Mis Vacaciones III
Para no variar esta dinámica vacacional (tal vez, para autosugestionarme de que aún sigo en ellas) de posts sobre mis vacaciones, hoy comentaré que durante las vacaciones he estado desesperadamente perdido como un gavilán... y me lo pasé muy bien.
Resulta que el verano es una época en la que la programación de televisión se llena de programas frescos y bobalicones, o los que son de todo el año cambian sus presentadores por otros de segunda fila que esperan poder hacerse un hueco para un programa propio (como hizo en su día Alicia Senovilla...).
Resulta, digo, que además suelen repetir capítulos repetidos de temporadas pasadas de series de éxito y raras veces se apuesta por productos de calidad (la excepción fue CSI Las Vegas en su día).
Que la programación suele ser una mierda en verano, vaya...
Pero este verano han mantenido en la parrilla tres series tres que al final he acabado siguiendo con mayor o menor interés, pero con igual regularidad.
La primera de ellas es un culebrón, creo que colombiano, que alguien veía por las tardes (que maja eres, oye) y al final he acabado viendo yo: Pasión de Gavilanes. Sí, lo admito, he seguido la trama e incluso me he reído a veces.
Es otro culebrón más, salvo que a falta de galán y galana, en esta serie hay tres jamelgas de muy buen ver y tres tipos de lo más atractivo, según se ve. Todo lo demás, tramas, personajes, ambientación, etc no pasa de ser correcto, pero esos seis iconos sexuales ha terminado por arrastrar al éxito la serie. ¡Si hasta tiene gilitono para el móvil y todo!
Las tres tristes tigresas
La segunda es otro culebrón, esta vez americano, de modo que es un culebrón disfrazado de comedia. A pesar de ello, admito una vez más que lo he seguido. Se trata de Mujeres desesperadas, una gran serie con un gran reparto de actrices (creo que 4 de ellas estaban nominadas para los Emmys) y una gran historia que se va desgranando poco a poco. Lo que me enganchó de esta serie, antes del inicio del verano, fue que en el primer capítulo, el personaje que cuenta la trama con su voz en off, muere (en realidad se pega un tiro). Este hecho, por original, me atrapó. Que quien cuenta la historia como protagonista principal muera en el primer capítulo sólo es comparable al primer capítulo de CSI Las Vegas.
La cosa es que en un barrio residencial de alta alcurnia, un grupo de mujeres de diferente índole, pero amigas en el fondo, intenta descubrir el porqué del suicidio de la protagonista. En el proceso de investigación se van descubriendo secretos de todas ellas y se ve que tienen muchas cosas en común a pesar de sus diferentes vidas (una ex-modelo que engaña con el jardinero al marido del que vive, una ex-ejecutiva que dejó su trabajo para tener cuatro hijos revoltosos, una ama de casa republicana y ultrarreligiosa con un marido masoquista y un hijo bisexual, una divorciada estúpida con una hija adolescente que parece en realidad la madre, una rubia tetona que compite por llevarse a cualquier hombre a la cama, y una serie de secundarias como la típica vecina chismosa, la insoportable, etc).
Además, hay unas cuantas tramas que se entrecruzan, de modo que aunque parezca que la serie se centra en una de ellas, en realidad se descubren cosas de las otras, etc. Muy recomendable, la verdad.
No parecen demasiado desesperadas, ¿no?
Y la tercera es... ¿otro culebrón? Bueno, tal vez se pueda catalogar así, aunque como también es americano, tengo mis dudas. Creo que no es culebrón, aunque va para largo.
Se trata de Perdidos, una extraña historia acerca de un grupo de supervivientes de un accidente de avión que cae en una isla desierta del pacífico. Para más coña, en la isla hay algo más: lo que parece un monstruo y otros náufragos (buenos o malos, no se sabe). Es una serie muy intrigante, donde cada capítulo en lugar de dar respuestas propone más interrogantes. Cada capítulo se va centrando en un personaje diferente y en las circunstancias previas a subir al avión que se estrellará, teniendo casi todos algo raro. Una embarazada que pensaba abortar y a la que un vidente le dijo que fuera en ese avión, un tipo con un problema con unos números que le hicieron ganar la lotería pero le trajo el mal fario a todo lo que le rodea, un niño al que se padrastro devuelve al verdadero padre tras la muerte de la madre porque, según él, donde está el chico pasan cosas raras, etc... todos tienen un pasado con, aparentemente, poco en común, pero se ven obligados a sobrevivir en una isla desierta donde además de todas las dificultades, hay lo que parece un dinosaurio (sólo se le oye), osos polares (lo flipas), una extraña náufraga francesa que lleva allí 16 años, un galeón pirata de hace tropecientos años... un auténtico galimatías donde se invita a intentar adivinar de qué va la cosa. Eso sí, cada capítulo es una obra maestra de guión, a la altura de los mejores Expedientes X. El mayor problema, y su mayor virtud, es que toda la primera temporada ha sido como una presentación de personajes, como si en realidad el nudo y el desenlace estuvieran a años luz de ocurrir.
No sé cómo mantienen limpia la ropa, la verdad
Así pues, como han dejado las tres series durante el verano, las he disfrutado (o sufrido) en todo su esplendor.
El problema ahora es que se han terminado las primeras temporadas de las dos últimas y el culebrón colombiano va para largo, así que en septiembre, una vez más, mi gozo en un pozo.
:(
P.D: Joseba, si lees esto (como no lo hagas, dejaré de escribir), mándame un mail para poder contactar contigo, que hay novedades sobre la cenita que se está preparando.
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