te la vas a poner, no tiene sentido esperar.

Vale.

- Usté, a la puta calle.

Bueno, pues nada, vuelvo en media hora. No recuerdo la hora.

A la vuelta no sé si entrar, o no, pongo la oreja en la puerta y ante el silencio, entro. Ya no respira a resoplidos, la cosa se ha calmado, y ya no hay dolor.

Le han puesto una vía por la que poder administrar refuerzos de epidural en caso de que fuera necesario.

Pero sigue de tres, van a avisar al ginecólogo de guardia. Parece que la oxitocina, que ya va por una dosis por hora cuatro veces mayor que con la que empezó, no está haciendo su efecto para dilatar (oxitocina = más contracciones = mayor dilatación, en teoría).

Al parecer, tiene un anillo en el cuello del útero que no termina de dilatar. Le dan algo para que se abra, y no nos toca otra que esperar.

Las horas se empiezan a acumular, y para pasar el rato, leo. Le leo los primeros pasajes del libro de Ruiz Zafón que ahora viaja conmigo en la mochila (El Príncipe de la Niebla). El libro tiene todo el sabor de este autor de estilo inconfundible, pero la situación se alarga hasta la siguiente revisión.

Las cosas siguen igual, no dilata. Cuando puedo volver a entrar, la futura madre me dice que el ginecólogo ha puesto cara rara, y la sombra de la cesárea planea por unos momentos sobre nosotros. La oxitocina está 10 veces por encima de lo que comenzó.

Sigo leyendo en alto, intentando mantener tan bajos como puedo esos pensamientos. No es que tengamos nada en contra de las cesáreas, pero siempre tiene uno en la cabeza aquello de que lo natural es sinónimo de bueno... incluso a pesar de que hay venenos la mar de naturales.

Las cosas parece que van a empezar a no estar tan controladas como pensaba al principio. El nerviosismo pasó a otro nivel cuando ella empieza a notar las contracciones. Resulta que tiene la pierna derecha medio dormida, la izquierda un poco, pero nota las contracciones en los riñones. Le duele, a pesar de la epidural, le duele. Empieza a respirar como en el curso, pero no parece que vaya funcionando.

Pulsamos el botón de F1, y la nueva matrona nos escupe a la cara la posibilidad de aumentar la dosis de epidural, que para eso está la vía que le han dejado. Ella duda, y la duda colma la paciencia de la matrona. Entiendo que cuando a una profesional de la medicina no le puedes dejar la decisión de si quieres (más) epidural o no, porque es una decisión que no es médica. Ante cualquier tratamiento, van a machete, como se ve en cualquier capítulo de House, pero ante algo voluntario, no pueden tomar la decisión por ti (por si luego pasa cualquiera de esas horribles cosas que te obligan a leer y firmar que has leído para acceder a la anestesia). Pero la tipa es seca como la mojama, como un formulario de windows: ¿Quiere más epidural? Aceptar - Cancelar.

Este comportamiento se repetirá en las sucesivas horas, pero por ahora tiramos de refuerzo. La pierna derecha se le duerme por completo, siente un hormigueo en la pierna izquierda, lo que espero que signifique que algo de la dosis le vaya a los riñones, donde está sintiendo las contracciones de manera intermitente: un minuto sí, un minuto no.

La respiración del curso parece no servirle para nada, y tiramos por las respiraciones de relajación de ese Yoga que ha practicado desde hace tanto tiempo. Mientras tanto, intento relajarla más con frases de ánimo, de control, que a mí no me valdrían, pero espero que a ella sí.

Vuelve el ginecólogo, de nuevo a la calle. Salgo y me quedo con la puerta pegada a la oreja, medio a oscuras, en el pasillo. Un nuevo padre sale del paritorio de al lado y debe pensar que soy una especie de extraño obseso sexual ahí agazapado contra la puerta. Parece tranquilo, supongo que una vez terminado todo las cosas se ven de manera diferente. Aquí fuera, pensando en los dolores que está padeciendo y en que los mismos no entraban en el guión planeado, empiezo a sufrir la angustia natural de este tipo de situaciones.

