Mangando, que es gerundio

Llevan ya dos semanas largas, quizás más, buscando a Yéremi, un niño que ha desaparecido en Canarias. La búsqueda se está haciendo especialmente angustiosa porque toda la comunidad se ha implicado en la misma y los carteles del chaval inundan las calles, coches, farolas, y demás mobiliario urbano. Pero no hay resultado.

Dentro de la desesperación de su madre, que aún mantiene la esperanza de un rapto, cosa que va siendo cada vez menos probable, tomando fuerza otras alternativas más tristes para el final de la historia, un tipo ha intentado aprovecharse de la situación.

Dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores, de modo que este buen samaritano, en su buena obra de la semana, se ha hecho pasar por un supuesto secuestrador del crío para pedir la millonaria cifra de 6000 euros como rescate.

Por supuesto, se trataba de un farsante que, además de hurgar un poco más en la herida, ha tenido la inhumanidad de querer sacar tajada del dolor ajeno. Que digo yo que no sé a quién me recuerda esto, no sé, tal vez a los buitres, no acabo de ubicarlo...

En fin, que tiene pelotas, por no decir otra cosa, que se llegue a semejante nivel de hijoputismo, no me jodas...

Por otro lado, y en circunstancias mucho menos horrorosas, dos revistas se están peleando por el que, dicen, ha sido uno de los desnudos más esperados por una de ellas.

Elle e Interviú, se pelean por el desnudo oficial de Elsa Pataky. Musa de pocos, actriz más bien malucha e icono de gasolineras y talleres mecánicos, la rubia de turno ha posado para Elle sin acabar de mostrar todos sus encantos.

Lo que no sabían es que en México había otras personas acechando la sesión de fotos para sacar su particular tajada.

Interviú dice haber comprado esas fotos a una agencia, echando balones fuera, pero entre descubrir la espalda de la Pataky y sus otros encantos, probablemente ésta última se habrá llevado el gato al agua... al menos entre el público masculino... y las lesbianas...

...detrás...


...delante...

Lo que no comprendo demasiado bien es a cuento de qué tanto bombo con las tetas de Elsa, a disposición de todo aquel que se trague el truño de Ninette, sin ir más lejos.

Será que Interviú gana dinero con ellas, la supuesta agencia también, el paparazzo (si puede llamarse así) también, pero ella y Elle, no.