Katrina, un año después
Hace un año ya, y parece que fue ayer. Supongo que pasa siempre con una catástrofe, que sigue en la memoria como si hubiese sido ayer, hasta que, de repente, ya no la recuerdas y parece que fue hace cien años. Será que los recuerdos son también binarios; o están ahí o no están.
Hace un año y las cosas siguen bastante mal dentro del país poderoso de la tierra; bueno, en realidad siguen mal para los menos favorecidos del país que contiene a los más poderosos de la tierra, sería tal vez más correcto.
Push ha tardado bastante en admitir que no se hicieron bien las cosas. No está mal, creo que la administración Push tiene pocas cosas de las que sacar pecho (que no lo haga Condoleeza, por favor, lo de sacar el pecho, digo...) y muchos meas culpas admitidos... y los que le quedan sin admitir.
Aunque Push haya admitido la incompetencia del gobierno en este asunto, también se defiende esgrimiendo frías cifras que no hacen sino confundir. Que si tantísimos millones gastados, que si tantísimo que queda por gastar... números tan grandes para el común de los mortales que no se sabe demasiado bien si es suficiente con esa cantidad o no. Cuando uno oye hablar de miles de millones de dólares es difícil valorar si faltará algún millón o ciento de millón.
En cualquier caso, las prioridades parecen, como siempre, ligadas al dinero. Hay aún 100 personas, 100, sin identificar. Puede que no sean más que cuerpos muertos, pero eran personas que se merecen ser identificadas y tenidas en cuenta. Imagino que la mayoría, si no todos, no han sido reclamados por nadie, de modo que tampoco hacen daño a nadie si al final acaban en una fosa común.
Pero aunque esto sea pasable, que al fin y al cabo, sólo son 100, un pequeño porcentaje del total o algo así, lo que tiene guasa, según creí oír en las noticias, es que el pabellón deportivo ya está reconstruido, mientras que muchas familias siguen en situación ruinosa en sus barrios aún en estado de desastre.
El dinero, para los vivos, ok, pero con criterio, que la cosa es revitalizar el lugar económicamente. Es un punto de vista totalmente neoliberal el que predomina. Si los lugareños tienen una manera de ganar dinero, siempre pueden ayudarse a sí mismos. ¿Para qué va a ocuparse un gobierno que ha demostrado ser incompetente? Mejor arreglemos las empresas, y que el mercado se encargue de ponerlo todo en su sitio.
El concepto de que el gobierno deba ocuparse de los electores que lo eligieron se disuelve como una aspirina, mientras las carreteras no se arreglan, los hospitales siguen a la mitad, la mayoría no tiene luz, gas, agua potable.
Pero ojo, porque el pabellón deportivo está reconstruido, no se vaya a resentir la economía local... aún más...
Otro problema que se ha dejado a los vaivenes del mercado es la relación entre personas. Parece que entre tanta hipocresía y marginalidad, los clanes van aflorando como grupos de subsistencia. La comunidad negra y la hispana, las dos minorías mayoritarias, se pegan por los despojos que la mayoría blanca deja tras de sí.
Bueno, seguro que hay blancos pegándose también, pero en los medios sólo salen los grupos minoritarios, al estilo de Bad Boys... que siempre habrá clases en la tierra de las oportunidades.
No deja de tener guasa, también, que Push se atreva a decir que va a permitir a Nueva Orleans quedarse con parte del beneficio que se obtiene del petróleo que se obtiene en... ¡la propia zona! Di que sí, Yorch, la tierra para el que se la trabaja. Todo un derroche de política social al servicio del más ric... digooooo del que más lo necesita.
En fin, que otra desgracia que sigue igual, la vida sigue igual, que diría aquel.
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