Dos hombres (más) en mi vida

Ayer, martes, dos hombres entraron en mi vida, alguno para quedarse.

El primero, un masajista que me ha hecho unos apaños en el tobillo (y pierna entera por extensión) para ver si puedo retomar aquella idea que algunos recordarán y pocos se creyeron de acabar corriendo la media maratón de Logroño. Según se ve, el tobillo no tiene mayores problemas y el honrado masajista cree que no tendré que volver a no ser que me dé más guerra, cosa que no cree que vaya a ser así.

En un par de días, puede que el viernes por la mañana que me cojo de fiesta (pringar días de Navidad es lo que tiene, que te quedan días sueltos del año pasado que hay que ir gastando poco a poco...), vaya de nuevo a trotar ligeramente unos diez minutos para ir viendo las sensaciones que me va dando el tobillo. Si la cosa va adelante, tengo que correr el mismo tiempo suave pero con algunos cambios de ritmo, forzando un poco más el tobillo, pero sin cansarlo más.

Ojalá este pueda ser el re-inicio de una nueva era... que cuando veo a un grupo de señoras con más tripa de contorno de pecho trotar por entre los parques mientras hablan de sus cosas me está dando una envidia... ¿me asimilarían en su grupo...? :S

Espero no volver a ver al masajista, porque eso significará que no me ha hecho falta y que me he recuperado para la práctica amateur de la carrera de fondo.

El otro hombre, ese que va a quedarse para siempre, aún no ha nacido.

Se trata de mi futuro primero sobrino, que ayer se supo que va a ser niño y se llamará, salvo error u omisión, Andoni (Antonio para los no euskaldunes...).

Esto ha abierto la veda de compras de diversos tipos de ropajes, patucos, baberos y demás elementos decorativos del bebé. Si hasta ahora hemos ido tirando por el color blanco, más neutro en sexualidad que la princesa Leia, para todo este tipo de prendas; pero ya no.

Ayer mismo, mi futura mujer no pudo evitar la tentación de asaltar el Sobaco para comprar dos o tres cosillas. Y es que la ilusión por una nueva vida que viene a este mundo del alma supera con creces el hecho de que haya más género en ese supermercado para las chicas que para los chicos... será que desde pequeños ya se nos va encauzando por sexos hacia el consumismo trapil, o que hemos llegado tarde si ahora nacen más chicos que chicas, o que el azul es más unisex que el rosa.

En fin, que como futuro sobrino, que ya se sabe que será chico, me tocará malcriarlo más allá de lo que me dejen sus padres, y tratar de que, viviendo en la Guipúzcoa profunda, no se haga de la Real, como su padre, y guiar sus pasos hacia el mucho más noble deporte del baloncesto.

Será misión imposible, pero es lo que toca intentar... sobre todo ahora que lo mismo la Real baja a segunda...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso,eso. Que la Real baje a segunda y el Athletic gane la liga!!!

Zorionak por tu sobri, pero de malcriarlo nada, eh? Que para eso están los aitites ;-)

Salu2 desde Madrid.
Marta.

Gorka dijo...

PERO QUÉ TENDRÁ QUE VER UNA COSA CON LA OTRA!!!

:D

Puestos a bajar, que bajen ambos, no? Y, claro, siempre, siempre, siempre, pero de verdad, como si el Madrid gana la Champions con gol de Raúl Bravo con el culo, me da igual, pero que baje el Atzetik de Bilbao pero YA!

Te voy a perdonar porque andas por los madriles y necesitas de este tipo de pensamientos bilbainos (no confundir con bilbaínos...) para no acabar convirtiendo las eses en ges... egque...

; )

Salu2!