En el país del crepúsculo...
Dicen que son el país más poderoso de la tierra, cuando probablemente sólo sean fanfarronadas de matón de patio de colegio. También, que son la más antigua democracia cuando no saben ni dónde nació esta forma de gobierno. Se tienen por libertadores del mundo cuando siguen explotando a sus propias minorías de manera casi esclavista.
Joder, dicen que son los más ricos de la tierra, cuando no quiero imaginarme cuántos de sus ciudadanos viven como si realmente lo fueran.
Si hasta se permiten mirar la paja en el ojo ajeno! Probablemente para evitar ver las vigas en los suyos...
Pero lo de hoy, lo que hemos podido ver hoy, no tiene nombre.
Una vez leí un experimento. Tal vez se trate de una leyenda urbana, pero básicamente venía a decir que la probabilidad de que alguien acuda en socorro de un prójimo al que le da un infarto en mitad de la calle es inversamente proporcional a la densidad de población. Es decir, si te da un jamacuco y te quedas seco en mitad de la calle, mejor que sea en Villaberza del Duero que en plena Castellana de Madrid. La explicación viene del hecho de que psicológicamente nos autoexluímos de ayudar con la excusa de que ya habrá alguien que lo hará. Por eso, donde más gente hay, más se tiene dicha excusa para no acudir en ayuda de quien lo necesita urgentemente.
Algo parecido hemos podido constatar esta vez, en la sala de espera de urgencias de un hospital... americano...
Resulta que la buena de Esmin Green, de 49 años, acude a urgencias, y la tienen esperando durante 24 horas. Aquí no hay huevos para dejar a un jubilado todo ese tiempo en espera, antes te queman el ambulatorio, y como sea para arramplar medicamentos gratis ni te cuento. Pero en fin, que la buena mujer, harta tal vez de la espera, cae redonda al suelo presa de un ataque.
Hay más personas en la sala, aunque probablemente prefieren no meterse para no meter la pata y verse acusados de negligencia ante un tribunal, de modo que ni se arriman; ni se inmutan; ni la miran.
Supongo que el pensamiento de que ya lo hará quien cobra por ello planeó por sus pensamientos.
Pero héte aquí que, en una de estas, aparece un segurata. UN SEGURATA!!! Sí, uno de esos que velan por la seguridad de los presentes, sí, uno de esos que cobra para que nadie muera en esa sala (y alrededores...). Aunque, ciertamente, la letra pequeña de su contrato dice que debe actuar en caso de que alguien (preferiblemente negro o chicano) se meta en el recinto a punta de pistola y tome rehenes. Sí, ahí debe actuar. Si una mujer que lleva un día entero esperando en una sala se desploma y se queda tendida en el suelo es que encima debería pagar por el improvisado catre, como para encima actuar!
Pero espera! Aún hay más!
En otra de esas mismas, otro segurata, dicen, a mí me parece el mismo, se asoma a ver a la negra del suelo.
PERO LO HACE SOBRE SU SILLA CON RUEDAS DE LA QUE ENCIMA NI SE LEVANTA!!!
Se empuja con los pies hasta hacer rodar la silla de oficina por el pasillo hasta la sala, echa una mirada, tal vez para asegurarse de que el otro no le vacilaba cuando se lo contó, tal vez para ver si su incredulidad le había costado los 20 pavos de la apuesta que hizo con quien se lo contó...
No lo sé, todo lo que puedas imaginar al ver las imágenes es poco frente a la realidad de ver cómo se deja morir a una persona en una sala de espera de un hospital.
Y todo, en el país de las libertades y el hogar de los valientes... joder, valientes libertades que dejan que te mueras donde vas con la esperanza de que te curen.
Y aún dicen que la seguridad social es un caos en este país... si alguien llega a morir así no sé lo que habría pasado.
Aunque seguro que algo más que seis despidos y una declaración de intenciones de atender las urgencias en un máximo de... 10 HORAS!
- Oiga es que me estoy desangrando.
- Ya, pero es que acaba de llegar, caballero, espere su turno, si en 6 horas sigue vivo, le atenderemos.
2 comentarios:
Quizás se te caería más de un tópico si viistaras Nueva York. No voy a decir Estados Unidos por si acaso, para no meter la pata, pero en Nueva York la gente por la calle es superamable.
Antes de decir que malos son los yankis con sus minorías, yo esperaría a que eEspaña tenga tantas personas no blaquitas por metro cuadrado como hay allí. A ver donde somos más malos.
Por supuesto que los yankis son malos con sus minorías, bueno, siempre que no formen parte de esa mayoría adinerada cuyo verdadero color de piel es el verde...
En cuanto a Egpaña... debo decirte que en Durango hay una incipiente comunidad inmigrante con la que no me llevo mal... al menos todavía :)
Por lo demás, decir que este post critica mucho más la sanidad de los USA (y tira) que a sus ciudadanos, que también.
Salu2!
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