El Exorcista
En la revisión diaria a la actualidad, he visto en las noticias que en la Pontificia Universidad Regina Apostolorum de Roma se ha abierto la matrícula para un curso de lo más interesante: el primer curso de satanismo y exorcismo del mundo.
Esto, que parece más bien una chanza digna de programas tipo Hommo Zapping, es una realidad tomada muy en serio por los integrantes de la iglesia. He visto comentar a uno de los asistentes con alzacuellos:
- Hoy en día está muy de moda el satanismo entre los jóvenes, y no sólo debemos tratar de entendereles, sino que también ayudarles.
No sé qué juventud conoce este hombre, pero eso de "muy de moda" me ha dejado helado... ¿acaso estoy tan fuera de onda? Sé que no soy un lechado de moderneces, pero tanto... Supongo que habría que concretar a qué se refiere este tipo con satanismo, porque a lo mejor no tenemos el mismo concepto... a lo mejor para él usar preservativos para tener un sexo ocasional seguro es motivo de satanismo... quien sabe...
Otro comentaba las virtudes del curso:
- Hay que estar preparado para saber diferenciar una posesión de cualquier enfermedad mental.
Claro, para qué estudiar años de Psiquiatría o Psicología, ¡cómo vamos a preguntar a un experto! Noooo... madre mía...
Estas cosas siempre me llevan a pensar en la de animaladas que se habrán cometido antes de la impartición de este curso. Porque, claro, la organizacion de este curso debe venir a consecuencia de darse cuenta de que muchos de los casos de supuestos exorcismos en realidad estaban causados por enfermedades mentales.
No me imagino lo que habrán hecho con niños epilépticos, por ejemplo. Los síntomas son claros: tembleque, espuma por la boca, emisión de sonidos guturales... es obvio, a este crío hay que sacarle el diablo del cuerpo... aunque sea a base de (h)ostias...
¡Qué no pasaría con esquizofrénicos, paranóicos, histéricas...!
Lo que no me queda claro son los métodos de exorcismo, en qué consiste en realidad. No sé si se trata de rezar al lado del interfecto y bañarle con agua bendita, lo cual al fin y al cabo no te hará mayor mal que el pasar un rato aburrido en el peor de los casos... aunque según leo por ahí:
El rito se caracteriza por la violencia: la víctima sufre dolores, contorsiones extraordinarias, desagradables ruidos corporales, diarrea, escupitajos, vómitos y pronuncia malas palabras. La temperatura del cuarto puede variar alternadamente de fría a caliente y los objetos pueden volar en derredor.
Yo sí que les iba a decir malas palabras si se me acercasen...
Vamos, que parece ser que lo que se oía en mis tiempos de que habían empalado a una niña introduciendo una vara por su vagina en un exorcismo casero, no era una excepción, sino una norma.
Estas (y otras) diabluras cometidas en aras de expulsar al diablo del cuerpo de alguien han quedado siempre impunes, al amparo de la religión.
A pesar de todo, lo que más miedo me da es que si alguno de los asistentes al curso se encuentra con un caso en el que, aplicando lo aprendido, no identifica ninguna enfermedad mental en el afectado le aplicará el Procedimiento Básico...
Esto parece de otro mundo... Joder, eso es como si yo quisiera buscar elefantes dentro del motor de mi coche y por ello me haga un curso de cómo diferenciar un elefante de una bujía o de la junta de la trócola. Creo que sería mejor hablar con un mecánico, fiarme de su palabra de que nunca habrá elefantes en mi motor y estar tranquilo al respecto... y en todo caso, no destrozar el motor si creo tener pruebas de que dentro hay un elefante, sino, en todo caso, contratar al mecánico para que me lo desmonte sin hacer un estropicio.
Claro que saber que todo esto lo organizan mis amigos Los Legionarios de Cristo las cosas empiezan a estar más claras...
No sé, esta forma de pensar me supera.
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