¿Cobardes?

Hace unos días, a cuenta de cierto Antonio Lorato que no ha dado lugar a ningún comentario (no sé si no ha sido lo suficientemente claro o es que me leen menos de los que me comentan...), se me preguntó cómo se puede saber el pagerank de una web.

El PageRank es un número que google te asigna, en teoría basándose en lo mucho o poco que enlazas/te enlazan y así poder hacerse una idea de la relevancia del contenido de una web a la hora de sacar los resultados en sus búsquedas. Seguro que no es tan simple, pero seguro que es así de sencillo. Pues bien, esto que hace que en teoría deje en manos de la propia comunidad de internautas la elección de qué páginas son más importantes, ya que un site nuevo puede hacerse un hueco ganándose, a base de calidad (o de dinero), enlaces en páginas ya relevantes. Es decir, si a mí me enlazan El País, El Mundo, La Cope, y La Ser, entonces es que lo que dices merece la atención de medios importantes; google se hace eco de ese interés y lo hace suyo.

Pues bien, ese número, para páginas de blogger/blogspot (como esta) teníamos un pagerank de 3, que no está mal. Digamos que google, tras hacerse con este sistema de blogging, se hizo trampas a sí mismo para hacer que su producto saliese en las búsquedas como resultado para todo lo imaginable. No es que seamos los únicos que tienen entradas desde búsquedas curiosas, pero digamos que arrimarse a un buen árbol, te da buena sombra.

Cuando me pidieron una manera de saber el pagerank de una web nueva, les remití al enlace que luce al pie de esta página, a saber, mipagerank.com. En esa web, pones una url y te sale la bien que te considera google.

Pero, oh sorpresa, me encontré con que la web no iba, de hecho, no iba ni para ésta, que mostraba un redondo 0 como pagerank.

Ahora, pasados unos días, ha vuelto a funcionar, y el banner luce un bonito 2, es decir, uno menos que el que tenía de siempre (no, no he conseguido mejorar el pagerank original).

¿Por qué? Pues no sé, ¿tal vez el Text Links Ads que tomó el reemplazo del sistema de publicidad contextual de google en este humilde blog?

Alguno de kriptópolis así lo considera, y es un medio con pagerank 4 sin estar al lado del árbol ni nada...

¿Será momento de enviar a tomar por el culo a google como en su día se hizo con Mocosoft? ¿Habrá que empezar a escribir cootle a partir de ahora?

Ilusión Psicológica

Muchas páginas que hay por ahí en el internet muestran distintos ejemplos de efectos ópticos que engañan a la vista con colores, formas y texturas varias. De hecho, una vez, encontré por ahí, vía Javi Moya, un efecto óptico que saltaba de la pantalla a la realidad, como quien se mete un tripi alucinógeno...

Pero esta vez, me he encontrado con un efecto psicológico en una página en inglés, en el que he caído con todo el equipo. Como en aquella otra referencia que hice a aquel test en el que también caí sin remisión al tratar de adivinar por qué la mujer mató a su hermana.

Y no es para poco, la verdad.

En esta ocasión, el efecto, en lugar de ser óptico, que también, trata de la psicología del incauto que se enfrenta a él. Es decir, cada uno ve una cosa en una imagen, y la realidad dice que cada uno ve una cosa no sólo en función de que cree estar viendo, o de lo que sus ojos le dicen que ve, sino de lo que su cerebro le hace creer que ve. Los que hayan visto esa vieja peli de Val Kilmer en la que hace de ciego que recupera la vista pero que sigue aún así sin ver seguro que me entienden a la primera.

La idea es ver esta imagen:

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¿qué ves aquí?

Supongo que la mayoría de vosotros, perdidos occidentales y/o del primer mundo, veréis lo mismo que yo... pero ¿qué ven otras personas de otros mundos?

El verdadero motivo de la separación de la Elefanta y el Marichalao

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¿Aquí empieza el camino del lado oscuro para Froilancito que llevará a España a ser de nuevo una República?

¿Pero es real la matemática?

