En casa del herrero...
... sí, efectivamente, cuchillo de palo...
Desde hace unos meses venimos disfrutando de las noticias que nos llegan allende los mares, en las que los hijos del ocaso, en el hogar de los valientes y el país de las libertades, las cosas se han desmadrado.
Sí, el tema de las hipotecas basura me fue explicado brillantemente por el MVP de los invitados a la boda, un profesor de economía que no tiene, en principio, connotaciones políticas que modulen lo que dice la teoría.
Y la teoría dice que cuando se hace lo que sea para sacar liquidez de debajo de las piedras a costa de correr riesgos hoy con consecuencias en el futuro, ese futuro siempre acaba llegando. Y el riesgo, bajo estricto cumplimiento de la ley de Murphy, también.
No entraré a contar nada de un tema que me queda lo suficientemente lejos como para que me lo expliquen.
Pero lo que no quita nadie es que cuando las empresas hacen lo que se les pone en los cojones, y cuando en concreto esas empresas son bancos privados que se empantan hasta donde haga falta, al final tiene que venir papá estado a poner la pasta de lo platos rotos por los niños traviesos.
Lo cual no deja de ser curioso en un país donde se critica el intervencionismo del estado, como si el hecho de dar poder a empresas privadas fuera mejor que dárselo a unos políticos a los que puedes contribuir a echar si lo hacen mal con tu voto. Joder, si un voto te parece poco poder, intenta hacer algo para que Amancio Ortega deje de presidir Zara, anda, majo, dale, te espero sentado...
Es decir, no entro en discutir ahora temas de economía, ni a tratar si es mejor o peor esto o lo otro, sino que me gustaría hacer todo el hincapié posible en el hecho de que tiene cojones, por no decir otra palabra, que ahora a todo el mundo le parezca bien que se pague con dinero de los impuestos las cagadas montadas por empresas privadas; es más, no sólo para arreglarles el estropicio, sino para salvarlas... y volver a las andadas, porque a sabiendas de que ya vendrá la teta del estado cuando no funcione el sistema, no se aprende de los errores. No se aprende, cuando es otro el que paga por tus errores.
Aunque, mira tú por donde, ahora resulta que no, que el sistema parece que tiende a pasar de todo con tal de mostrar cuentas de resultados tan favorables como falsos, y que eso no puede ser. A papá estado le están tocando los dineros y con los dineros, parece ser que a algunos políticos no les gusta que se los toquen; en concreto, al secretario del tesoro de los USA, un tal Henry Paulson, que ha propuesto la mayor reforma financiera desde la Gran Depresión.
Y entre una de tantas, se propone la medida de tener un poquito más de control sobre las empresas dicen que hacen y a lo peor no hacen, o hacen de manera poco fiable.
Así que ya vemos, el sistema, libre, capitalista, donde el fluir del dinero es lo mejor que le puede pasar a un cruasán, necesita de más control por parte de un poder mayor.
Y todo eso, mira tú por donde, allá, donde prefieren que la sanidad sea privada y para quien se la pueda pagar, allá donde los colegios públicos venden las mentes de los adolescentes por unos pavos que no tienen de los fondos públicos, allá donde bussines is bussines y donde alguien dijo aquello de:
• El gobierno no puede resolver el problema. El problema es el gobierno.
• El propósito de la política de bienestar debería ser la eliminación, tanto como sea posible, de la necesidad de tal política.
Muy bien, viva la coherencia.
Lo que no veo es ni a Obama ni a Hillary ni a McCain criticando la propuesta, al menos por ahora.