Muertes Voluntarias

He retrasado voluntariamente el post de hoy, cuyo tema lleva ya un par de días en la calle y en boca de muchos.

Inmaculada Echevarría, navarra ella, pero afincada (nunca mejor dicho) en un hospital de Granada, ha elegido morir en lugar de perderse la vida. Perder la vida debe ser malo, pero perdérsela viendo cómo pasan los días sin mayor alegría que ver a la máquina que te hace respirar funcionando perfectamente debe ser una auténtica putada.

Esta mujer, de 51 años, ha sufrido una enfermedad desde los 11 años que la ha dejado 9 postrada en una cama del hospital donde pidió que la dejaran morir. Para más coña, tuvo que soportar la muerte de su marido y el no poder hacerse cargo de su hijo, al que tuvo que dar en adopción.

El sufrimiento de esta mujer debió de ser enorme, hasta niveles que no podemos imaginar. Hablar de lo que haríamos en su situación es difícil, pero creo que yo querría eso para mí.

Es un caso diferente al de la eutanasia de Ramón Sampedro, creo yo, porque no se ha tratado de ayudarla a morir activa o pasivamente, sino de respetar su voluntad de rechazar un tratamiento. Al prevalecer el derecho del paciente a negarse a recibir un tratamiento (como las transfusiones de sangre de algunos fanáticos cristianos) sobre la obligación del médico de darlo, Inmaculada, ha podido encontrar el resquicio legal suficiente para colarse hasta las puertas de la muerte. Supongo que entró no sólo dócilmente, sino plácidamente en esa buena noche.

Buenas noches, que descanses.

Otra muerte de un navarro, esta vez más cercana a mí, más sopotable, quizá, es la de la carrera de Alfredo Landa como actor de cine.

Sí, ya sé que no es el mismo, que no ha muerto una persona, pero para mí, este es el primer paso necesario para llegar a la muerte de mi actor nacional favorito. Y aunque no lo haya hecho la persona, sí lo ha hecho el actor.

Desde pequeño he disfrutado del landismo (¿alguien ha oído hablar del alpacinismo, robertdenirismo, jacknicholsonismo siquiera? pues un respeto...) y después con todo lo que ha hecho este genial actor que se ha mantenido siempre en su sitio y deja a todo en su sitio hoy en día también.

Se retira, además, a lo grande, con un premio del festival de Málaga, y con el deseo de que lo que le quede de vida, lo pase al menos tan bien como me lo ha hecho pasar a mí con La Vaquilla, Los Santos Inocentes, El Bosque Animado, o con No desearás al vecino del quinto, Una vez al año ser hippy no hace daño y Vente a Alemania, Pepe, verdadero paradigma del emigrante españolito.

En fin, triste noticias para un viernes, nada que se escape de lo habitual.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues mita tú lo que ha dicho Plácido Domingo. Y, aunque no tenga nada que ver, buscando esta noticia he encontrado ésta otra.

Manu.

Gorka dijo...

Si es que, a veces, morir no tiene nada que ver con perder la vida... y hay otras en las que perder la vida es, definitivamente, morir.

Salu2!