Recuerdos de infancia
Últimamente he recibido unos documentos xsl con unos cuestionarios de lo más interesantes. Se trata, como digo, de cuestionarios donde hay que rellenar unas casillas respondiendo a una pregunta: ¿te acuerdas de...? El tema son series de dibujos animados y de ficción de los años 80 y primeros 90, cuando uno no hace otra cosa que ver la tele con la conciencia tranquila tras acabar los deberes (o no).
Sé que de pequeño uno aprende las cosas como una esponja, que le entra todo en la cabeza y se queda ahí para siempre: se dice que las cosas que se aprende de pequeño no se olvidan y por lo visto con estos tests, parece ser verdad.
¡Qué queréis! Me ha dado un ataque de nostalgia. ¡Qué emoción!
Hace unos meses me llegó uno en el que lo que había que adivinar eran imágenes de las series, las típicas mini-fotos que salían en el TeleIndiscreta... ¡por hank! ¡parece como si volviera a tener 8 años! Aquel fue un pasatiempo muy bueno, pero es que uno de los de ahora es la monda, porque lo que hay que adivinar es... ¡¡¡un trozo de la sintonía de la serie!!!
Es curioso cómo la música se te mete en la cabeza. Hay series realmente míticas como El Gran Héroe Americano, El Equipo A, Canción Triste de Hill Street... todos los viejos clásicos con los que crecimos... ¡madre mía, cuantos recuerdos!
Entonces, un día veraniego se reducía a comer, y ver la tele en la sobremesa. Eso sí que eran series, todo el vecindario a las 15:30 como un clavo delante de la tele. No te lo podías perder, no ya por la calidad propia de la serie, sino que porque si no lo veías, luego no eras nadie, no podías entrar en los corrillos que se formaban por la tarde. La hora de quedar era después de la serie...¡qué época!
Recuerdo también las series de la noche, a las 21:30... cuando sólo había dos canales, al día siguiente todo el mundo había visto lo mismo. La tele tenía una función socializadora muy importante, unía a la gente, le daba cosas comunes de las que hablar... y además, puede que por la edad, a uno siempre gustaban todas las series.
A ver si puedo colgar en algún sitio los xsl, para los amantes de otros tiempos pasados, que dicen que siempre nos parece mejor, para linkarlos desde aquí. Realmente creo que a más de uno se le saltaría una lágrima de alegría y nostalgia recordando cosas que creía olvidadas para siempre.
Como el señor Bretaudeau (¿o era Bredauteau?) de Amelie, cuando recibe su cajita de la niñez me he sentido, oye, y no debo ser el único...
P.D: Qué malos son los días de mucho trabajo...
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