Condenados a Entenderse
En las sombras, allá donde la luz de los becarios con alcachofa y sueños de tener programa rosa propio no llega ni siquiera para incordiar un poquito, en otro mundo que existe por encima del nuestro, allá donde sólo los elegidos pueden siquiera imaginar llegar algún día, se libra una batalla.
No eres consciente de ello, el futuro de ambos bandos enfrentados depende de su capacidad para no dejarse ver, ni dejar que su guerra se vea más allá de su propia interpretación de buenos y malos.
Se trata, cómo no, del fútbol...
... pero nada que ver con la clásica rivalidad Farsa - Mandril, ni con mercenarios piscineros, ni con patadas guardadas con rencor en la memoria para devolverlas en la siguiente jugada...
... se trata de ver quién se lleva más trozo del pastel que el televisado de partidos genera en base a la compra de los derechos de retransmisión de los distintos equipos.
Esto, cuando había sólo cadenas de televisión públicas estaba claro, hay tanta pasta, y como no ha competencia, pues aguantas tantos años a José Ángel de la Casa.
Luego, las privadas estaban a expensas de las autonómicas, que se llevaban el pastel prácticamente entero.
Pero ahora, ay ahora... ahora hay nuevas cadenas que tienen mucho dinero invertido y con prisas por ascender en audiencias... y cuando se tiene dinero y no muchos sitios donde gastarlo con garantías, la apuesta es clara: a por el júrgol, que por algo es el deporte nacional.
Y ahí se lió ya desde el pasado Mundial... bueno, en realidad, desde aquella mal llamada Ley del Interés General que viene a decir que si el fútbol está en manos de una empresa no afín al PP, entonces no vale darlo en PPV o, en general, no en abierto. Así pues, como el interés general es sólo para el fútbol y para casi nada más, porque la ACB bien que la han tenido con rayitas alguna que otra temporada...
Con el Mundial empezó la liada entre La Sexta, que quiere comerse el mundo desde los once metros, y las demás, en particular, por cosas de grupos empresariales, Cuatro.
Y así estamos, que ha empezado la liga, que a mí me la sopla si no gana el Depor o pierde el Atzetik, pero que han habido partidos cuyas imágenes las tienen los que fueron a verlo, porque si coincide que un equipo que tiene los derechos con Mediapro se las ve en el campo con uno que tiene su futuro bien pagado por Sogecable, pues mira, ni pa ti ni pa mí.
El perro del hortelano, con el resultado final de clientes potenciales desperdiciados y una caja registradora que deja de hacer clinc, clinc... y eso no le gusta a nadie.
Pasando de quién tiene razón o de si el fútbol realmente vale como para que se muevan las cantidades de dinero de las que se habla, la solución puede venir, como siempre, por un puñado de dólares, sólo que esta vez, en lugar de los Rojo y los Baxter con el gran Clint (el actor supera siempre al personaje...) en el medio haciéndose el amo, esta vez, y habiendo visto la película, seguro, los confrontados no van a permitir que el usuario de a pié atontado por el nuevo opio del pueblo les joda la marrana y acabarán unificando las familias casando a la hija de uno con el hijo del otro y a cobrar, que son dos días.
Y mientras tanto, estrépito de andamios, pateras y naufragios, desvelan nuestro sueño... o no, sólo poder el fútbol el domingo... previo paso por caja, que el flujo no pare, no pare no, que el flujo no pare...