Entro como si nada tras dos toques de nudillo y sin esperar un "adelante" para enterarme de primera mano de cómo están las cosas.

- Ha dilatado de 6, al fin, bueno, parece que va la cosa bien. En dos horas volvemos.

Joder, qué escueto. En realidad, tal vez no fue así, pero fue como lo viví. No tenía orejas para nada más supongo.

En esas dos horas, el dolor sigue, habrá un par de refuerzos de epidural un poco inútiles y 110 minutos de desesperado intento de animarla que esperaba que lo fueran un poco menos (inútiles...). La angustia pasaba a cada mirada al reloj, más enorme que nunca en la pared, y sin un puñetero segundero al que cargarle toda ella (la angustia...) para que fuera un poco más rápido. Creo que en la vida dos horas duraron tanto y tan poco, cuando cada minuto soportado era como una nueva frontera alcanzada que valía más que todo el restante. ¿Sabéis esas esperas en las que más que pasar 5 minutos piensas que aún te quedan todavía 55? Pues esto fue eso mismo, pero lo contrario, y con la sensación de no estar sino haciendo el gili en cada uno de esos minutos. La impotencia ha tomado un nuevo significado a partir de esas dos horas.

Al fin, dos horas y 20 minutos después, a eso de las 3:20am, entran de nuevo la caballería. Prácticamente repito la jugada anterior, salvo que esta vez no hay un nuevo padre que me mire como a un sicópata.

- ¡Albricias y zapatetas! ¡Júbilo y regocijo! ¡Orgullo y satisfacción! Ya está totalmente dilatada, 10cm, ALELUYA!

Creo que una banda de colegio con trombón y todo pasó por la sala de partos ante tal noticia. En un capítulo de Alley McBeal habrían salido féminas élficas lanzando florecillas silvestres por toda la estancia.

- En una hora volvemos.

??????????????

Sí, imaginaos ahora el soniquete trompetero de bajón brutal (el clásico ya "fracaso absoluto" de El Hormiguero).

¿Pero cómo que una hora más? ¿Pero no está todo ya en su sitio y como debe? Una puerta cerrada nos responde.

Una hora más de agonía por delante que no entendemos. Pero no quedan más narices. Hemos superado más de dos horas, una más no debe ser problema. La esperanza se mezcla con una preocupación menor de ver la luz al final del túnel. A pesar de ello, la hora se hace laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargaaaaaaaaaaaaa como el piropo de un tartamudo. Ahora ya no importan los minutos que pasan, que también, sino los poco que empiezan a quedar.

A eso de las 4:20, entra la matrona con su ayudanta. La futura madre está agotada tras tantas horas (casi 14). La mano dura de la matrona se convierte en Iron Hand. Quiero pensar que es lo que necesita oir para afrontar el momento definitivo, todo aquello a lo que todas estas horas y dolores nos ha traído: el expulsivo.

Le levantan las piernas (la derecha sobre todo, porque no la siente) y yo me pongo en la cabecera de la cama, no del todo seguro de estar preparado para ayudar.

Vale, empuja.

Sentir las contracciones, que hasta ahora era un problema, ayuda a marcar los tiempos de empuje. Ya no es mi mano la que aprieta para hacer fuerza, sino los dos agarradores dispuestos a tal efecto. Le corrigen la postura un par de veces, los codos más arriba, que estás haciendo fuerza donde no es, vamos, la fuerza abajo, va.

Dos o tres empujones después, la matrona se pone a hablar del cambio de turno que ha pedido su ayudanta. Si no empujas más, esto no va adelante, tienes que mantener la fuerza. Después sabré que hay que ha estado dos horas en esta situación. Sigue empujando, y aguanta más de lo que aguantaría yo sin respirar, aguantando la fuerza y el resuello como nunca hubiera imaginado.

Pero no es suficiente. Tras enterarnos de que entre las del otro turno hay alguna que es un poco seca, nos dicen que así no vamos bien, que como no empuje más, van a sacar a pasear a Monsieur Forceps y Madam Ventosa.

