Bueno, hoy, parapetado detrás de una labor un tanto rutinaria y bastante agobiante, que se suele traducir como manual en el mundo de la informática, donde se tiende a que la máquina trabaje por uno lo más que sea posible, me he mantenido al margen de mail de tonterías y demás, para no retrasar más allá un post pendiente sobre pelis.
Pasaré de puntillas por Espaiderman Tres, auténtico bodrio tanto como película como como historia. Sí, sí, realmente una cagada. Y es que cuando no se sabe qué contar, y se cree que hay cabida para más de tres pelis con el mismo título, acaban haciendo un no-se-sabe-qué juntando de aquí y allá a todo lo que sea. Cuando no hay historia, se sacan de la manga todo lo demás, efectos, personajes, peleas y trucos de magia para que no parezca que te has pasado más de dos horas sin mayor provecho que las palomitas que te has comido durante un rato de la peli (al que le duren las palomitas más de media hora que me ponga un comentario, plis)... Realmente prescindible, si alguien quiere adentrarse en el mundo de Peter Parker, que se vea la serie de dibujos o se lea el cómic...
Me quedaré un rato más en la última de Sandra Bullock, Premonición. La cinta está cortada a la medida de la actriz, que no tiene a nadie que le haga sombra. La historia, básicamente un milagro hecho realidad en forma de desajuste temporal extraño e inexplicado, está bastante bien y, aunque un tanto previsible, entretiene. Sandra hace de una ama de casa un tanto pasada de rosca que sufre la pérdida de su marido un miércoles cualquiera. Al día siguiente, cuando se despierta, su marido sigue vivo y es que en realidad no es jueves, sino martes (creo). Lo que ocurre es que Sandra vive esa semana en días alternos, de modo que cosas que para ella ocurren en días consecutivos en realidad se dan en días alternos y acciones que hace hoy tienen su consecuencia ayer. La idea está bien, las cosas se van hilando más o menos coherentemente (no todo se consigue), y al final sucede lo que tiene que suceder. Y héte aquí, al final, cuando se supone que algo ocurre que cierre y explique toda la película, que así ocurre y todo se comprende, en cierto modo, como un milagro que permite a la buena mujer (creyente) hacer las paces con un marido cuasiadúltero para los restos. Para pasar el rato un domingo por la tarde que tengas ganas de salir del sofá...
Irremediablemente, me quedo unas cuantas líneas en un film que no había generado demasiadas espectativas en mí y que, oh sorpresa, me ha gustado. Será porque me encantó Babel, con la que casi nada tiene que ver, pero El Señor de la Guerra, de Nicholas Cage. Hace de hijo mayor de una pareja de falsos judíos huídos de la Ucrania comunista a la tierra de la libertad, donde va ascendiendo en el lucrativo negocio de la venta de armas hasta hacerse el amo del cotarro. Y, claro, ya sabemos que nadie se hace rico dando, de modo que el tráfico ilegal de armas se hace en seguida con la trama de la peli. Con un curioso Ethan Hawke haciendo de poli bueno que sigue al malo, las andanzas de Yuri Orlov y su hermano pequeño y cocainómano se nos muestran como un escaparate de miserias humanas y muy verosímiles en el que musulmanes se matan entre sí con uzis israelíes, tanques ucranianos acaban en Sierra Leona, y se nos muestra las diferencias existentes entre las guerras blancas y las que se dan en África... Interesante y cruda reflexión acerca de cómo el primer mundo se preocupa de lo suyo mientras los negros y los moros se maten por otras partes, y de cómo afecta a las personas normales... no como a Yuri, que parece un témpano detrás de su máxima "... esta no es nuestra guerra..." y "... si no lo hago yo, otro lo hará...". Obviamente, como todas estas pelis con cierto mensaje, la vida de Yuri termina no demasiado bien, pero sí con un sorprendente y muy muy acertado diálogo en la celda con el polícia encarnado por Hawke... Para pararse a pensar en qué mundo vivimos, y la clase de submundos que hay debajo de él...
Y me quedo sentado para no perderme de comentar un sólo detalle de la película que más me ha molado últimamente. Se trata de Fearless, de Jet Li. Sí, ya sé, otra chinada, pero es que me encantan las chinadas; desde Tigre y Dragón y El Último Samurai (ojalá Cruise hubiera muerto en la primera escena...). En esta ocasión, un ya un poco mayorcito para ello Jet Li hace de un maestro en artes marciales que existió en realidad: Huo Yuan Jia. Tengo que decir que no conocía nada del sujeto, y de hecho no sabía que la historia se basase en hechos reales, para que conste, tal vez por eso me gustó, porque me encanta encontrarme en la Wikipedia si lo que acabo de ver es cierto y en qué parte.
