El feminismo visto por una mujer
Hoy he leído una esntrevista a una mujer con la que no puedo estar más de acuerdo:
MUJER HOY. ¿Qué es para usted el feminismo?
EDURNE URIARTE. Una ideología que propugna la igualdad de las mujeres y las medidas activas para lograrla. Obviamente, estoy de acuerdo con esto. Pero el feminismo se ha extendido con un abanico de ideas y se ha anquilosado en ellas. Eso es lo que critico: algunos planteamientos, desde sus inicios; otros, por su evolución.
M.H. ¿Qué es lo más perjudicial de ese feminismo para las mujeres?
E.U. El fomento del victimismo, de la idea de que la culpa de todo lo que las mujeres no hemos logrado es de los hombres. Eso no permite hacer un buen diagnóstico del problema; además, es una manipulación de los hechos.
M.H. ¿Cuál es su diagnóstico?
E.U. En los países desarrollados de nuestro entorno, y entendiendo desigualdad como menor número de mujeres en posiciones de decisión y de élite, creo que los valores de la discriminación están prácticamente superados.
EL PODER
M.H. ¿A qué atribuye entonces la escueta presencia de mujeres en puestos de decisión?
E.U. Al factor generacional, entre otros. Las mujeres hemos iniciado más tarde la carrera hacia determinadas posiciones y es imposible que representemos el 50% de repente. En un ámbito que conozco, el universitario, las catedráticas somos un 14%. ¿Eso significa que estamos discriminadas?
M.H. Es casi la cuarta parte del porcentaje de alumnas.
E.U. Sí, pero eso es una manipulación. En la facultad hay tantas mujeres como hombres o más, pero para concluir que hay un trato desigual tienes que demostrar que se han presentado el mismo número de mujeres que de hombres al proceso de selección, con currículos parecidos, y que, aun así, han sido elegidas en mucho menor número. En la Universidad, eso no ha ocurrido: a los concursos de cátedra se presentan muchos más hombres.
M.H. ¿Y por qué cree que se presentan más hombres a puestos de responsabilidad y de poder?
E.U. Sí, el feminismo también dice: “Si no se han presentado es porque ellas están discriminadas; deben ocuparse de los hijos y no tienen tiempo para desarrollar sus carreras profesionales”. Hoy, eso tampoco es cierto. Las mujeres son libres, pueden elegir. Familia o trabajo
M.H. ¿Pueden elegir entre los hijos o el éxito profesional?
E.U. Sí, pero también pueden decidir cuánto tiempo dedican a la familia y cómo lo reparten con sus parejas. Yo no puedo admitir que la mujer de hoy, que ha estudiado, que ha tenido las mismas oportunidades que ellos, diga: “Es que no puedo, es que estoy obligada a…”. No, yo creo que ella decide. En eso cuestiono la teoría del feminismo dominante.
M.H. Al margen de esa teoría dominante, ¿se considera feminista?
E.U. Sí, pero rompedora en muchos aspectos. Creo que voy mucho más lejos.
M.H. ¿En qué sentido?
E.U. Probablemente, en decir lo siguiente: en igualdad de oportunidades, muchas mujeres han optado por los roles tradicionales. Por dar prioridad al matrimonio o a la maternidad, pero también por querer ser modelo, musa, princesa, actriz… Me parece muy respetable elegir la maternidad frente a la vida profesional, pero es una decisión libre. Si queremos tener las mismas cotas de poder que los hombres, debemos hacer carreras tan entregadas como ellos. Eso significa cambiar la organización de nuestras vidas, porque las carreras no van a cambiar para adaptarse a las mujeres que quieren las dos cosas.
M.H. ¿Ellos tienen las dos cosas?
E.U. No. Los hombres han sacrificado a menudo la paternidad y el disfrute personal para triunfar profesionalmente.
M.H. Si elegimos libremente, ¿por qué muchas más mujeres renuncian a su profesión por su familia?
E.U. El feminismo no quiere ver que las mujeres somos menos ambiciosas porque aún logramos nuestra realización social a través de los roles tradicionales. Repasemos las revistas femeninas, ¡que leemos y dirigimos nosotras! Las mujeres de referencia son modelos, actrices, hijas de… siempre bellas, claro. En las revistas de hombres no hay maridos de, ni “musos”. Que el feminismo no mire hacia los hombres: miremos hacia nosotras. Si controlamos ya buena parte de ese mercado y no hemos sido capaces de cambiar los roles...
LA IMPORTANCIA DE LA IMAGEN
M.H. Usted destaca en su libro que las mujeres deben mostrar un físico delgado hasta la debilidad.
E.U. Yo pongo el ejemplo de “Pretty woman”, una película que nos entusiasmó a todas. ¿Por qué nos gusta tanto una mujer prostituta, que es como les encanta a ellos que sean todas en las películas? Porque ella es el sexo débil, rescatada por el príncipe, un señor riquísimo, que la salva y la realiza socialmente. Y nos encanta esa trama tan retrógrada. Todavía tenemos la tentación de ser rescatadas, de ser débiles. Ahí encaja el ideal de mujer que fomentan la moda, el cine y la televisión: con aspecto aniñado, enormemente delgada, pálida, débil... que tiene que ser rescatada. Eso sí, con muchas tetas y la boca siempre semiabierta.