Vía menéame, he descubierto, por dos veces, una curiosa página de un friki de las mates con el que creo que acabaría haciendo buenas migas tras un repaso del álgebra de primero y unas cervezas.

En particular, he descubierto un post en el que explica la paradoja de Smale. Admito no haber oído hablar de este hombre en la vida, a pesar de haber compartido unos cuantos de mis mejores años con un estudiante de matemáticas. Y he descubierto, como ya intuía entonces, en mis tiempos de estudiante, que este área de conocimiento es mucho más interesante y divertido si no tienes la espada de Damocles de un examen a la vuelta de la esquina pendiendo sobre tu pescuezo.

En realidad, nunca supe nada de topología diferencial, que no tiene nada que ver con saber si este topo es el que viste ayer en tu jardín o no. Tal vez, de aquellas viejas charlas, me quede el recuerdo de saber que un donut es topológicamente igual que una taza, pero eso es algo tan trivial que casi me da vergüenza comentarlo. Aunque el post al que me refiero, y al que prefiero no poner un link a estas alturas de post, tiene que ver con esa parte de las matracas en particular.

La paradoja, que si bien no es tal como la entendemos en física, tiene que ver con la un tanto absurda idea de que se le puede dar la vuelta a una esfera. Pues vaya, dirá alguno. Bueno, es que no se trata de girarla, sino de poner la parte de dentro fuera y viceversa. Pues vaya, dirá el mismo u otro. Ya, pero es que la idea es que lo hagas sin necesidad de romper su superficie, sin necesidad, de lo que se llama, cortarla.

La idea en realidad es bien sencilla. Imagina la peladura de una naranja que rodea la propia naranja. ¿Crees que eres capaz de darle la vuelta a la misma sin romperla de tal modo que lo de fuera quede dentro y viceversa? Lo que sí puedes hacer, topológicamente, es estirarla todo lo que quieras, como si fuera de goma.

Yo no soy capaz de hacerlo... ni tú, ni en realidad nadie.

Lo que en el post llaman paradoja no es tal porque, topológicamente hablando es posible autointersecar la superficie, algo que en la realidad no es posible. Es por esto que aunque en el post se hable de paradoja, de hecho, en el mundo matemático se habla de este tema como tal, no lo es.

Paradoja es algo que si bien no parece serlo, o aparentemente parece contradictorio, en realidad ocurre y tiene una explicación, como la paradoja de los gemelos, por ejemplo.

Esto de Smale no deja de ser una curiosidad, muy interesante por otra parte, que me ha encantado meter en mi cabeza. Porque, y este es el verdadero motivo de este post, leyendo a los Gaussianos y viendo los vídeos a los que hace referencia, LO HE ENTENDIDO! TOMA!

No tengo las matemáticas tan olvidadas como pensaba...

... y no sé si eso es bueno o malo.

Sábado sabadete...

No, ya podía ser como el refrán, la verdad, pero no, el que está jodido hoy soy yo, que estoy como de guardia ante el advenimiento de lo que puede ser una rebolución en los precios de la telefonía móvil...

Y es que, a partir del lunes, es impepinable el lanzamiento de una nueva realidad que pretende hacerse su hueco de cuota de mercado. Ya sabéis, la competencia del mercado libre que siempre beneficia al consumidor...

La culpa de todo, la tiene este personaje, al que ya he aprendido a odiar con todo mi ser.

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A ver quién es el primero que me dice quién es y de donde sale...

Oh, my god!

Esta noche, abandonado temporalmente por quien me sufre a diario, he visto un documental. No es de esos que dan en la dos, eso que todos dicen ver. No, se trata de uno que se llama "Michael Jordan to the max" y, una vez más, he vuelto a recordar por qué.

Por qué aprendí a amar este deporte por encima de cualquier otro.
Por qué nunca hubo nunca nadie como él, Oscar Robertson, Wilt Chamberlain.
Por qué nunca habrá otro como él, Kobe Bryant, LeBron James.
Por qué siempre pensé que la vida de este hombre debe estudiarse desde primero de primaria.
Por qué, en definitiva, me declaro gay y amigo de los negros porque amo a este señor.

Y he tenido que postearlo...

