Yo he venido a hablar de mi blog
Hoy me he levantado con la triste noticia de dos muertes que acompañan al clima de desasosiego general que un chaval de 22 años a suscitado en el ámbito nacional.
Si bien es cierto que soy de esos raros que nunca pudo aguantar siquiera un capítulo de Aquí no hay quien viva (también fui el único que pasaba de Farmacia de Guardia...), no puedo sino quitarme el sombrero ante una mujer que se puede decir que casi literalmente murió con las botas puestas.
Gracias al telediario mañanero de A3 sé que gustaba de la frase Váyase, señor Cuesta!!!, que no sé si alguna vez sabréis cuánto viene a cuento en mi vida en este momento (tal vez me anime a comentarlo alguno de estos días), pero creo que como El Follonero, y demás fauna de las noches de A3, se encuentra en el más oscuro recodo de mi mapa audiovisual. No existe para mí, pero le reconozco el mérito a esa desconocida para mí Emma Penella.
Muchas otras supuestas artistas/actrices/modelos/folladora_de... deberían aprender de esa generación de actores que a pesar de su edad se ganan al público sin escotes voluptuosos ni labios operados (y los de la boca tampoco).
De esa quinta de personajes que hicieron de la tele lo que es hoy en día, es el otro que ha muerto y me he enterado justo antes... y a quien va dedicado el título del post: Paco Umbral.
Por mucho que Tamara/Yurena/Ámbar o Malena Gracia lo pretendan, si la tele de hoy es, o pretende serlo, puro entretenimiento es, sin duda alguna, gracias a ese gran momento televisivo de una Mercedes Milá pre-GH y en la cima de su seria carrera de periodista en el que Paco Umbral suelta esa frase que por su propio peso ha caído en los anales de la historia de la televisión.
Ahí comenzó eso de salirse del guión y de la audiencia demandando realidad a distancia, a poder ser broncas y cabreos... por suerte tardaron muchos años en darse cuenta; ahora, probablemente, el bueno de Paco sería simplemente carne de programas de zapping.
Para mí siempre será ese personaje con gafas de Bartolo cuando Bartolo ni existía, y que supo adelantarse a todos en un medio tan cambiante e impredecible como la tele.
Serás un gran escritor, pero como personaje televisivo, fuiste un animal.
Lo verdaderamente triste, en cualquier caso, es que todo esto está viéndose eclipsado por el estado de Antonio Puerta.
Que no digo que no sea una putada que una persona se encuentre en estado crítico tras desplomarse prácticamente en su lugar de trabajo, que el primero que se impresiona con las imágenes que muestran a su compañero evitando que se atragante con su propia lengua soy yo.
Lo triste es que esto cope las noticias porque se trata de un futbolista. El día que se tenga semejante avalancha de información acerca de Perico Pérez, de Jaén, currela muerto en un andamio, será el día que me parezca bien que se haga tanto bombo de una noticia que, por mala, seguro que está siendo muy buena para algunos. Ojo, que no digo que nadie esté deseando que algo así ocurra, pero oye, una vez encontrado el mal, le sacan partido (nunca mejor dicho) como buitres (nunca mejor, también).
Esperemos que, por el bien de este deportista de 22 años, no acabe uniéndose a las dos personas anteriores.
Joder, mira tú, acaba de morir...
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