Autorreflexión

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- Soy un buen tipo.

Pregunta cómo se considera a cualquiera de los que tienes alrededor y en un 90% de los casos te aseguro que será la respuesta que obtendrás. Bueno, tal vez no esa del todo, puede que no con esas palabras, pero en general tendemos a tener una buena opinión de nosotros mismos.

Suele ser un clásico de las entrevistas de trabajo. ¿Cómo te ves a ti mismo?.

Normalmente todo el mundo tiende a responder de un modo personal. Soy guay, soy divertido, soy amable, soy gay, etc... o mostrando hobbies o intereses como me gusta la naturaleza, soy un fan de Plisplas... cuando en realidad se debería incidir en nuestras cualidades más profesionales.

De hecho es una de esas preguntas que todos debiéramos hacernos de vez en cuando, al margen de que seamos un posible candidato al puesto de trabajo de nuestros sueños (si es que para ese trabajo se hacen entrevistas, que a lo mejor alguno sueña con ser golfista, o montar su propio negocio funerario...).

No me refiero sólo a la clásica autocrítica o al típico balance cuando uno llega a edades críticas como los 30, los 40, los 50... (¿a partir de los 60 merece la pena cambiar?), sino a algo más profundo. No se trata de reconocer nuestros errores o vanagloriarnos de nuestros aciertos, sino de pensar en cómo somos realmente, más allá de consideraciones morales o éticas de aceptación o negación.

¿Cómo eres?

Gran pregunta. Supongo que la mayoría de las veces no sabemos qué responder. Tal vez tengamos miedo de la respuesta. Como decía, cuando se nos pregunta, respondemos que somos buenas personas, cuando en realidad ni siquiera nos hemos parado a pensarlo. Puede que queramos serlo, y seguramente no queremos decir que somos unos peseteros, o bebemos en la intimidad, o fumamos cuando nadie nos ve, o, simplemente, no admitimos que nos gusta tal o cual programa líder de audiencia, pero que nadie admite ver realmente...

Cuando lo pensamos para nosotros mismos, sin necesidad de destapar las conclusiones a las que lleguemos, debería de ser más fácil, pero no lo tengo yo tan claro. Supongo que lo más asimilable es intentar pensar que somos como nos relacionamos con los demás, aunque tampoco creo que se trate de esto.

Se trata, creo yo, de ver nuestras acciones y reacciones ante cualquier estímulo externo en forma de decisión a tomar. Creo que pensar en qué haría yo si... ayuda a la hora de hacernos nuestro retrato robot personal (e intransferible, claro), pero también es cierto que es muy posible que después hagamos realmente otras cosas a las que pensábamos que haríamos.

Personalmente, he tenido que enfrentarme a situaciones en las que pensaba que actuaría de una determinada manera, pero que cuando las tuve delante, me sorprendí a mí mismo tomando otras alternativas.

Tampoco voy a entrar en mayores detalles, no los considero necesarios, simplemente, voy a atreverme a mostrar aquí mis conclusiones:

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Soy una buena persona, soy alguien de quien te puedes fiar


Aunque lo mismo quienes me leéis no estéis de acuerdo... no dudéis en poner aquí lo que pensáis.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Doy fé de que eres una buena persona..., y de las que dice las verdades del barquero.