Curso Prematrimonial III

Ayer, el tema era algo como "Nos casamos en la Iglesia", en referencia a que la ceremonia se va a celebrar en un templo de una religión muy determinada.

El día anterior, con lo de Jesús, se había hablado mucho de que la gente que dice que es cristiana pero no practicante en realidad es no celebrante, haciendo notar que una misa, una eucaristía es, en realidad, una celebración en grupo de una fe.

A mí me parece muy bonito todo esto, pero las cosas no son así en la realidad y, tras un pequeño ejercicio en el que todos asumimos roles más teóricamente correctos que reales, se pasó, no sé muy bien como, a hablar sobre por qué hay una franja de personas de edades entre los 15 y los 50 que no va nunca a misa.

La buena mujer que hizo que la de ayer fuera la reunión más participativa hasta ahora, cosa que consiguió, creo, a base de acercar su visión de la iglesia (entendida como la jerarquía eclesiástica) hasta nosotros. Tras poner de manifiesto que ella encontraba difícil defender cosas como la crítica a la planificación familiar, la homofobia o el papel totalmente secundario de las mujeres en el seno de la iglesia, se abrió la veda.

Lo digo jocosamente, pero en realidad, todo fue totalmente correcto. Hubo quien esgrimió razones de aburrimiento que le había hecho dejar de acudir a la llamada del señor los domingos por la tarde. También quien criticó la actitud lejana y engreída de algunos curas en particular. La poca participación fue también apareció por allí.

Ella, la mujer, trataba de invalidar los argumentos esgrimidos por los presentes como excusas para dejar de acudir. Cosas como cuando alguien se encuentra con un mal fontanero, no deja las cosas sin arreglar, sino que se busca otro; en cambio con los curas no se hace eso, la gente se aleja de la iglesia en general o la gente que acude a la iglesia no está pasiva, está orante. Algunos no se dejaron convencer, otros, dejaron que otros tomaran la palabra.

Como esta vez me tocó a mí ser la voz cantante del grupo, tuve que hablar un par de veces respondiendo a las preguntas que en teoría debían servir como hilo del debate, pero el tema recayó tanto en la fractura entre la sociedad y la iglesia que casi no se habló de nada más.

Yo dije un par de cosas tipo:

... el intento de acercar a la gente ya es muy tardío, debería haberse hecho una labor antes, cuando la gente que ahora tiene 30 y no va a la iglesia tenía 17 y aún iba... el arreglo no debe venir ahora por recuperar a los perdidos, sino por no perder a los que están... o ... tal vez ahora la gente vive su religiosidad más individualmente o en círculos más reducidos (dentro de la propia familia, por ejemplo)...

Pero fue inevitable acabar diciendo algo como que ... si hay una doctrina oficial que te dice que esto está bien y aquello mal y tú no estás de acuerdo, también es un motivo de separación... añadido a otro comentario de otra persona de que la sociedad ha evolucionado mucho más que una iglesia que parece estancada.

Ella dijo que el papa está en Roma y nosotros en Durango, como diciendo que lo que diga esa persona está muy bien, pero puede no valerte en tu caso particular.

Yo, no pude sino argumentar que si hay una doctrina oficial a la que se puede no hacer caso, ¿para qué está...?

- Bueno, también el presidente del gobierno te afecta con sus decisiones, pero luego se actúa localmente...
- Ya, pero puedes no votarle y tratar de cambiar las cosas, al papa no le hemos elegido, como a ninguno de los miembros de la jerarquía...

Aquí, no sé si abrumada por todo el tiempo viendo que casi nadie se sentía cerca de una iglesia en la que vamos a casarnos o porque le parecía que mis comentarios eran un ataque a su persona, pero se sonrojó y dijo que ... no me vais a cambiar mi idea ....

Alguien le preguntó si se sentía atacada o algo así y se respondió que sí.

Otra chica, que había comenzado diciendo lo del estancamiento de la entidad, se disculpó al sentirse aludida, a lo cual, se dijo que otra persona debería sentirse aludida y no había dicho nada.

Por supuesto, esa persona era yo, al menos así lo sentí, pero lo flipé. Pensaba que estábamos tratando el porqué de una situación y yo sólo enumeraba razones, nada que ver con un ataque a alguien que, precisamente, vive su religiosidad muy lejos de la iglesia oficial y, por tanto, más cerca de mí que un cura.

La reunión acabó abruptamente y sin que mi intención de disculparme si la había ofendido en algo pudiera pasar por encima del estupor que me supuso la indirecta.

Al final me fui sin decir nada más... tal vez debiera haberlo dicho... tal vez no debí haber dicho nada desde el principio... como otros que después admitieron haberse mordido la lengua...

... esta noche no he dormido bien...

... ¿a que nos suspenden?

P.D: hizo referencia a una web, que pongo aquí para que conste...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Te pueden suspender?. Y, si lo hacen, ¿qué pasa?. ¿Hay repesca?. ¿Cuántas convocatorias?. ¿Te preocupa?. En serio, cada uno tiene sus ideas, y ya está. Otra cosa es lo que haga con ellas. Y yo te paso otra página (por cierto, cómo se reía Lorenzo Milá cuando la presentó, años ha, en las noticias de la dos).

Gorka dijo...

Espero que no me suspendan, parece ser que hay otras parejas del curso que conocen a otras parejas que hicieron en curso hace un par de meses y la calificaron como la peor de todas...

Hoy he dormido mucho mejor... aunque esta noche tal vez me revuelva en la cama pensando en los secretos vaticanos encontrados en la página que me dices...

Salu2!