M.H. El panorama, desde luego, es preocupante…
E.U. Lo que me preocupa es que las mujeres que son directoras de revistas, diseñadoras de moda, directoras de cine... reafirman esta estética.
M.H. Afirma que sólo en la pornografía existe igualdad sexual.
E.U. Sí. Desde el punto de vista del sexo, es el único lugar donde hombre y mujer juegan el mismo papel: el de objeto. En el resto del cine, la publicidad, la moda, la televisión… la mujer es un objeto sexual, una figura pasiva, mientras que el hombre representa un papel activo. Eso me parece irritante. Detrás hay una actitud social que debemos combatir: que nosotras tenemos menos interés por el sexo y que ser femenina implica no mostrar deseos sexuales en público. Además, las mujeres fomentan esta actitud. Diversos libros de supuesta divulgación biológica siguen afirmando que nosotras somos emotivas y ellos, sexuales. La verdad es que nosotras, como ellos, somos ambas cosas. Ésa es la única gran barrera que nos queda por romper a las mujeres.
Mangado sin ningún pudor de la versión online de Mujer de Hoy.
5 comentarios:
Saludos de la anónima. Estoy prácticamente de acuerdo con Edurne en todas sus opiniones, excepto en "Los hombres han sacrificado a menudo la paternidad y el disfrute personal para triunfar profesionalmente.". Mi marido y yo la leímos juntos y como él me dijo: "mis amigos no sacrifican la paternidad, siguen siendo padres y trabajando sin problemas. Sus mujeres no."
Edurne dice "Las mujeres son libres, pueden elegir. Familia o trabajo". ¿Por qué ellas tienen que elegir? ¿No sería mejor ir juntos y compartirlo todo?. Por eso creo que el feminismo debe ser social, ir encaminado a cambiar la mentalidad de la mujer y del hombre juntos en este sentido. Unidos en igualdad de deberes y también de derechos. Esto beneficiaría también a los padres, cuyos derechos respecto a los hijos hoy en día quedan desprotegidos a veces en la separación matrimonial.
Sobre el resto de la entrevista, creo que Edurne tiene toda la razón. Hasta otra, Gorka.
Hola,
en lo que comentas, creo que estoy de acuerdo con ella y no contigo.
El papel de la madre es crucial en los primeros años de los hijos, creo, más si cabe que el de los padres. Por eso creo que sí, las mujeres se deben enfrentar a la elección; madres o profesionales.
Y si para crecer profesionalmente se necesario, en ciertos casos, trabajar 18 horas diarias, veo un poco complicado darle el pecho o cambiarle los pañales.
En cualquier caso, gracias por el aporte.
Salu2!
Entonces Gorka, das por hecho que no puedo tener hijos y desarrollarme profesionalmente. ¿Debo desperdiciar mi ya reputada capacidad profesional? Me parece un realismo muy egoista y verdaderamente salvable, si hay voluntad por parte de los 2.
Creo que te equivocas. He elegido un marido que está comprometido conmigo, piensa que los hijos son de los dos. En unos años me planteo el embarazo. Puedo crecer profesionalmente antes y después de él. Absurdo es como la Chacón hacerlo durante, no sé que hace embarazada en Afghanistán, sinceramente. Salvando año y medio por niño, el resto de mi vida puedo crecer profesionalmente siempre que mi pareja se comprometa y considere que los hijos son de los 2. Abramos las mentes a nuevos modelos, no hacen falta ministerios de igualdad para esto. Saludos.
Hola.
Es evidente que sí hace falta el Ministerio de la Igualdad (que no del feminismo).
Primero:
La lucha es que la mujer trabajadora tenga derecho a ser madre y crear una familia, y no que la mujer madre y con familia tenga que tener derecho a trabajar.
Segundo:
Los hijos son del padre y de la madre, ambos son necesarios para el desarrollo y crianza de aquel. Las medidas han de tomarse desde el punto de vista empresarial y social. Cambio de chip total en ambos.
Tercero:
No hace falta trabajar 18 horas para triunfar profesionalmente.
Sinceramente, dudo que realmente sean horas productivas.
Cuarto:
Sin niños no hay futuro.
Así que me temo que aquí estamos pringados todos.
Habrá que hacer algo...
Enhorabuena por el blog Gorka!
Otro saludo de la anónima, Gorka. El tercer comentario también era mío, se me olvidó identificarme. Muy bueno el comentario de Irene, y muy equilibrado. El problema está claro que existe, lo que no sé es si lo resolverá un ministerio de la igualdad, que a mi entender, en todo caso debería ser llevado por un hombre justo, que hay muchos, pues algunos que conozco personalmente parecen sentirse amenazados con este ministerio y sus ramalazos feministas.
En fin, que el hombre tiene que entender que puede y tiene el derecho de cambiar pañales, al contrario de lo que dice Gorka. Lo único que no puede es darle la teta al niño, pero sí que puede cuidarlo mientras la madre descansa. Los hijos son de los dos, luego nos quejamos de que los hombres quedan desprotegidos en la separación matrimonial en sus derechos respecto a los hijos. Si queremos derechos, queremos deberes. Entre todos, podemos llegar al equilibrio. Saludos y también enhorabuena a Gorka por el blog, que sabe que le sigo habitualmente.
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