No hay camino a la felicidad

... la felicidad es el camino - dice el dicho. Se refiere a que en la vida no hay una fórmula mágica para ser feliz, sino que la propia vida es la felicidad. Que la felicidad no está en las metas logradas, sino en el proceso que te lleva a lograrlas.

Y no estoy de acuerdo.

Una vez leí que cualquier suceso bueno o malo tiene un impacto sobre la felicidad de uno durante tres meses (como mucho, dependiendo del impacto), tras lo cual, en teoría ya no te afecta. Es decir, si te compras un coche nuevo, o empiezas a salir con alguien, o se te muere el gato, o te despiden, los efectos sobre tu felicidad (para bien o para mal) sólo duran tres meses como mucho; después, necesitas más, como un síndrome de abstinencia de una droga dura.

Ante esta situación, me da a mí que lo del camino se queda un poco corto, un poco simple para la natural complejidad del ser humano.


Los budistas, con miles de años de pensamientos profundos a sus espaldas han llegado a una cruda conclusión: no se puede ser feliz. No es esto exactamente, pero la cuestión es casi la misma. Me explico. El budismo tiene como una de sus bases en la creencia de que la infelicidad viene por la no consecución de lo que quieres, es decir, si deseas algo que no tienes, eres infeliz. Por lo tanto, la manera directa para ser feliz es no desear nada. Así no te aseguran realmente que vayas a ser feliz, pero al menos no serás infeliz, que ya es algo...

Aquí no se paran en detalles como que si quieres X cosa puedas pelear por ella, recorrer un camino y conseguirlo... Si la felicidad estuviera en el camino no te dirían que no quisieses nada, sino que lo intentases conseguir, porque en el propio intento está la felicidad... si consigues el objetivo, si no, el intento se convierte en frustración e infelicidad...

Claro que, además, el efecto de lo conseguido (si es que lo consigues) te va a durar tres meses, con lo que el deseo de querer más y no tenerlo te va a hacer infeliz...

¡Qué difícil se está poniendo esto de ser feliz!

No sé de donde me viene a mí mi teoría, pero creo que tengo una receta para ser feliz.

Se trata de trabajárselo a tres niveles: a corto, medio y largo plazo. Cuanto mayor es el plazo y el esfuerzo en conseguirlo, más te va a alegrar la vida, pero ojo, veamos cada caso.

La felicidad a corto plazo se consigue con detalles de la vida diaria, dándose una alegría cada día con algo pequeño y fácil de conseguir. Cosas como dormir bien, practicar alguna actividad que te guste, etc., esos pequeños detalles de los que siempre se habla y dicen son los realmente importantes. Hay muchas cosas: quedar con un amigo, recibir un sms de un amigo, que te cuenten un chiste, disfrutar de es postre que te gusta, una ducha matutina, escuchar música, mirar el amanecer/atardecer, sentir el frío en la cara, ver esa serie de la tele que te encanta, ...

La felicidad a medio plazo son cosas que requieren una planificación y/o esfuerzo mayores. Es como una inversión a varios meses vista: te sacrificas hoy con un objetivo relativamente alcanzable. Implica renunciar a una felicidad a corto plazo para obtener una felicidad mayor a medio plazo. Aquí entrarían cosas como renunciar a ir al cine para ahorrar y poder ir a un concierto, dejar ese postre hipercalórico para mantenerte en tu peso, levantarte media hora antes para ir al gimnasio para verte bien en la playa en verano, dejar de salir un par de noches para estar más tiempo con la familia, ...

La felicidad a largo plazo, como adivinaréis, se consigue con inversiones en tiempo aún mayores; y mayor esfuerzo, claro. Suele tratarse de objetivos vitales como comprarse una casa (otro día comentaremos algo sobre este tema), casarse, tener hijos, tener una buena carrera profesional, hacerse monja... Por supuesto la renuncia a felicidades a corto y medio plazo es lo suficientemente grande como para cagarla hasta el fondo si se equivoca el objetivo. Supongo que en general no se tienen más de dos o tres objetivos vitales, pero en realidad son los más importantes, porque cuando se consiguen tienen que ser realmente acojonantes. Me lo imagino como llegar a lo alto del Everest, un subidón de lo más alucinante.


Si nos centramos sólo en felicidades a corto plazo tendremos una cierta sensación de vacío a la larga, por la falta de felicidades a medio/largo plazo, como si no hubiéramos hecho otra cosa que mirarnos el ombligo sin conseguir nada más que una sucesión de caprichos volátiles.

Pero por el otro lado, si sólo nos centramos en felicidades a medio/largo plazo, es posible que tengamos una sensación de sacrificio continuo que nos haga sentirnos insatisfechos.


La receta se basa en la correcta administración de felicidades de los tres niveles. Ante todo creo que lo más importante es escucharse mucho a uno mismo para conocerse lo suficiente como para saber qué necesita en cada momento y qué es lo que más le conviene (a corto, medio o largo plazo).

Está bien renunciar a cualquier diversión para poder pagar la hipoteca, incluso para poder amortizarla más de lo previsto, pero si no haces nada más, los 30 años que te va a costar pagarla se te van a hacer más largos que una condena...


Visto de esta manera, a lo mejor si que estoy de acuerdo con lo del camino, entendiendo que en el camino a un objetivo a largo plazo, debes tener objetivos a corto y medio plazo que te vayan haciendo el mismo más agradable...

También entiendo que cuando todos tus objetivos se ven cumplidos puedes tener una nueva sensación de vacío por no tener nada más que hacer. La sensación de haberlo hecho todo debe ser tan angustiosa como la de no haber hecho nada... aunque de todos modos, creo que el estado pseudo-nirvaniense de haberlo conseguido todo es teóricamente posible, pero humanamente improbable.


Siempre queremos más, siempre hay más que querer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Si no eres infeliz eres feliz, y viceversa?, ¿la negación de un estado supone la afirmación del contrario...? no me vale con que me redirecciones al link de "Ver además"..Para mí esa teoría sobre la felicidad del budismo se queda un poco coja..en fin, que espero que me aclares algo más sobre el tema.

Gorka dijo...

Vamos a ver, vamos a ver... el budismo te promete que no vas a ser infeliz.

Cualquier persona puede pensar que entonces vas a ser feliz, pero yo voy más allá y creo que existen estados intermedios entre feliz e infeliz (de igual modo que hay estados intermedios entre alegre y triste). Por eso digo que no te promete la felicidad (no lo hace explicitamente), sino la no infelicidad.

Si para ti la no infelicidad es la felicidad, enhorabuena, el budismo es tu religión.

Y por supuesto, todo esto dicho desde un punto de vista semi-profano, claro, que lo mismo un auténtico budista se tira de los pelos con lo que he escrito.

¿Más claro?

P.D: Uau! Un comentario para responder!!! No me lo puedo de creer!!!