Los límites de la condición humana
Como reconocido ex-estudiante de Físicas, reconozco mi tendencia a pensar que las cosas no pueden llegar a ser infinitamente pequeñas o grandes. No puede ser que algo vaya creciendo (o disminuyendo) siempre: todo tiene un límite al que se tiende y no se puede sobrepasar.
esto que parece que crece siempre,
en realidad nunca pasará de 2
A pesar de ello, la realidad siempre es caprichosa y me regala, no sin cierta ironía, ocasiones en los que este límite parece que no existe.
Pasando por alto el alto (valga la redundancia) precio de los pisos, que parece crecer sin fin y sin que se atisbe ese big bang que hará que nos vayamos todos a tomar por el culo, hoy he encontrado al menos dos ejemplos de superación de los límites humanos.
Por un lado, un logro atlético importantísimo: Asafa Powell, jamaicano él, se ha dado el lujo de convertirse en el ser humano más rápido de la historia.
9.77 segundos para hacer 100 metros y entrar en la historia por la puerta grande.
En las carreras de velocidad siempre me ha alucinado cómo se van batiendo marcas. No lo comprendo. Puede que sea porque el entrenamiento es cada vez más avanzado y así se consiguen mejores rendimientos en los deportistas, pero lo que está claro es que no puede seguirse así para siempre. Imaginando, hoy 9.77, mañana 9.72, pasado 9.68, dentro de un siglo ¿estaremos hablando de bajar de 9 segundos? Probablemente no... porque estaremos todos en el otro barrio, si es que nos dejan entrar. Seguramente los que estén tampoco lo hagan. Soy un poco cabezón en estos temas y, a pesar de lo que me muestra la realidad, creo que no puede ser que se vayan batiendo marcas día sí y día no. Debe de haber un límite de tiempo mínimo que una persona puede hacer, aunque tal vez ese límite esté aún lejos y no lo sepamos realmente.
En fin, que enhorabuena a los premiados y me alegro por Jamaica.
Otro límite lo ha cruzado una mujer, madre para más señas, que roció con gasolina e incendió a un fulano. ¿Bruta? Es posible, pero es que el tal fulano violó a su hija de 13 años en el 98... ¿Bruta aún? ¿Ya no tanto?
Admito que no se puede ir por ahí tomándose la justicia por su mano, porque esto acabaría siendo una guerra entre bandas y se impondría la ley del más fuerte en su versión más radical.
Precisamente de bandas se habló ayer en un programa de TelaHinco. Bandas juveniles de inmigrantes (también las integran nacionales, sobre todo mujeres) latinoamericanos. Impresionante como se puede llegar a ser tan gilipollas. Que si Latin King, que si Ñetas, que si sí, que si no. ¿Recordáis La vida de Brian? ¿Cuando están dándose entre los propios judeos en las alcantarillas bajo de la casa romana? Brian, en un ataque de sabiduría, grita eso de:
- ¡Tenemos que unir nuestras fuerzas contra el enemigo común!
- ¡El Frente Popular de Liberación!. (O alguno de esos nombres de grupos de liberación popular en Judea)
- ¡NOOO! ¡LOS ROMANOS!
A esta gente deberían preguntarle qué ganan matándose los unos a los otros. ¿Respeto? Ja. Tal vez dinero, seguramente. Sólo hace falta jugar al Vice City para saber de qué va esto (perdón por la frivolidad).
Bueno, que me desvío del tema de la buena mujer.
También me parece mal que se jalee a la mujer por su acto, de igual modo que se jalean entre bandas. Si él cruzó el límite de lo humano con su delito, ella también lo ha cruzado.
Yo también lo habría hecho.
2 comentarios:
xD
Vivan los Monty Python!!!
ejem... es que normalmente no tengo nada inteligente que decir..
Una cualidad de la inteligencia es dudar de sí misma.
Todo lo que tiene letras, lleva un objetivo, léalo y aprenda.
Comete todos los errores que no puedas evitar, uno de cada uno, y serás perfecto.
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