El que quiera peces, que se moje el culo, pero, para muestra un botón.

Finales del 98. Jordan se enfrenta a las últimas finales de la NBA porque se va a retirar. En la ronda previa, tienen un durísimo enfrentamiento con unos Pacers que les llevan hasta el séptimo partido. Mientras tanto, su rival en la final, los Jazz de los futuros miembros del Hall of Fame de esto del basket Stockton y Malone, tienen diez días más de descanso para preparar la final.

Bien, abreviando, que es tarde, los Bulls vuelven a Utah con una victoria de más. Si ganan el partido, ganan la final. Últimos minutos, Jazz gana por 3, Jordan hace una canasta. Pierden por uno y la bola es de Karl Malone...

... y pasa esto...



Ese fue el último minuto y pico de juego de su carrera, donde condensa absolutamente todo lo bueno que ha habido en él...

Luego, volvió de su retiro, y hasta acabó haciendo un poco el tonto en los Wizzards, pero para los que no tuvieron la suerte de vivir alguna de sus jugadas en vivo y en directo, en aquellas retransmisiones de Trecet, ahí va alguna de ellas...



No perderse la última, donde es imposible defender a alguien que puede lanzar a canasta cuando le sale de los huevos...

Me apunto desde ya, la tarea de revivir esto de vez en cuando, cada lo que tarde en olvidar esas sensaciones que vivo cuando veo estas maravillas...

Por cierto, el título va de lo que siempre he oído decir a los cometaristas originales cuando hacía alguna de las suyas, por si no se entiende...

¿Visitas Inoportunas?

- ¡Intolerable!
- ¡Indignante!

Ambos viejetes no se ponían de acuerdo en cómo calificar aquella sin lugar a dudas al menos afrenta.

El dueño del bar que varios minutos antes les había servido el té caliente en ningún momento había podido siquiera sospechar que aquella pareja de jubilados fueran a revolverle el local en tan solo dos palabras. Porque, claro, esas dos palabras, sólo aquellas dos palabras, bastaron para que el resto del garito se girase sobre sí mismos dejando con otras palabras en la boca a sus respectivos interlocutores...

- ¿Pero qué dirás tú, ignorante de la vida? – no pudo reprimir un joven con acento extranjero y porte chulesco.

Ambos protagonistas evitaron entrar al trapo ante la intención de provocación del joven y siguieron a lo suyo.

- Si es que no puede ser, no me jodas, dónde se ha visto, en el siglo XXI, una muestra de colonialismo tan recalcitrante, si es que no puede ser, menuda cara.
- Si, tanto la reina, como el rey, debería irse a su puto país y dejarnos ese pedazo de tierra, que es más nuestro que suyo, para uso y disfrute del trozo de mapa al que pertenece.

No hacían más que eco de las distintas opiniones que se encontraban en la calle por aquellos días.

- Pues si no os gusta que ese pedazo de tierra sea nuestro, os jodéis, que es nuestro desde hace mucho y así se va a quedar. – el joven se veía que venía con ganas de guerra tras el par de cervezas que se había terminado de beber de trago en el diálogo anterior.

Los jubilados, ajustando sus sonotones a la vez para tener una excusa con la que hacer oídos sordos y suecos a partes iguales ante las palabras de aquel joven que, indudablemente ya, ponía encima de la mesa su opinión favorable ante la visita de los jefes de un estado (claramente el suyo) a una de sus colonias en un pedazo de trozo de otro país.

- Y mira que no me caen mal, si dan su juego en la prensa rosa, pero que no parece bien que anden pasándonos ante las narices a todos nosotros que vivimos aquí tan cerca de un territorio que está en nuestro país, pero eso otro.

- Efectivamente, que esto es una vergüenza, que se vayan a su país y nos dejen en paz y nos devuelvan de una vez lo que es nuestro.

El joven, no sé si movido más por las palabras que acababa de escuchar, por el sentimiento patrio exhacerbado por verse ninguneado por dos extranjeros tan cerca de su casa en la colonia visitada por sus reyes, o por el par de cervezas, acabó por no aguantar más y acercarse, con cara de demasiado pocos amigos, a la mesa de los jubilados.

