Una de derechos! Marchando!
Creo que es una buenísima noticia la entrada en vigor de la nueva Ley del Consumidor, que defenderá nuestros derechos ante los abusos reiterados que determinadas compañías cometen contra sus clientes.
Y es que el término cliente es muy relativo, porque en muchas ocasiones más que cliente eres un esclavo (banco), un ser dependiente (la compañía de agua, luz, gas), o un pobre incauto (proveedores de internet donde es más fácil matar al interlocutor sudamericano al otro lado del teléfono que darse de baja).
Y esto, pasa.
Eso de que el capitalismo favorece al consumidor es precisamente cierto: cuanto más consumas (o potencialmente puedas consumir), más se te valora. Igualdad de derechos a precio de saldo, señoooora!
Por eso, con temas como el redondeo de cobro en las llamadas telefónicas (tarificar por segundos en lugar de minutos completos), en los tiempos de los parkings (por minutos y no por fracciones de hora), la publicidad engañosa de no poner los precios finales del producto (en vuelos, por ejemplo), etc. pueden ir teniendo las horas contadas, o al menos un nuevo enemigo que sortear.
Como digo me parece una buenísima noticia porque en enero mismo tenía pensado arremeter con todo el peso de la cabezonería propia del lugar contra la tienda de muebles de cocina que nos ha dejado con el culo al aire en un par de detalles finales.
Para haceros una idea, casi a estas alturas, el año pasado, la cocina estaba operativa, lo cual está bien. El problema es que a estas alturas de este año aún estamos esperando que venga el pintor para pintar un bajotechado de escayola y al montador para poner un típico armario de balcón.
Cuando cerramos todo el PROYECTO, se habló mucho más que de muebles, lo que nos llevó a decidirnos por ellos, pero en cuanto cobraron el montante más gordo, aquél que corresponde a los muebles (la cocina en sí), todo empezaron a ser largas y más largas, hasta hoy.
En particular, llevamos más de 6 meses esperando a que nos monten el armario del balcón (cuatro tablas del material más barato que recubra un poco la lavadora y nos dé un cajoncillo donde meter los detergentes...), y la espera del pintor terminó en el momento en que yo mismo hice de aprendiz de pintor de brocha gorda por un día.
Supongo que cuando no les sale rentable enviar al montador porque a él le van a pagar lo mismo por su hora de trabajo, pero van a cobrar bastante menos que montando una cocina, pasan del cliente como de la mierda hasta que al final, cagándose en todos los santos de la tienda (cuán poco le importan al negocio sus padres o el resto de la familia...) acabas por olvidarte del tema. Y supongo también que creerán que podemos olvidarnos, porque es muy probable que no volvamos a comprar otra cocina en, digamos, entre 10 y 15 años, casi como la condena de Tony King (aquí tu eres el King?).
Eso sí, no contaban con la poderosa fuerza de este blog, desde donde yo condeno a estos impresentables. Esta banda de incumplidores y chanchulleros de los que debí sospechar en cuanto vi que tenían un correo de euskaltel.net, ¿qué clase de empresa seria no tiene dominio propio de internet? Claro que son proveedores, en plan franquicia, supongo una conocida marca italiana...
En fin, que como en enero iba a ir a ponerles a caldo, porque además, me consta de muy buenas fuentes que no somos los únicos a los que se ha dejado tirados con los últimos flecos, ahora tengo que ir con más motivo, pedir una hoja de reclamación, cagarme en todos ellos y ponerles en la picota desde aquí.
Y cuando entregue la copia en la oficina del consumidor, preguntaré qué más se puede hacer.
Tal vez empapelar el pueblo con carteles indicando el lugar con un ENORME punto negro, no sé, investigaremos.
P.D: Spammers, spammers, piiiiitas, piiiiiiiitas, izaskunideak@euskalnet.net