Mi primera palabra
No sé cuál fue mi primera palabra. Supongo que nunca había pensado en ello.
Con mi hija lo he pensado, y quería guardarme esa información. Es una tontería como la copa de un pino, en realidad, pero me gusta la idea de poder decirle alguna vez algo como: "tu primera palabra fue 'ama' (mamá en euskera)", como si dicha palabra pudiera definir en algún sentido universal y empalagoso lo que esperamos de ella (que siempre es lo mejor).
Pero han pasado los días, y como en prácticamente todos tenemos una novedad, una razón para no devolver el paquete a la cigüeña, un motivo por el que nunca pensamos en cómo era la vida antes de que llegase, no sé cuál fue su primera palabra.
De entre tantos intentos aleatorios que emite (balbuceos), es difícil recordar cuál fue la primera que tuvo sentido para nosotros. Para ella probablemente todas lo tienen, y simplemente espera una reacción por nuestra parte que le confirme que esa, justo esa que acaba de decir, la entendemos. Desde luego, el diseño de la mente humana como un autómata que aprende a base de ensayo-error es una pasada de inteligente (curso de IA de Stanford...).
Ahora suelta decenas, cientos de palabras que entendemos, algunas de las cuales no sabemos de dónde ha sacado. Desde "amama" cada vez que el teléfono de casa y quiere que llamemos a su abuela hasta un acortado "estoqués" cada vez que quiere que le digamos cuál es la palabra de algo que no sabe (que puede ser un libro, un animal que no conoce, o el frigorífico, de todo en realidad).
El otro día, mientras mi Roma se debatía entre la vida y la muerte en copa (PES2012), la buena señora no tiene otra ocurrencia que darle al bonito botón de encendido, que con su luz azulada llevaba tentándola desde hacía varios minutos. Ese botón hiberna el ordenador y en el fragor de la batalla no pude sino exclamar un "no, no, no!"... tarde. Hibernando.
Me quedo mirándola intentando poner la cara más seria que pude (esto hay que aprovecharlo, esta vez es una insignificante final de copa e hibernando, mañana puede ser algo gordo y borrado para siempre...).
- Aysha! El aita ya te ha dicho que ese botón no hay que tocarlo. - ahí, a lo fiero feroz.
Ella me mira con esos ojos que no sabemos de dónde los ha sacado, pestañea un par de veces con un "tuit-tuit" muy propio del manga y, de repente, levanta los brazos y grita:
- Gooooooooooooooooooooooooooooool!
No vemos fútbol en casa nunca, no grito mis goles en el PES nunca, no sabemos de dónde narices ha sacado la palabra, pero en cualquier caso, no pude seguir manteniendo la pose, todos nos empezamos a reír y todo dio igual.
Soy consciente de que tengo que intentar mantenerme cuando pases cosas peores que esta, y que no podemos promover que cuando haga algo mal se vaya de rositas por su cara bonita (como cuando Rosa d'España soltó el magnífico "Mequivocao!" en la gala de OT...).
Pero qué le vas a hacer, si todo da igual cuando te salta con una de estas...
- Estoooo, sí, pero esto no iba de TU primera palabra?
Pues sí, tengo en mi poder mi primera palabra. Resulta que soy el más influyente de la palabra "líderes" en Karmacracy.
Mi primera palabra: líderes.
Ahora a ver si consigo la siguiente. Por supuesto. Esa. La que estás pensando. Cual? Goooooooooool!
:)
P.D: al retornar, el partido del PES avanzó a toda leche hasta llegar al momento en el que debería estar y no encajé goles, menos mal. Cayó la primera Copa para mi Roma.
2 comentarios:
jajaja.. apuntate esas historias que te dan para sitcom!..
Yo tampoco recuerdo mi primera palabra y la verdad es que nunca me han dicho nada al respecto, pero supongo que lo normal es decir papa o mama (Y sus similes en otros idiomas)...
Eso si, parece que la peque te ha salido futbolera!! esperemos que no salga del Arsenal como su aita!! jejeje
Qué pasa crack!
Gracias por el comment, no veas la ilusión que hacen, sobre todo si acabo rememorando posts míticos como el de las 11:11! :D:D:D:D
Salu2!
P.D: la niña es del Arsenal, of course, y del Depor, lo dudas? :-P
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