Vida Extra Laboral

Tras el semi-bajón que he tenido a cuenta de las perspectivas del blog, que creo que ya he dejado atrás (a ver qué sus parece este tipo de letra un pelín más grande), me doy cuenta de que, desde la modestia, me llevo bien con la gente.

No es que haga falta ser buena persona para tener un blog, tal vez sea mejor ser mala persona, por aquello de que las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes (hay igualdad pa tó), pero ahora que mi fiel acompañante de las horas de comer ha sido enviado al frente, a las trincheras y me toca comer solo la mayoría de los días, me doy cuenta de que puedo contar con diversas opciones a la hora de quedar para no tener que pasar el triste trance de comer en soledad.

Me doy cuenta de que allá por donde he pasado, he dejado un reguero de buenas sensaciones y relaciones más allá de lo profesional que me llenan de orgullo y satisfacción, que diría aquel.

Me he dado cuenta de que desde aquel primer empleo hasta este último, que tampoco han sido muchos, vaya, un par o tres, tengo personas con las que poder quedar a comer, a echar un trago y estar de charleta, contarte la vida, o pedir consejo.

Joder, si es que hasta en el google talk tengo a gente de todas las épocas. Desde compañeros de universidad hasta los últimos compañeros que han dejado de serlo por voluntad propia.

Admito que pocos amigos del colegio mantengo, por no decir ninguno. El contacto se pierde por una o por otras, aunque si alguien organizase esa típica americanada de reunión de la Clase del 95, iría y me gustaría ver a y saber de mucha gente. No sé hasta qué punto puede ser recíproco, aunque supongo que habrá a quien le pase lo mismo.

De cualquier manera, me ha dado una alegría comprobar que incluso a quienes he perdido un poco más la pista siguen más o menos acordándose de uno, y yo de ellos.

Espero poder estar con todos ellos, que sabéis quiénes sois, si no, al menos, con la mayoría, en sucesivos cenorros que se monten, que en la soledad del protocolo http, uno ve que existe vida más allá del blog.

Puede que sea casualidad, pero no deja de ser curioso que, de cuatro días a la semana que como fuera de casa, para la semana que viene, tengo ya tres ocupados. ¡Si es que al final voy a tener que comprarme una agenda para llevar la cuenta de los días que tengo libres para quedar a comer!

¿Mantenéis amigos de la infancia, instituto, universidad, ex-compañeros de trabajo, etc?
¿Hasta qué punto creéis que es cierto eso de que si mantienes amigos de la infancia eres mejor persona?
¿Quien tiene un amigo tiene un tesoro?