Después supe que esto fue definitivo para el transcurrir de los siguientes acontecimientos. Tenemos una amiga a la que desgarraron involuntariamente con esos instrumentos y que un año después aún sufre las consecuencias, de manera que acabó echando el resto.

Empuja como si le fuera la vida en ello. En una de estas, una bola roja recubierta de pelo negro aparece tras el acantilado de sus piernas. La matrona parece dedicada a lo suyo.

- ¿Quieres que te la ponga en el pecho?

Entre tanto esfuerzo la pobre tarda unos segundos en procesar la pregunta. Un par de empujones después, una cosa roja, alargada, estirada, alucinante, acaba en sus brazos. Yo la veo en una perspectiva poco adecuada, pero ya está aquí. En ese instante, no sé llevado por qué, miro mi reloj. Mi pequeño reloj de pulsera toma la delantera a ese enorme reloj de pared que tanto nos ha acompañado en este viaje: las 4:44.

Manda pelotas, pienso, durante un instante sólo, antes de volver a la realidad de contar los dedos de sus manos, de sus pies, de ver como le cortan el cordón umbilical.

- Mira, tiene pelo.
- Siiiiiiiiiiiiiii - era una ilusión de la madre que tuviera pelo, pero hasta este momento ni lo había notado.

Mientras alucinamos como gilipollas de todos y cada uno de los primeros segundos de vida de ese pedazo de nosotros mismos que acaba de nacer, la matrona sigue con lo suyo. Entre todas las cosas, 3 puntos superficiales que después nunca supimos si fueron acompañados de alguno interno; en todo caso, muy bien esta parte.

- En una hora volvemos.

Joder, es la primera vez en todo este tiempo que me alegro de oir algo así. Si aún tiene dolores, parecen habérsele pasado, de manera que nos tiramos una hora (o más (o menos (o yo qué sé ya))) jugando al Un, Dos, Tres responda otra vez, a ver quien flipa más: tu madre va a alucinar, tiene los ojos rasgaditos, es una cucada, tiene cara de chica, viene con todos los accesorios, tiene los pies largos...

Pasado ese tiempo, viene una enfermera que se la lleva al aparatejo de rayos UVA de al lado. En realidad es un calefactor para que no se enfríe, pero lo parece. Es roja como un guiri tosdado al sol en Torrevieja, Alicante. Larga como 50 centímetros, pesada como 3.160Kg y una pocholada. No tiene cara de bebé, tiene cara de nuestro bebé, si se me entiende.

A eso de las 6:30, más temprano que tarde ya, subimos a planta. Mientras sacan a la madre, ahora soy yo el nuevo padre que sale por la puerta que tantos quebraderos me ha dado y ve a otros en esa situación. Parece un viaje en el tiempo en el que efectivamente constato que cuando se ha pasado, las cosas parecen mucho más tranquilas. Saco toda la ropa de las taquillas y espero a la madre para subir por el ascensor.

Vamos a entrar en una habitación, la 292 (capicúa, toma!), en la que alucino que antes de entrar, esperamos a que el celador saque un par de sillas y bultos. Entra la cama, al lado de la ventana. La habitación es pequeña de narices (de ahí que haya que jugar al Tetris con el mobiliario para que encajen todas las piezas), con otra pareja de felices padres con los que nos damos la enhorabuena mútua, pero que es casi el inicio de otra historia y un buen final para esta.

Bueno, salvo por que una de las dos enfermeras que más nos ayudaron después nos hizo una pregunta sorprendente:

- ¿Quieres un cola-cao?

P.D: para los más interesados, al final fue un zumo de naranja.

Pero qué horas son estas de llegar?

Aysha, esa pedazo de morenaza salerosa, no tiene a bien más que hacerse de rogar en su "primera salida", y nos tiene a su padre y a su madre (me toca primero porque es mi blog...) hasta bien pasadas las cuatro de la mañana.

De hecho, la muy señorita va y llega a nuestro encuentro a las 4:44.

Creo que no será la primera vez que hablaré de los horarios de mi hija...

... aunque espero que dormir media hora de 36 y mantener a cordura sean compatibles.

