Sueño, mucho sueñ... zzzzzzzzz
No sé si alguna vez lo he comentado, me suena que tal vez sí, o al menos lo he hablado con la gente que sé que habitualmente entra por aquí.
Para todos los demás, diré que, de vez en cuando, como dos o tres veces al año, hay noches en las que me desvelo. Así, sin más, no puedo dormir y vivo la noche como un solitario y silencioso castigo a fuego lento. No sólo paso horas dando vueltas desesperado en la cama, o finalmente me levanto, leo, bebo un vaso de leche, voy a mear, paseo, enciendo la tele, sino que sé que el día siguiente, con la tortura de dormirse tarde y levantarse pronto, será recordado por el típico picor de ojo y estómago semi-revuelto.
Ayer, y hoy, son de esos días.
Creo que es por el stress acumulado por la tardanza en poner todo en la casa como se quiere, o tal vez no tenga nada que ver, porque me ocurre aleatoriamente, ya digo, dos o tres veces al año, no más.
La cosa es que hacía un inusual calor, los ojos los tenía como platos tras acabar de ver a Grissom hacer de las suyas en la quinta temporada de CSI:Las Vegas (gran serie que he ido perdiendo y quiero recuperar para mi rutina televisiva).
Calor y vueltas, y más vueltas, y nada de sueño, y muy despierto, y más vueltas, y más calor.
Al final, no sé a qué hora, me decidí por poner la tele.
Debía ser bien tarde, porque estaba acabando TNT, ese cutre programa que vive de guardar una tontada para el final, manteniendo un suspense que nunca merece la pena. Hablan de si Pepe se va a meter en la cama con la fea de GH, o de unas declaraciones bomba de un Hare Crishna. Da igual, nunca merece la pena.
Ayer, parece que el suspense iba por el tema sexual, porque apareció una rubia, muy mona ella, cuyo mayor talento era disponer de un joyero en la entrepierna. La chica podía introducirse nosecuantos metros de collar de perlas (bueno, no eran perlas, eran mini-bolas de metal, pero viene a ser lo mismo) en la vagina y seguir tan alegre por el mundo.
Su espectáculo consiste en subirse a un escenario medio desnuda, quitarse ese medio, y sacar el collar del interior de sus entrañas. No sé si al final se lo regala a alguien del público (del púbico al público), pero casi esto es lo de menos.
Decía que su entrenamiento consiste en practicar con bolas chinas y así consigue una vagina más musculosa con la que, además, disfruta más del sexo (en contra de lo que uno de los tertulianos comentaba acerca de la holgura de su intimidad).
En fin, toda una profesional, que me imagino que algún día andará por aquí.
Ella y su collar
Pero yo he seguido sin dormirme, me he vuelto a meter a la cama, he vuelto a dar vueltas y a pasar calor, y creo que he estado despierto hasta más allá de las 4:30h.
Y las 7:15 el puñetero no me ha perdonado. Bienvenido a la pesadez de ojos, bienvenido al mundo.
Seguramente la rubia seguía durmiendo, y puede que aún siga roncando a pierna suelta... con su collar bien guardado, claro.
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