- Pues ajustaros de nuevo los audífonos, señores, porque mientras nos dé la puta gana......... GIBRALTAR VA A SEGUIR SIENDO TERRITORIO INGLÉS!!!

El Viaje IV

Tras la estancia en Praga, y con la decepción de comprobar que sus buenas gentes se convierten en asquerosas rubias con un tono la mar de pasivo y un actitud de perdonarte la vida,
putoguiriquevienesaestepaísatocarnos
-losgüitosalospobresfuncionarios

de las taquillas donde cambiar un billete de tren a uno más de mañana, llegamos a Viena acompañados de una simpática pareja de Sevilla de quienes nunca más supimos.
A eso de las 15:30 y con el hambre propio de quien se levanta y desayuna prontito cara a un viaje, salimos del hotel prestos a localizar un garito donde saciarlo.

Si alguien nos pregunta alguna vez lo negaremos con ahínco, pero en una Viena imperial donde se habla alemán, entramos en un McDonald’s con las esperanza de que, por aquello de lo internacional del lugar, alguien pudiera atendernos en inglés... sin ponernos la mala cara de la rubia de la estación de tren de Praga.

En la cola vivimos momentos tensos, sobre todo ese el que los dos que van delante se quitan de los mostradores a la vez. Es decir, había una única cola y la gente iba a la derecha o a la izquierda sólo por razones aleatorias, pero cuando nos tocó, tuvimos que elegir, porque teníamos ambas opciones disponibles: rubia joven a la izquierda, moreno madurito a la derecha...

Con el pensamiento aún en la rubia de la mañana y con cierto toque masoquista, nos inclinamos por la joven, esperando que su juventud la hubiera animado, en su modernidad, a aprender inglés (de aprender español, ni lo pensamos, pero quizá debimos hacerlo...).

Por suerte, supongo que Viena es una ciudad mucho más cosmopolita, y mucho más occidental, no sé si me explico, en Viena se está mucho más acostumbrado al extranjero, imagino, pero la rubia, en un perfecto inglés con acento alemán, nos sirvió un par de KrustyBurgers con queso y un par de Cokes. Ah! Y una de papas...
Lo mejor, fue que el garito estaba empapelado con cuadros de un Mucha que se ha quedado en nuestras vidas para siempre. Tal vez fue la excusa para no pensar que estábamos en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme... más.

En fin, tras la comida, echamos un paseo sin saber a dónde íbamos, pero encontramos un puesto de periódicos donde compramos una de esas tarjetas para llamar por teléfono, y no veas lo bien que salen, porque por 10 euros hasta llegamos a hablar con amigos para gastar el tiempo que quedase... y no lo conseguimos. Pero en fin, incluso en esta tienda nos atendieron en inglés, y con una sonrisa por delante.

Tras esto, y moviéndonos por calles que no puedo pronunciar, llegamos a lo que pareció un mercado listo para ser visitado. Un mercado a la antigua, con puestos de pescado fresco y frutas exóticas, de especias turcas y delicias chinas. El mundo en un mercado vienés, rodeado de multitud de bares y restaurantes de todo tipo y calaña, una gran manera de adentrarnos en la vidilla popular del lugar. La pena fue que las pilas de la cámara se terminaron y no hubo más mercado los siguientes días que estuvimos por allí, de modo que mantendremos el recuerdo en nuestra memoria, que seguro que es donde mejor va a quedar.

La tarde se pasó muy pronto, y al final, cansados por el viaje y la caminata, terminamos cenando en el hotel, donde la variedad no era demasiado interesante, ni los precios demasiado competitivos, pero bueno, fue la opción más fácil para un día como de intermedio entre ambas ciudades...

... admito desde ya que algún otro día repetimos experiencia, porque, una vez más, esto de tener el hotel cerca del centro es una putada porque crees poder llegar a todo andando... si al menos nos hubiésemos lanzado al sistema de alquiler de bicis de la ciudad (coges una bici por un euro aquí, y la dejas en otro parking al otro lado de la ciudad, y lo mismo para volver)...