Últimas declaraciones de Aysha

Según los últimos informes, se ha podido traducir, de un tembleque de pie que resultó ser un mensaje en morse lo siguiente:

- Vaya mierda de mundo, yo ahí no salgo.

Qué bien haces, hija mía... yo tampoco saldría.

Serás Maricón...

He cambiado varias veces de trabajo. En el mundo de la informática es habitual, casi recomendable, hacerlo cada, más o menos, un año o cuando terminas el proyecto para el que fuiste contratado.

Es tan normal que una empresa te mantenga en nómina mientras pueda sacar pasta de ti vendiéndote al peso, que uno acaba entrando en el juego e intenta llevárselo a su terreno aprovechándose de la misma manera. Así, cambiar de trabajo, o su amenaza, termina convirtiéndose en una de las pocas cartas con las que cuentas para, por ejemplo, conseguir un aumento de sueldo.

Las carreras profesionales dentro de una misma empresa son cada vez más escasas, y los contratos fijos terminan por incumplirse por aquellos, en principio, más interesados en tenerlos, a saber, los propios trabajadores.

Supongo que la época de bonanza de las .com y el intrusismo que ha degradado tanto la profesión son terreno abonado para que el negocio derive en algo como lo que es, aunque, y esto es una verdad como un templo, la verdadera culpa la tienen (tenemos) los currelas que asumimos la situación.

Nunca he visto que los empleados de una empresa se unan para pedir unas retribuciones justas o que se reivindiquen derechos comunes a todos ellos de manera unificada. En esta jungla en la que nos han metido, nos han convertido en nuestros propios enemigos, hasta el punto que existe un chiste completamente aclaratorio:

Un empleado, ante su reunión de revisión salarial, le dice su jefe: o me subes el sueldo, o al salir le digo a todo el mundo que me lo has subido

No es difícil comprender que mantener a todos en la falsa sensación de ganar más que el resto de la oficina, y que no se debe hablar de sueldos con nadie porque es algo que debes ganarle al resto de los compañeros (si hay poca pasta para subir sueldos, quiero mi parte a costa de la tuya) es una muy buena manera de aplicar el viejo divide y vencerás.

Recientemente he visto algunos de estos movimientos; si bien no creo que estemos en el mejor momento para hacerlos, supongo que es normal, entre gente joven, realizar este tipo de cambios.

Siempre he pensado que es necesario, no sólo desde el punto de vista monetario, cambiar de modos de trabajar, de tecnologías aplicadas, de metodologías de hacer las cosas, sobre todo a una edad en la que es más importante aprender que el dinero que te dan por ello (por aprender, no por trabajar...).

Después, cuando ya se aprende de qué va todo esto, simplemente necesitas un lugar en el que estos mamoneos no te coman la cabeza y te asientes. Pases por encima de todo esto, negocies un buen sueldo en base a tu capacidad real (que ahora sí, sabes que la tienes) y empieces a formar parte del sistema "en el otro lado".

En estas situaciones, ya no se cambia de trabajo por dinero, o porque se te acaba el proyecto. A estas alturas formas parte del engranaje y ya no eres tanto el que hace el trabajo como el que lo busca y/u organiza para que otros lo hagan, por lo que las razones habituales se diluyen para dar paso a otras nuevas, mucho más profundas, que pueden hacer que hagas cosas que antes nunca hubieras hecho, como cambiar de trabajo perdiendo dinero.

No sé si es el caso, pero una de esas personas que son compañeras y sin embargo amigas, se va esta semana.

Tengo la sensación de que nos deja solos laboral y personalmente para seguir empujando por malear nuestro lugar de trabajo a nuestra imagen y semejanza, y de ahí que me salga del alma este título de post... y el hecho de que sea gay no tiene nada que ver.

Pero J***, serás maricón...

Hoy pareces cansado

- Pareces cansado
- Sí, es que hoy no tengo sueños


P.D:Micro-micro-micro-relato dedicado a Javi, que siempre se quejó de mis laaaaaaargos posts.

Niños vs Hombres

He necesitado unas semanas para asimilarlo y poder escribirlo. Tal vez no tanto por causas emocionales como por aquello del aprovechamiento del tiempo en cosas que en breve voy a tener más difícil hacer, pero eso no queda tan bien en un post.

