Uno que llega... II
Ayer mantuve la compostura ante la posibilidad de recular en la decisión tomada. Supongo que no quiero tener más dudas ante una situación en la que no quiero dudar en exceso.
No es que pretenda enterrar la cabeza en la tierra para no ver si he metido la pata, pero, una vez tomada la decisión, quiero mantenerla.
Apechuguemos con ella, para bien o para mal (esperemos que para bien...) y miremos hacia adelante con optimismo.
Las cosas siempre pueden ir a peor, pero hay que ser optimista
Las cosas valorables parecen realmente mejores y, como le dije ayer a quien en breve dejará de ser mi jefe, el factor que más me ha hecho dudar ha sido la gente con la que he tenido la suerte de currar durante el último año.
Esto puede sonar a tópico, porque a veces se suele decir para quedar bien o para ocultar una realidad en la que no se quiere entrar. Otras veces se dice lo contrario porque es así, pero en mi caso reconozco que me he encontrado un grupo humano muy generoso.
En el anterior cambio me pasó lo mismo. Las personas con las que compartes la suerte y desgracia, amén de tiros a discreción, une. Y no sabía a dónde me iba a tocar ir. Algo más grande, un cliente más grande aún, ¿despersonalización? Por suerte, ninguna.
Cuando empiezas y todo te resulta desconcertante han tenido la paciencia de explicarme las cosas dos veces (no suelo necesitar más, aquí, modestamente); cuando después mi trabajo venía influido por el trabajo de otros, me han facilitado la integración de todo el conjunto, ayudándome en todo momento; cuando un error se convierte en un gremlin nos hemos reído de desesperación (un saludo para el único y genuino Referral Team y las famosas cerezas) y hemos buscado maneras de esquivarlo en equipo; cuando se está asentado ya y la desesperación ha sido de otros, creo que he ayudado también, siguiendo la tónica general; cuando me ha tocado ayunar, el vacile siempre ha sido mutuo y constructivo; cuando ahora llega la hora de la despedida y, por lo tanto, de montarla en una cena (esta vez prometo ir), me he sentido correspondido.
Me da pena, pero supongo que hay que seguir adelante
Oficialmente todo esto no existe hasta el lunes que viene, día 21, cuando hará 30 años y un día que nos libramos de la condena que sufrió este país durante cuarenta años. No tiene nada que ver, pero como cae domingo, no portearé nada en directo. Tal vez el lunes...
En fin, que ahora toca esperar las típicas dos semanas (15 días que pensaba eran naturales), pero que igual se convierte en un poco más, debido a no sé qué cuestiones de días laborables... estoy un poco pez en derecho laboral, a lo mejor alguien sabe algo del tema, pero me da que voy a seguir aquí unas tres semanas más... en el peor de los casos el día 12 de diciembre será mi último día aquí.
Esa fecha puede ser un gran día si justo coincidiera con la entrega de las llaves de nuestra casa, ya sería la leche.
Y por lo del trabajo, bueno, como ya decía ayer, el tiempo lo dirá, y ustedes que lo vean.
:D
P.D: espero que la sensiblería de todo esto no me embargue en los sucesivos días/posts.
1 comentario:
Holas!
gracias a ambos dos :D
Salu2
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