Hommo Hommini Lupus?

Ayer, en la comida, salió a la palestra el clásico tema de cómo se tratan entre sí diez mujeres que se ven obligadas a convivir cierto número de horas. Fue unánime, para desánimo de la única mujer de la mesa, que la tendencia natural es sacarse los ojos las unas a las otras. Y todo al estilo femenino, según en cual, las cosas no se solucionan hablando... bueno, sí, pero hablando mal de otra a la espalda... y criticando, que es gerundio.

No digo que entre hombre no haya conflictos, ni que las mujeres sean lo peor del mundo (calla, calla), ni que las mujeres no hagan cosas igual de bien que nosotros; de hecho, hay muchas que hacen mejor, y no me refiero a cosas como planchar, barrer, etc... sino dirigir, educar, etc... aprovechando cualidades típicamente femeninas (o no).

Soy de los que piensa que no tiene por qué pasar que un hombre sea ambicioso y una mujer sea una trepa. Siempre prefiero hablar de personas que de géneros.

Pero es innegable que en todos los sitios y en todas las épocas, la rivalidad entre mujeres ha sido una realidad.

Recuerdo haber oído hablar de dos mujeres que se querían sinceramente y vivían en paz sin que la una dijese nunca mal de la otra, siendo jóvenes las dos: una era sorda, la otra era ciega.

A lo mejor es alguna de esas cosas que tenemos en metida a fuego en nuestros genes como humanos, pero en el mundo animal la rivalidad más grande se encuentra entre los machos que se pegan por la mejor hembra... toda hembra acabará teniendo un macho, pero no todo macho acabará teniendo una hembra. Esto en las personas parece que se da la vuelta.

Y no sé por qué.

El dicho que titula este post viene a significar que el hombre es un lobo para el hombre, algo así que entre personas tendemos a darnos la puñalada por la espalda, vaya.

Si bien es cierto que entre hombres ocurre, y más cruentamente (en mi opinión, no es un dogma de fe, ni mucho menos) entre mujeres, últimamente tenemos mucho más presente otro tipo de crueldad que se da en todo tipo de lugares: hombres contra mujeres (y viceversa, que también los hay).

Violencia doméstica, que hace más peligroso el hogar que la calle.

Las cosas en este asunto, lejos de mejorar, parece que cada día van a peor. Desde que se cuentan como tales en las estadísticas, las muertes a manos de parejas, ex-parejas o hijosdeputa varios siguen en aumento. Puede que en realidad no haya más, sino que se denuncian y se saben más. Aunque esto no es nada reconfortante tampoco.

Y en esto, como siempre, todo se pega menos la hermosura (nunca mejor dicho) y en todo el mundo se sacude a una mujer cada 18 segundos. El dato es escalofriante, pero no menos que una de cada seis es víctima de malos tratos (en el mundo) o que la violencia doméstica se lleva más mujeres que el cáncer (56 en España en lo que se lleva de año).

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Escena que se repite cada 18 segundos... echa la cuenta al día...


Tampoco voy a descubrir nada nuevo, pero sí quiero hacer hincapié aquí de que la solución a todo esto pasa por la educación. Si la generación de mis padres pudo convivir con ello obviándolo, creo que la mía lo desprecia (aunque siga ocurriendo) y la siguiente no lo comprende como algo normal (espero).

Educar en igualdad y alejados de la idea de posesión que parece implicar el amor para algunos es el mejor garante para la salud (y no sólo física) de las mujeres del futuro.

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Vamos que, por darle cierto sabor agridulce a esto, parece que los hombres con los hombres mal, las mujeres con las mujeres peor, y los hombres con la mujeres (o viceversa, que los sigue habiendo) ya es la repanocha.

Si alguien se va, dejándola ir, y vuelve a ti, será tuya para siempre; si no la dejas ir, nunca será tuya

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Cada 18 segundos es maltratada una mujer, según la OMS"


¡Pobre mujer!

Gorka dijo...

Hola!

efectivamente, si fuese la misma sería una auténtica putada. (El chiste es un poco obvio ;) )

Pero no lo es mucho menos aunque sean diferentes...

Gracias por el comentario.