Ya no sufro por el fútbol. Desde que uno asume que todo ello es un negocio, y que hubo un tiempo en el que el talonario abonaba a los mejores equipos, no es posible volver a poner el corazón en juego por una cuestión sobre la que tienes tan poco control como influencia.

Así pues, hace mucho que el Depor sólo me sirve de alegrías. En baloncesto, desde que su Aerísima dejó paso a otras generaciones más preocupadas en la publicidad que en la victoria, las cosas van más o menos por el mismo camino. El Joventut sólo me da alegrías, disfruto de los buenos años y desecho los malos como si de vino se tratara. Buen año aquel con Ricky y Rudy, malo este en el que Tucker no puede hacerlo todo y bastante hacemos con lo que hacemos.

Pero hace unas semanas volví a sufrir con un partido de fútbol. Con una eliminatoria imposible en la que tuvimos la gloria de batir al mejor equipo de la Historia a la vista, pero que finalmente optó por otro equipo, más guapo, más fuerte, más rico.

Hablo, claro, del Arsenal - Barça, ese del que todos hablaron durante días por los cuatro goles de Messi.

Por estos lares siempre se ha dicho que uno sólo debe pedirle a su equipo que corran, que lo den todo. A partir de ahí, el resultado casi es lo de menos. Ver defender a los jugadores esa camiseta que te hizo tilín en algún momento como lo harías tú suele ser más que suficiente.

A mí me pasó algo parecido.

Ocurre también que este equipo (el Arsenal) llega a las eliminatorias de la Champions sin nada que perder. Un equipo al que cada año desmembran con sus jugadores más destacados (Henry, Hleb, Flamini, Senderos, Toure, Adebayor, ahora Cesc...) y con el 10% de la capacidad de otros equipos punteros en Europa para fichar, se mantiene, sin embargo, en la élite a base de calidad, talento y buen hacer.

Arsene Wenger tiene ganado el cielo en este sentido. Da igual lo que haya pecado en Francia, por lo que está haciendo en Londres lo acogerán sin dudarlo en el cielo inglés, no problem, Mister.

Y aún así, con la enfermería repleta de jugadores básicos (no estrellas, no tenemos de eso, sólo jugadores con los que te la jugarías a doble o nada a un partido, esto sí es un EQUIPO) y un ex-jubilado como Campbell en la defensa, tenemos un partido de ida en cuya primera parte se pudo disfrutar de la sinfonía futbolística más laureada de los últimos tiempos. Y el Arsenal no desentonó.

0-2 se puso la cosa, bueno, sabíamos que esto podía pasar, no tenemos nada que perder. Pero mira que sale Walcott y el partido se pone calentito. Al final, 2-2 con la pareja de centrales titular fuera del partido de vuelta y el capitán del equipo con la pierna rota tras convertir el penalty en gol.

Los tabloides hablaron de que Cesc tiró el penalty con la pierna ya rota. Eso me vale más que 40 kilómetros recorridos en todo el partido. Estos jugadores, sí sienten los colores.

Para el partido de vuelta, el equipo es como para uno de esos de fondo de armario de la liga en la que se rota a los jugadores sin que se resienta el equipo. Pero esto es la vuelta de los cuartos de la Champions, amigo, aquí hace falta aprovechar ese hueco, ese pase, ese tiro, ese detalle que hará que los dioses te concedan su favor.

Y lo hicimos, 0-1 tras galopada de Walcott. Bendtner, un tío de 1,90 por lo menos, es el primero en levantarse del suelo para rematar tras fallar el primer remate. Eso también vale por otros 40 kilómetros.

El sueño duró lo que tardé en comerme la bomba que mi media mitad tuvo a bien regalarme esa noche. Dos minutos después de estar viendo la luz, aparece Messi y aprovecha otro de esos momentos críticos de una eliminatoria. Balón suelto en la frontal, y entre tres, canicazo y gol.

Volver a empezar, seguimos sin nada que perder. Al descanso, con un 3-1 y la sensación derrotista de estar ante lo imposible, vámonos a casa, que no quiero seguir viendo esto. Porca miseria.

