Hace un par de viernes se casó Pedro

Pedro es una de esas personas con las que conecté al minuto y medio de conocernos. Tengo en la memoria el momento justo, en una partida de "Comemierda" en un descanso de las primeras clases que disfrutaba en mi segundo año de universidad. Solté tres ases de tacada al grito de "me sobran" y él se sorprendió, dando el primer paso para convertirme en el gran jugador en el que me convertí.

En ese momento conectamos y seguimos manteniendo el contacto (literal y metafóricamente), hasta hoy.

Futuro padrino de mi segundo/a hijo/a si llega, fue, por ejemplo, el protagonista de este post.

Es una de esas personas que hacen que la calidad de tus amigos compense su cantidad.

Y el viernes se casó.

No conocíamos a nadie más, literalmente, y hasta el último momento estuvimos dudando en si ir, cuántos ir, o cómo ir, pero al final fuimos los tres, en coche y metro, y con todo el ánimo del mundo de que Aysha se lo pasara en grande en su primer fiestón de este tipo.

Hemos estado en varias bodas, y esta era una potencialmente peligrosa de acudir. Por un lado nos veíamos en una esquina de todo, con la niña como excusa para no acercarnos demasiado a nadie para no tener que repetir por enésima por qué estábamos allí y por qué no nos conocía nadie.

En su lugar, tres minutos después de la escueta ceremonia, el grupo con el que íbamos a compartir mesa y mantel nos abordó, me interrogó sobre si era el "compañero de la uni" de Pedro y nos bombardearon de nombres en una presentación relámpago y en batería de esas que se hacen para ver la cara de susto de quien las recibe. Sólo nos quedamos con Alberto, pero como lo importante no es saber, sino saber quien sabe, nos bastó.

Media hora después, ya en el cóctel y con Aysha ya comida, bebida y cambiada, la conexión de este grupo nos arropó como una cálida manta en invierno. Éramos dos más dentro de ese grupo. Un grupo alucinante.

Con Alberto como perfecto anfitrión, que se ocupó de que no nos faltara el contexto para entender muchas de las cosas que flotaban por encima de la mesa (desde chistes a recuerdos varios), hasta Mana, de quien recuerdo su nombre por lo raro y por ser protagonista del malentendido más raro de mi vida.

Resulta que en una de esas me dicen que claro, es que alguien tiene que ser del Deportivo... y claro, pienso, esto va a ser Pedro que lo ha comentado... pero NO! Iba por Mana, que resulta que vivió el Centenariazo, el 4-0 al Milan, el Zorro de Arteixo y es un deportivista convencido.

- Como encontrar una persona en medio del diserto - dijo. No puedo estar más de acuerdo.

Ni más de acuerdo con todos ellos en prácticamente todos los temas de conversación que salieron y que, como en toda buena conversación, estuvieron a punto de agotarse. Desde los capítulos de SuperNanny hasta por qué nos acordamos tanto de la madre de los comerciales.

La comida acompañó a la compañía... y a Aysha, que probó absolutamente de todos los platos, y en el baile, tras dos canciones que la dejaron algo fría, comenzó el show esperado. Con un par de movimientos de brazos y vaivenes en el centro de la pista, hecho, la reina de la sala. Tenemos un vídeo como prueba, pero es más secreto que el de la rubia del Garamond, así que no lo pidáis.

Se lo pasó como una enana, literalmente, y nosotros también.

Una tarjeta de memoria de 256Mb que se quedó muy corta y unos cuantos éxitos de hoy, de ayer y de siempre después, nos despedimos. De Pedro, de su recién estrenada mujer, y de su grupo de amigos.

- Veníamos a boda donde no conocíamos a nadie y nos lo hemos pasado genial. - les dije al despedirnos. En unas horas éramos unos más del grupo. El grupo más sano de amistad más sincera que he visto nunca.

Horas después, reposando el día, lo confirmamos: ha sido la boda donde mejor nos lo hemos pasado. Cuando por unas o por otras acabas viendo o viviendo cosas que no te gustan, cuando vamos con el vaso totalmente vacío es cuando se nos ha llenado de experiencias tremendamente positivas.


El viernes se casó. Un viernes. En dos minutos. En el juzgado. Yo gasté 8h de vacaciones. Y volveríamos a hacerlo por lo bien que lo pasamos y la gente que encontramos.

Si la gente se mide por sus amigos, desde luego, amigo, eres grande, Pedro el Grande.

2 comentarios:

Axier dijo...

Hay gente con imán, con una especie de aura alrededor que atrae, gente que causa una muy buena primera impresión que no cambia cuanto más la conoces. Como tu bien dices, esa conexión especial.

Hay una frase que siempre me ha llamado la atención y es "Conocidos hay muchos, los amigos se cuentan con los dedos de 1 mano", un poco extremista sí, creo que podría usar 2 manos como mucho hahaha.

Mere mucho la pena tener ese tipo de gente cerca y conservarlos. Es una lastima perder a algún amig@ de este tipo en la vida.

Un saludo!

Nohemí dijo...

Me has emocionado, la verdad que fue una boda para el recuerdo, espero que volvamos a ver a todo ese séquito que tan gratamente nos arropó.

La verdad es que es difícil encontrar a personas que hacen que te sientas como en casa.

Ojala nos reencontremos todos algún que otro día. Me ha encantado este post, cuando los haces desde el corazón, no podía ser menos con lo pastelosa que soy.