Martes y Trece, ¿qué apostamos?

Lo admito, casi no llego al post de hoy, y promete ser de los que le gustan a Javi...

Básicamente, comentar que siendo martes y trece, ni te cases ni te embarques, día de mala suerte en el mundo hispano menos contaminado por el viernes trece de las películas del mundo anglosajón, era normal que el día se complicase lo suficiente como para no llegar a poder postear.

Admito que he puesto un comentario en el antro del tío rubo y he sufrido para pasarme el reto de javi moya, pero nada más, lo siento, no me ha dado tiempo a más... bueno, le he mandado una forma de ganarse la vida con los libros al primer Javi, pero nada más, el resto ha sido currar y currar.

Bueno, no, que hemos ido a celebrar que una compañera del trabajo se va a currar para un cliente en Madrid... pero eso ha sido todo, en serio, un chino para siete y ya.

En esa comida ha salido a colación mi futura boda por la iglesia. Los más reaccionarios se cuestionaban mi integridad para, como hombre de ciencias y ateo confeso, pasar por una iglesia a recibir el sacramento. Otros, los más religiosos, asumen que no se casarán porque no cumplen con las premisas que se presuponen ante tal sacramento...

A cuenta de esto, ha surgido una supuesta web, de cuya url no quiero acordarme, desde la que pedir, directamente a Benedicto 16, que te den de baja del cristianismo como quien se da de baja del adsl.

Y no es casualidad que miente el adsl, porque según se ve, algunos no lo tienen fácil para pedir la apostasía y la excomunión de una iglesia a la que no quiere pertenecer, pero en la que bautizaron cuando no tenía uso de razón.

Comprendo que una entidad como esta se plantee no sólo ya que la sociedad se aleja cada día más de sus postulados dogmáticos y sangrantes, sino que algunos hasta ven totalmente natural dejar de ser oficialmente miembros de la misma.

Y es que cuando la iglesia habla, asume que lo que hace en nombre de todos aquellos que forman parte de la misma. Obviamente, asumen a todo bautizado como tal, de modo que quienes prefieren que no se les cuente como favorables a tesis del medievo, pueden tenerlo complicado.

Según veo en el 20minutos, que habla de ello, en Sevilla es donde menos pegas ponen (¿tal vez porque es donde menos se pidan?), mientras que en la capital del Imperio han decidido combatir tan mala costumbre.

En la era de la libertad de credo, de la ley de protección de datos y del no en mi nombre, ¿para cuando una ley que asegure una baja de la iglesia tan sencilla como el alta (como el adsl, vaya...)?

4 comentarios:

Tío Rubo dijo...

Lo de apostatar me lo había planteado yo hace tiempo cuando al bueno de Leo Bassi se le ocurrió poner en su web un formulario para tal fin en PDF, pero no pude acabar de cumplimentarlo porque realmente no sé en qué diócesis estoy bautizado. Algo así era.

El caso es que con la ley en la mano creo que estoy en mi derecho de exigirle a la iglesia que me borre directamente de su registro. Debería hacerlo.

Por cierto, el título del post debería ser "Martes y Trece, ¿qué apostaTAmos?" :P

Saludos!

Gorka dijo...

Yo no me lo había planteado, la verdad... y ahora que me caso por la iglesia, menos... :S

Y lo del título... veo que sabes entender el doble sentido ; )

Salu2!

Anónimo dijo...

Eso de apostatar es tan complejo que resulta más útil casarte por la iglesia pensando "que falso soy". Ya apostatarán tus hijos

Gorka dijo...

... o seguir formando parte oficialmente de la misma...

Ya sabes, si no sigues los mandatos del sucesor de Pedro, vas a ir con el otro Pedro... Botero...

Salu2!