Al final, 4-1, pero la sensación de haber dado la cara ante nuestro hermano mayor...

Y a la espera de que Cesc evite la tentación de ser el heredero de Xavi en ese reloj bien engrasado y sincronizado que es el Barça. Evite la tentación de hacer lo mismo que hace ahora pero con más opciones de ganar, aunque sea porque el dinero suple en parte el trabajo bien hecho. Aunque sea por seguir siendo gunner y tener todo el respeto y admiración de quienes seguimos a este equipo.

Aunque sea para poder seguir teniendo estas tan buenas sensaciones incluso cuando se pierde.

Aunque haya necesitado un par de semanas para asimilarlo.

En dos palabras

de repetir, y no parar.

A punto de ver a Ismael...

En el Euskalduna. TOMA!

Really thank you Photobucket

At last, I remembered I used another very old email account to register to Photobucket, and I tried it at the form provided by them to reset the account's password.

I was really happy when the green message told me the email was sent! I logged into the old yahoo account (which was inactive as well, of course, but I could reactivate it; the old emails where lost, but I could receive the email from Photobucket) and there it was, the link to reset the password.

I used it, and logged in. Everything looked well, but now I cannot use my account. I can log in, but my home page seems to be unavailable. I saw all my images there, in a brand new style.

I'll tell you about the next chapter of this story.

Thank You Photobucket

A couple of months ago, a lot of the images used in this blog where lost. Apparently with no reason, where a photo should be shown, a white image with red letters appeared to the readers of Incomodas Verdades.

Those red letters told everyone could see that an account in photobucket was out of date, so no image would be served anymore.

Now I use the feature provided by Blogger. I tried to keep using Photobucket, but having to log into another application apart from Blogger, uploading the photo there and bringing the url to the post was too much. Therefore, I quit using it. I know it's lazy, but it's true...

A couple of years later, photobucket served this red letters instead of my stored photos. As I had not logged in for two years, they just wanted to erase what they considered to be a useless user.

When I saw it, I tried to recover my password, but the account was inactive. Using my best english (which, as you can read, is not as good as I want it to be...), I sent an email to Photobucket asking for my linked photos. I received an answer, telling me that I should pay to reactivate my account... and keep paying to keep it active... FOREVER!

Another email told them I understood the situation and that I would not mind paying to recover my account, but forever??? That was really unfair. Ok, I don't use Photobucket any more, but my blog does! I need those photos online!

They asked me, after that email, to send them any information I could provide about my Photobucket account: the background color I used, my username and password (thank you for remembering it for me, Firefox), descriptions of any of the photos I stored there, etc.

I did it.

And now the real images are back, but I have received no mail telling me so. I tried to log in... and I can't.

I would have loved to tell you all that my account is active again, but that has not happened. My photos are available again, but my account isn't.

That's why this post has not a happy ending, not completely.

Now, I am going to backup the whole blog, hoping that the photos stored in Photobucket will be downloaded correctly. At least, I will be able to change every post using one of them to a new URL in Blogger.

Esto lo va a arreglar tu p*t* madre

Imaginemos.

Un mundo en el que los gobiernos son mucho más pequeños que las multinacionales contras las que se pelea por preservar, dentro de un orden, los derechos de aquellos que los eligen.
Un mundo en el que los intereses empresariales pasan y pisan por encima de las personas que los sustentan con el trabajo diario.
Un mundo en el que esas multinacionales aborregan a esos trabajadores bajo la falsa promesa de un mañana mejor que únicamente llega, y no para todos, tras morir y acabar en el $PARAISO.
Un mundo en el que el dinero ha dejado de ser un poderoso caballero para convertirse en un tirano que lo domina todo aquello que cae bajo la sombra de su manto.
Un mundo en el que, sin aviso previo, una crisis lleva al sistema al punto de hacerlo tambalearse, y se tiene una singularidad donde deja de funcionar aquello de "demasiado grande para caer".