En una China de finales del XIX, las familias compiten por qué arte marcial es mejor que cual a base de combates. Un joven Huo tiene que ver cómo su padre no deja el listón donde él lo considera oportuno y, a base de entrenamiento individual y tras la muerte del padre, pelea para demostrar que su aret marcial es el mejor. Claramente confundido por la prisa de su joven edad y la ambición de ser el campeón, acaba sucediendo algo horrible que cambia su vida para siempre. Tras este hecho, se deja llevar hasta bordear la muerte y es rescatado por una joven ciega y su abuela de quienes aprenderá, viviendo en su aldea, los valores de la paz, la tranquilidad, la paciencia y el trabajo bien hecho. Mucho más maduro, pasados los años, vuelve a su ciudad para hacerse cargo de su vieja casa que había abandonado.
Pero se encuentra, mira tú por donde, con que un americano gigantón reta a todo chino a vencerle en un combate aduciendo que todos ellos (los chinos) son unos enclenques. Atizado por la afrenta, le deja en ridículo, como no podía ser de otra manera, y trata de unir a todos los chinos frente al empuje que los occidentales empiezan a tener en el país. Crea una federación de artes marciales y dedica el resto de su vida a unir a todas las personas bajo un nexo común. Aunque el resto de su vida tampoco es que sea mucho, porque los occidentales preparan un injusto combate contra el mejor exponente de los luchadores de cada país para minar la moral de los reforzados chinos...
Como comentario especial, aunque ya hace quizá demasiado que la vi para decir que fue últimamente, hablar de los 300.
Tenía pendiente esa peli desde hacía mucho, pero nunca me animaba a verla por los comentarios que había oído (peli para que gays disfruten de cuerpos esculturales de hombres en calzoncillos...). Pues bien, para mí, la peli tiene más que tíos macizorros.
Supongo que todo el mundo sabe de qué va la peli, pero bueno, en una frase, Leónidas, líder de los cafres espartanos, acude al encuentro de las hordas del persa Jerjes en el desfiladero de las Termópilas. También sabrá todo el mundo que la peli se basa en el cómic de Frank Miller, llevado a los cielos tras Sin City.
Pues bien, diré que la peli se nota que bebe del cómic y no de la Historia, y no sólo por la cantidad de imágenes que pretenden cuadrar con el mismo (al estilo de Sin City), sino porque retuerce la historia hasta más no poder para adecuarse a los tiempos modernos. Con unos espartanos que se presentan como bestias pero respetuosos con los derechos de la mujer y la libertad que una especie de senado les otorga, y unos persas que poco más que con turbante tendrían que ir para parecerse más a Bin Laden, nada más lejos de la realidad. Según la peli, Jerjes pretende conquistar todo lo que le queda del mundo conocido (no tenía rival en Asia, al parecer) y debe pasar por el crítico territorio de los demócratas y preocupados por el bienestar del mundo espartanos. Tras tres días de combate en la boca de un estrecho paso donde la superioridad numérica de Jerjes no cuenta, parece que Leónidas y los 300 guerreros de su guardia personal van a sucumbir ante los cantos de sirena que le llegan del semidios persa. Pero no, los cojones espartanos valen más que todo eso y consiguen retenerles lo suficiente para que finalmente, como se presume, el ejército de Esparta los barra del mapa.
La realidad es que Jerjes sólo pasó por Grecia para vengar los ataques que algunas de sus ciudades habían sufrido por parte de los espartanos... y acabó arrasando Esparta, Atenas y aburriéndose de ellas...
No quiero dejar pasar la necesidad de comentar que en las películas siempre veo cierto toque moralino y de mensaje subconsciente. Si en Premonición se ensalza el valor de la familia por encima de la muerte, en Fearless el valor de darse a los demás más que a uno mismo, y en Espaiderman no sé a qué narices, en los 300 no deja de haber un cierto tufo a lucha por la libertad similar a la que Push lleva a cabo cada día por le bien de todos nosotros... cuando la realidad es que el Jerjes de los 300 se parece demasiado a él y quienes aguantan la guerra a base de aprovechar el terreno donde la superioridad del enemigo no cuenta sean los vietnamitas en su día, o los iraquíes hoy en día.