1984
Este ha sido el tercer libro que he devorado en la hora de autobús diaria que paso leyendo últimamente.
Tras leerlo, más allá de que sea literariamente recomendable o no (esta vez tengo la aprobación de Javi al respecto), he encontrado que, sin saberlo, he estado rodeado de referencias a este libro desde diversos lugares de internet.
Conceptos como la habitación 101 pasaban por delante de mis ojos sin comprender su esencia, pero bueno, supongo que ahora no veré las cosas como antes.
Casualmente, este fin de semana, además, he visto V, de vendetta, película que ya vi comentada (por partida doble) por Coase. Digo que es casualidad, porque, aunque la peli esté basada en un comic, de fondo, la historia bebe directamente de este libro.
He visto en él referencias al comunismo como ejemplo de estado totalitario del que huir como del Gran Hermano. El Partido, simple concepto ideológico que representa al opresor, se identifica con el partido comunista único en esta forma de gobierno (en diversas ocasiones se pone a los capitalistas como el enemigo eliminado por El Partido). Incluso la escasez de productos, el uniforme vestimenta de los miembros, lo gris de la existencia de la gente, creo que se ha paralelizado muchas veces con el régimen comunista ruso (o chino, o cubano, o norcoreano, o ...).
Y no me parece justo. Si bien como primera lectura es posible entenderlo así, creo que se puede ir más allá y ver en esta novela una sagaz crítica, no sólo a un sistema de gobierno, como de las causas que llevan a ese sistema. Lo malo del mismo no es que sea comunista o no, sino el totalitarismo.
El problema no es el sistema, sino cómo el sistema se ha llegado a hacer con el poder; esto es lo que me parece más importante, y lo que, creo, se obvia casi todas las veces que se referencia esta obra como ejemplo de lo malo que es el comunismo.
Al leerlo, no he podido evitar pensar en las connotaciones actuales de ciertos pasajes, que creo que merece la pena revelar aquí. Veamos.
- ¿Recuerdas haber escrito en tu Diario: "la libertad es poder decir que dos más dos son cuatro"?
...
- ¿Cuántos dedos hay aquí, Winston?
- Cuatro.
- ¿Y si el Partido dice que no son cuatro sino cinco? Entonces, ¿cuántos hay?
El acto esencial de la guerra es la destrucción, no forzosamente de vidas humanas, sino de los productos del trabajo. La guerra es una manera de pulverizar o de hundir en el fondo del mar los materiales que en la paz constantes podrían emplearse para que las masas gozaran de excesiva comodidad y, con ello, se hicieran a la larga demasiado inteligentes.
Era la más refinada sutileza del sistema: inducir conscientemente a la inconsciencia, y luego hacerse inconsciente para no reconocer que se había realizado un acto de autosugestión.
Es muy fácil, pensó Winston, siempre que no mire uno en torno suyo, creer que el tipo físico fijado por el Partido como ideal- ... -existía e incluso predominaba. Pero en la realidad, la mayoría de los habitantes de la Franja Aérea número 1 eran pequeños, cetrinos y de facciones desagradables.
Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no ser rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.
[rebelión del pueblo inconsciente]
-La culpa la tiene esta porquería -dijo Julia quitándose el cinturón rojo de la Liga Anti-Sex y tirándolo a una rama, donde quedó colgado.
...
Lo más importante era que la represión sexual conducía a la histeria, lo cual era deseable ya que se podía transformar en una fiebre de adoración al líder
- Es té auténtico.
- Últimamente ha habido mucho té. Han conquistado la India o algo así- dijo Julia vagamente.
Durante los Dos Minutos de Odio siempre insultaba a Goldstein con más energía que los demás. Sin embargo, no tenía la menor idea de quién era Goldstein ni de las doctrinas que pudiera representar.
- A eso no pueden obligarte - dijo al cabo de un rato -. Es lo único que no pueden hacer. Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca.
Vamos a ver, Winston, ¿cómo afirma un hombre su poder sobre otro?
Winston pensó un poco y respondió:
- Haciéndole sufrir.
- Exactamente. Haciéndole sufrir. No basta con la obediencia. Si no sufre, ¿cómo vas a estar seguro de que obedece tu voluntad y no la suya propia?
- Recuerda que es para siempre. Siempre estará ahí la cara que ha de ser pisoteada. El hereje, el enemigo de la sociedad, estarán siempre a mano para que puedan ser derrotados y humillados una y otra vez.
- Es imposible fundar una civilización sobre el miedo, el odio y la crueldad. No perduraría.
- ¿Por qué no?
Aunque este es el pasaje que creo que me ha afectado más (no leer más si no se ha leído el libro antes):
Tengo mujer y tres hijos. El mayor de ellos no tiene todavía seis años. Podéis coger a los cuatro y cortarles el cuerpo delante de mí y yo lo contemplaré sin rechistar. Pero no me llevéis a la habitación 101.
y, por supuesto, las últimas frases:
Se había vencido a sí mismo definitivamente. Amaba al Gran Hermano
La guerra es la paz.
La libertad es la esclavitud.
La ignorancia es la fuerza.
Independientemente de la ideología que haya detrás. Incluso la tuya propia.
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