Ese mundo, tan cercano hoy como aparentemete lejano ayer, pone de manifiesto que lo único que preocupa a demasiados es el resultado de cuentas de final de año. ¿Que nos va mal? Bueno, al resto no parece irle tan mal, así que cual amante descubierto in fraganti, miente, niega, bufa, desmiente, desacredita. Hasta que sea insostenible, para entonces, todo el mundo estará igual de mal, y tu gris estado no desentonará de entre todo lo demás.

Y así, tras entrar en la crisis con la inercia de una bala que se estrella contra una pared, ahora vemos cómo la bala se ha parado sin haber llegado al otro lado. ¿Y ahora qué? Bueno, si esto fuera un electrón traspasando una barrera de potencial, siempre tendríamos la esperanza de saber que probabilidad de llegar al otro lado, haberla, hayla. En el mundo de la macroeconomía, creo que esto no es demasiado aplicable...

Así, mientras el 20% de la población causante del 80% del estropicio se va de rositas o consigue una cabeza de turco que pague por él y todos sus compañeros y por él el primero, ahora van y nos salen con que la época de crisis que estamos viviendo se soluciona con autosugestión.

Que sí, que sí, que un refutado profesor me lo ha explicado, que la economía es un 99% sensaciones. Y claro, de la sensación, a la falsa sensación va un paso.

De igual modo que lo peor en seguridad informática es la falsa sensación de seguridad (aquello de no saber que tienes un agujero del copón, pero ojos que no ven, dinero que te ahorras en resolverlo...), aplicado a la economía, igual que fue muy fácil de esconder los problemas que debían de venir de lejos para ser tan graves debajo de una capa de apariencia, ahora se intenta la opuesta.

A saber, que entre todos nos autogestionemos para, entre canción de Cumbayá y gala de Gran Hermano, olvidemos esa factura o hipoteca sin pagar. Los niños no tienen para zapatos este invierno, o tendremos que reutilizar la dentadura de la abuela, pero qué más da, esto solo lo arreglamos entre todos.

Y UNA MIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEERDA! (léase como Bea la Legionaria...)

Si la cagada de todo esto ha venido por la hijoputez supina de algunos pocos, esto lo tienen que arreglar ellos mismos. ¿O qué?

¿Imaginaremos un mundo en el que además de putas, pondremos la cama? ¿Acabaremos pagando la penuria del sistema, pagando el arreglo con los impuestos de todos, y pagando al final para encima tener que poner una sonrisa a aquellos que desearon apropiarse de la manera más indebida posible de los dineros de uno?

¿Y dónde queda entonces la buena voluntad de los ingenuos currelas? ¿Dónde quedarán los beneficios cuando vuelvan esas vacas flacas que nos dicen que sólo podemos atraer entre todos? ¿Serán para todos? ¿Y tendrán efectos retroactivos?

Agora

Hace un par de días he visto la peli de Amenábar. Si bien es cierto que no está pensada para ser vista en pantalla de 320x480, calidad mp4, y con el ruido de fondo del traqueteo de un tren, me ha gustado mucho.

La peli está dividida en dos, por un hecho que no se alcanza a entender plenamente hasta el final. Bueno, no del todo si sabes algo de dinámica e historia de la ciencia, como es el caso, pero en general supongo que es así.

Y lo supongo porque creo que nunca se explicó de una manera tan sencilla y clara el movimiento de los astros y la esencia misma de la verdadera ciencia, a saber: toda tésis demostrada como cierta vale hasta que se encuentre una experiencia que la revoque.

Esto, dicho de otra forma, resume toda la película en un sola frase mítica.

"Tú no puedes dudar de lo que crees, yo, debo"

La duda, la curiosidad, la necesidad de cuestionarlo todo, de entender, de satisfacer esas cosquillas cuando una teoría explica una realidad y encima predice la futura...

Esto está maravillosamente descrito en el sentimiento de una Hipatia que, por otra parte, hubiera tenido que esperar a los 70 para quemar sujetadores para reivindicar su valía para algo más que abrirse de piernas para hacer y parir descendencia.

Porque ante todo lo anterior, la historia es una durísima crítica hacia un religión que nos retrasó, como sociedad, más de 1000 años.

