Serás Maricón...

He cambiado varias veces de trabajo. En el mundo de la informática es habitual, casi recomendable, hacerlo cada, más o menos, un año o cuando terminas el proyecto para el que fuiste contratado.

Es tan normal que una empresa te mantenga en nómina mientras pueda sacar pasta de ti vendiéndote al peso, que uno acaba entrando en el juego e intenta llevárselo a su terreno aprovechándose de la misma manera. Así, cambiar de trabajo, o su amenaza, termina convirtiéndose en una de las pocas cartas con las que cuentas para, por ejemplo, conseguir un aumento de sueldo.

Las carreras profesionales dentro de una misma empresa son cada vez más escasas, y los contratos fijos terminan por incumplirse por aquellos, en principio, más interesados en tenerlos, a saber, los propios trabajadores.

Supongo que la época de bonanza de las .com y el intrusismo que ha degradado tanto la profesión son terreno abonado para que el negocio derive en algo como lo que es, aunque, y esto es una verdad como un templo, la verdadera culpa la tienen (tenemos) los currelas que asumimos la situación.

Nunca he visto que los empleados de una empresa se unan para pedir unas retribuciones justas o que se reivindiquen derechos comunes a todos ellos de manera unificada. En esta jungla en la que nos han metido, nos han convertido en nuestros propios enemigos, hasta el punto que existe un chiste completamente aclaratorio:

Un empleado, ante su reunión de revisión salarial, le dice su jefe: o me subes el sueldo, o al salir le digo a todo el mundo que me lo has subido

No es difícil comprender que mantener a todos en la falsa sensación de ganar más que el resto de la oficina, y que no se debe hablar de sueldos con nadie porque es algo que debes ganarle al resto de los compañeros (si hay poca pasta para subir sueldos, quiero mi parte a costa de la tuya) es una muy buena manera de aplicar el viejo divide y vencerás.

Recientemente he visto algunos de estos movimientos; si bien no creo que estemos en el mejor momento para hacerlos, supongo que es normal, entre gente joven, realizar este tipo de cambios.

Siempre he pensado que es necesario, no sólo desde el punto de vista monetario, cambiar de modos de trabajar, de tecnologías aplicadas, de metodologías de hacer las cosas, sobre todo a una edad en la que es más importante aprender que el dinero que te dan por ello (por aprender, no por trabajar...).

Después, cuando ya se aprende de qué va todo esto, simplemente necesitas un lugar en el que estos mamoneos no te coman la cabeza y te asientes. Pases por encima de todo esto, negocies un buen sueldo en base a tu capacidad real (que ahora sí, sabes que la tienes) y empieces a formar parte del sistema "en el otro lado".

En estas situaciones, ya no se cambia de trabajo por dinero, o porque se te acaba el proyecto. A estas alturas formas parte del engranaje y ya no eres tanto el que hace el trabajo como el que lo busca y/u organiza para que otros lo hagan, por lo que las razones habituales se diluyen para dar paso a otras nuevas, mucho más profundas, que pueden hacer que hagas cosas que antes nunca hubieras hecho, como cambiar de trabajo perdiendo dinero.

No sé si es el caso, pero una de esas personas que son compañeras y sin embargo amigas, se va esta semana.

Tengo la sensación de que nos deja solos laboral y personalmente para seguir empujando por malear nuestro lugar de trabajo a nuestra imagen y semejanza, y de ahí que me salga del alma este título de post... y el hecho de que sea gay no tiene nada que ver.

Pero J***, serás maricón...

3 comentarios:

Xmele dijo...

Le vamos a hechar muchisimo de menos... pensar que mañana no entrará gritando "BUENAAAAAAASSSS" ya da pena. Espero que tenga muuuuuchisima suerte. El resto nos quedaremos para luchar ;-)

Xmele again dijo...

Dios que dolor HECHAR DE MENOS NOOOOOOOOOOOOO, ECHAR DE MENOS mejor. Perdón por el dolor de ojos :-S

Shiva dijo...

Cuando uno no se mueve por dinero, sino por ilusión, conocimiento, por ansiar de crear y crecer y todo eso se diluye con el tiempo, se pierden las fuentes que nos dan la energía para hacer lo que hacemos y dejamos de brillar con nuestra potente luz blanca para brillar con una tenue luz azulada cual agujero negro cuyos efectos son altamente negativos.

Llegado ese momento, la vida de uno es una voragine de trabajo perdido en el tiempo sin presente, pasado o futuro y, tristemente derrotado, solo queda cambiar para poder recuperar lo que uno es.

He estado en pocos sitios donde uno entra con la sonrisa puesta y la gente le contagia a hacer cosas, de la misma forma que a mi m gusta ver disfrutar a la gente haciendo lo q hace. Ese era uno de ellos, quiza en el q mas esperanzas habia puestas.

Y como no quiero parecer triste, aunque si melancolico (especialmente ahora), me obligo a recordar que un grupo se compone de muchos ... y que la posibilidad de cambiar las cosas aumenta cuando se esta de acuerdo ... y que mas vale tarde que nunca ... y ya lo dije todo xD

Nos veremos pronto sin duda, aunque espero haber dejado tanta marca en otros corazones como las que tengo yo en el mio .....