Un año, un mes, una semana y un día


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Leer con esto puesto... si funciona...


¿Parece una condena? Lo es.

Kay, ese gato que ha ocupado, tristemente, algunos posts recientemente, fue condenado a cumplir ese tiempo en este mundo sufriendo las consecuencias de un tumor que se creó junto a él en estado embrionario.

El viernes, 23 de Marzo de 2007, un día después de cumplir esa pena desde el 14 de Febrero de 2006, Kay dejó este mundo entre espasmos musculares, chutes anestésicos, y el cariño y pesar de los presentes.

Durante la semana lo habíamos visto decaer un poco. Desde el martes no le vimos bien, y al final, el jueves, fuimos de nuevo a ver qué le podían dar.

Cambiamos el chute de cortisona por unas pastillas de dosis similar. El mismo jueves hicimos que se tragara la primera, y el viernes la segunda.

Tras una grandiosa comida en el restaurante donde se celebrará el banquete de la boda (se celebraban varias cosas), al volver a casa por la tarde, vi que Kay salía pesadamente de su canasto.

Lo cogí. Aupado sobre mi pecho, jadeaba con la boca abierta y sus pulmones a toda máquina intentando insertar oxígeno en sus venas.

Saltaron las alarmas (sobre todo a ella...) y nos fuimos al veterinario. Al llegar, el gato parecía algo mejor, pero lo examinaron de todas formas. Una radiografía nueva y 100 gramos menos de peso.

De nuevo el pulmón encharcado.

- Vamos a hacerle una punción en el pulmón para sacarle líquido a ver por qué no lo hace efecto la cortisona, pero si no, le metemos un pinchazo a ver si recupera. Entre que le haga efecto el anestésico y demás, daos una vuelta y venís en 45 minutos.

Llovía a cántaros. Poca vuelta, fuimos a echar un café a un garito cercano que pretende hacerse pasar por cafetería sirviendo churros a las viejas.

Pasados 500 minutos, a eso de las 19:05 y lloviendo igual de fuerte, volvimos.

Noticias. Malas noticias. El tubo que contiene el líquido extraído es rojo. Es sangre. Lo más probable es que una vena que irriga ese tumor hijodeputa se haya roto y esté sangrando continuamente encharcando el pulmón con algo a lo que la cortisona poco le puede hacer: sangre.

La lesión es incompatible con la vida. Le están con una mascarilla de oxígeno encima de la mesa de operaciones en el quirófano.

El pobre está inconsciente. Se hincha y deshincha como un globo para poder respirar, pero ni aún así parece ser suficiente.

Adiós, amigo, vas a un lugar mejor, como Ramón Sampedro, cuyo libro acabé de terminar de leer, pero que no tengo ganas de comentar.

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Adiós, Kay

11 comentarios:

Anne-Marie Lafortune dijo...

Aie! Pobre Kay... fue un gato muy bonito. Suerte.

Gorka dijo...

Sí, lo fue, más por dentro que por fuera.

Un desastre de salud, como ese viejo sillón destartalado que no puedes tirar...

Gracias por el comment.

Salu2

Anónimo dijo...

Que pena tio!!.. pobre Kai, no llegue a tener el placer de conocerlo pero seguro que fue un gran gato.. de esos que podian haber protagonizado cualquier aventura!!!

Siempre quedara en nuestra memoria!!..

Un abrazo tio!!

Gorka dijo...

Gracias, tío : )

Salu2!

Tío Rubo dijo...

Joer, pues yo hasta pensaba que duraría más habiendo leido los posts recientes. En fin: mejor así que sufriendo el dolor. Yo hubiera preferido lo mismo. Un abrazo!

Gorka dijo...

Gracias, tío (Rubo).

Salu2

Anónimo dijo...

Animo Gorka!!

Que el tiempo lo cura casi todo. Ya sé que ahora nada te consuela, pero piensa que todo ese cariño que te has dejado en el tintero con Kay, se lo puedes dar a otro, que te lo agradecerá tanto como él.

Un beso.
Marta

Gorka dijo...

Holas!

Acabaremos teniendo otro gato, seguro, pero por ahora queremos acostumbrarnos a la vida sin él.

Igual es un poco melodramático, pero no veas como se le echa en falta...

Salu2

Anónimo dijo...

Hola, he encontrado tu blog a través de Google cuando buscaba información sobre el mal que aqueja a mi gata. Me temo que puede ser algo parecido al caso del tuyo: encharcamiento...
Qué pena

Fer dijo...

No sé si te podrá ayudar esto. Tengo cinco gatos, y la vida demuestra que las posibilidades de encontrar uno de ellos algún día con un atropello, desgarro, herida, virus.... es normal, y uno tiene que aceptarlo. Cuando se te va o le tienes que despedir, hay que quedarse con lo que le has hecho vivir. No hay más. Y recordar que en la naturaleza, viviendo salvajes, la vida es muy dura. Nada de los que viven con nosotros. Animo y chapeau.

Gorka dijo...

Gracias por el comentario y por el ánimo, la verdad es que la vida sigue y aunque nos seguimos acordando de él y echándole de menos, lo vamos superando.

Salu2