Chochitos y Cojones



Así, sin anestesia ni nada, me encontré estos típicos productos de la zona...

El Profesor Layton y La Villa Misteriosa

Hace tiempo que no leo. Estas vacaciones de Navidad las recordaré como la Navidad de Avatar, todo un peliculón si no fuera por el hecho de que se han gastado más en cómo contar una historia en lugar de gastarlo en saber qué historia contar.

Con casi todo el mundo que he hablado (y que ha visto la película, claro) ha tenido esta impresión bastante parecida. Una historia terríblemente bien contada, pero un poco floja al fin y al cabo. Todo un canto a lo mejor de Bailando con Lobos en un intento de hacer de ello una película de culto al estilo de Matrix. Raramente me ha pasado, pero al salir, pensé que cuando hagan la 2 y la 3 (al tiempo) la van a cagar, porque lo más probable es que sean versiones de El Imperio Contraataca (el malo siempre vuelve) y El Retorno del Jedi (vale, puede que un Jedi nunca busque venganza, pero en Avatar, fijo que el malo acaba cayendo... lo cruelmente que sea es irrelevante). ¿Por qué? Porque no hay historia. La historia se acaba. Y si hacer Avatar ha costado tanto, Avatar 2 puede costar el doble, con lo que se invertirá la mitad en la historia.

Pero a finales de vacaciones, empujado por un renovado interés por la DS y nuevos juegos descargados (dicen) ilegalmente (ni que contuvieran pederastia para ser ilegales, no sé... si acaso serán "no sostenibles" ahora, no? Y los no sostenibles van a la cárcel? Como los constructores de coches contaminantes o las petroleras? Niña, calla y no digas tontás...).

Entre ellos, los dos del Profesor Layton.

El primero, La Villa Misteriosa, si se me permite la traducción libre, comenzó con el interés de adivinar este o aquel puzzle que se plantea. Adivinanzas en forma de acertijos puñeteros que pueden llevarte totalmente de cabeza. Tras varios sudores sufriendo para ver si el camino C es efectivamente el que lleva a la villa o no, y de disfrutar de las animaciones (verdaderos dibujos animados con sabor al Sherlock Holmes perro de mi época) que la historia iba dejando como pinceladas de buen vino, uno coge carrerilla y va sacando monedas de todas partes y gastándolas donde hiciera falta para resolver, poco a poco, casi todos los puzzles.

Pero héte aquí que a mitad de partida acaban importando muy poco las reinas que no deben comerse entre sí y estás sufriendo por ver si tu teoría de cuál es el verdadero misterio del barón muerto es correcta. Así, entre la paciencia necesaria para resolver cualquier acertijo que se te atasque y la imperiosa e impaciente necesidad de saber más, debes ir resolviendo más y más problemas de lógica, matemáticas recreativas, que si el doble de tu edad más tres, etc, etc, etc...

Y me lo he pasado como un enano. Creo que han sido como unas 9 horas de juego en total, para acabar con el misterio de la Manzana Dorada y terminar de ver la última animación como si del final de una buena película de dibujos se tratara.

No puedo dejar de pensar en que si se gastaran una décima parte de lo gastado para Avatar, saldría una peli la mar de interesante de este guión. Cierto que no gustaría a todos, porque tiene sus cosas metidas con calzador, pero vaya, que tiene de todo.

Así, espoleado por las ganas de atacar a La Caja de Pandora, que supongo que bien valdrá otro post, llego a casa ahora frustrado por ver que el Machinarium ha perdido las partidas guardadas y tengo que volver a haceme las 5 pantallas que me había pasado de nuevo.

Ahora comprendo a quien me cuenta que debe hacerse las mismas 25 pantallas en el WOW para ganar algo de dinero... pobre hombre...

Y la peor película de la Historia es...

... sin lugar a dudas, cómo se puede hacer algo tan malo unos actores, idea, medios y sobre todo tanto dinero como los que hay en juego.

Por favor, quien pueda evitarlo, haceos el harakiri antes de verla.

Hablo de Gamer, que debería ser tan ilegal como la pederastia.

Joder qué cosa tan chunga.

Feliz 2010

Pues eso.