¿Qué está pasando?
Yo ya había notado algo raro a finales de diciembre. Enero fue un mes mucho más normal, manteniendo la tendencia alcista. Febrero siempre es un poco flojo por aquello de que es el mes más corto, pero lo de Marzo es (va a ser) la leche.
Algo está pasando en Incómodas Verdades, que me está dejando alucinado y un poco contrariado. Leí no sé donde, que un usuario medio de internet, sigue un blog durante unos seis meses como máximo de media. Entiendo que eso de seguir las andanzas diarias de alguien puede suponer un gran aburrimiento a la larga, porque los temas acaban siendo repetitivos, y es complicado escribir pensando en quien llega aquí por primera vez y con quien lleva semanas pasando puntualmente a revisar el post diario.
Pero claro, una cosa es poder aguantar a una persona durante unas cuantas semanas, y que luego acabe hasta las narices de uno, y otra muy distinta que solamente el 5% de las visitas son de gente que vuelve (al menos, un navegador que vuelve, que no tiene por qué ser exactamente una persona...).
Y, bueno, bastante es que últimamente se me está comentando mucho más, tal vez porque Kay siempre tuvo mucho más tirón entre la gente que yo, o que haya tenido suerte al tratar temas de moda que la gente busca en internet; ya sabéis, hombres cogiendo, tetas mujeres guapas, vídeos de decapitaciones, lo normal...
Pero bueno, dentro de la contrariedad de ver que quien viene no vuelve o viene buscando cosas que poco tienen que ver con lo que se trata aquí, tengo que admitir que me siento contento con los comentarios recibidos y con el número de visitantes que, a pesar de no volver, pasan por aquí como potenciales comentadores y repetidores.
Porque no sé qué está pasándole a este blog que es capaz de meter cuatro palabras con tilde seguidas, pero, como decía en el inicio del post, el número de visitantes ha subido, y mucho.
Hace unos meses, atravesé la barrera de los 100 en un día; estos últimos días de Marzo estoy pasando de sobra los 150 e incluso ha habido dos días superando los 200.
Decía que tal vez he tenido suerte con los temas, en cierto caso, preferiría no haber tenido que hablar de él, y creo que debo hacerlo de nuevo, por expreso deseo de un afectado. Nunca pensé que fuera a tener el honor de recibir la visita de alguien que tiene una relación tan directa con el tema tratado. Supongo que en una de esas múltiples búsquedas acerca de Adrián García Barquín, acabó en ese post.
Me alegra que alguien tan cercano a la víctima de semejante tropelía no se haya enfadado con lo comentado. Creo que es la primera vez que una opinión en un post me preocupa tanto. Normalmente, los comentarios buenos ayudan a la búsqueda de la verdad que pretende este blog, los malos, puedo pasármelos por el forro de los caprichos o tomármelos a coña. Pero en este caso no.
Me habría sentado fatal si quien comenta tan cercanamente al suceso le hubiese parecido mal el post, su temática, su inclusión en un blog, su tono, sus comentarios añadidos...
Pero parece que no, cosa que, además, a germinado en datos añadidos como el que nos dice que Adrián ha salido a la calle sin problemas...
... y, bueno, más frívolamente, en enlaces desde foros automovilísticos que no sé si son la verdadera causa del auge en visitas de los últimos posts.
Controlo las visitas con la versión gratuita del genial SiteMeter, pero en la versión gratuita que te da las últimas 100 visitas, de modo que me es prácticamente imposible saber si la influencia de ese post es para tanto o no.
Aunque supongo que da igual, incluso que sea el post más comentado de todo el blog, es uno de los posts más importantes por haber podido llegar tan cerca de los afectados, y por haberles dado un cauce para su desahogo, si es que así ha sido.
Para que no se olvide, este post va por Gabriel y su familia.