De blanco y en descapotable

... ¡el Papa en Valencia!

Exacto.

Este post debiera de haber ido ayer, pero entre el fútbol y la religión, que hoy en día vienen a ser prácticamente lo mismo, pero con diferentes mesías, me quedé con lo de más audiencia. Así pues, hoy toca comentar la visita del Papa.

Las relaciones del estado español con el Vaticano vienen un poco tensas últimamente, tal vez porque el país no se pliega a los designios que la iglesia tiene a bien comunicarnos por el bien de nuestras almas. Seguramente, por esta tirantez, es significativa la visita del Papa a Valencia.

Bueno, en realidad seguro que no se trata de una visita a Valencia como tal, sino de una visita al quinto foro mundial de la familia (la suya, claro) que, por casualidad, se perpetró en la ciudad del Turia (como si el Turia no pasase por ninguna otra ciudad).

Casualidad, también, que tanto la ciudad como la comunidad estén gobernadas por el Pepé. Será por eso que mientras ZP no acudía a la misa que ofreció el Papa y Rita Barberá sí, dos parejas de gays tenían que ser casados por concejales en el ayuntamiento. Toda la plana mayor del reino (léase la familia real) también acudió, que puede que el país esté gobernado por una banda de rojos peligrosos, pero las raíces religiosas del país se encuentran bien arraigadas.

En su visita, también se pasó por la estación de Jesús (maldita la casualidad) a recordar a las víctimas del accidente de metro de la semana pasada. Que me parece muy bien, que seguro que a más de una familia le conforta mucho que la máxima autoridad católica le lama sus heridas (metafóricamente, por favor), pero no dejo de preguntarme, dentro de mi tendencia a la polémica, si confortaría de igual modo a la viuda de una lesbiana o a la pareja masculina de uno de los muertos.

Porque anda que no se quedó a gusto, como siempre el Vaticano, siendo el foro de la familia, cuando la definió (la familia) como la unión entre un hombre y una mujer.

Ah, vale, entonces, si adopto un crío, no tengo más remedio que asumir que no somos una familia... por no entrar más en temas de homofobia.

La verdad es que la visita me pareció muy acorde con los intereses más carcas. Todos en Valencia flipando con el Papa, como si fuera más que una persona más en el mundo y que se va a morir y a pudrir bajo tierra como cualquier otro.

¿Todos? Todos, no.

Un pequeño grupo de irreductibles galos, digooo, que eso es de otro cómic... un pequeño grupo de manifestantes (se habla de unos 150, sin miles ni nada) protestaron paseando en bicicleta por el coste que para la ciudad iba a suponer la visita de Benedicto 16. La gracia, en realidad, la pusieron un tercio de ellos al montar en las bicis en pelota picada.

A estas alturas no nos vamos a rasgar las vestiduras con el desnudo generalizado como protesta, pero como es contra el Papa, me parece que adquiere cierto aire distinto, ¿no?

En fin, que la visita tampoco nos ha dado nada nuevo que se supiera ya, una maraña de personas con pensamientos antediluvianos que pretenden imponernos a todos, y un jefe que no se sale de su doctrina ni un ápice.

Todo con mucho humor y mucho calor (literal).

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