De ETTs y demás
Hace un par de días de topé, en una de esas veces que te pones a recorrer links sin mirar atrás a ver a donde te llevan, con un post la mar de interesante acerca del mileurismo.
Reconozco que el tema me interesa, tal vez porque uno pretende, como la gran mayoría, alejarse lo más posible, por encima, de esta situación laboral. Si bien hay quien no llega a mileurista, quien lo es, y quien se pasa, todos estamos de acuerdo que queremos pasarnos; si bien no todos lo conseguimos/consiguen.
Llegado al extremo de buscar el libro de Espido Freire tras haberla visto en una muy interesante entrevista en CNN+, este post ha saciado parcialmente mi curiosidad. Tal vez no tanto en la experiencia de vivir el mileurismo desde dentro, ni tan siquiera el conocimiento en carne propia de algunas de sus causas, pero sí, sobre todo, una visión más global, con más perspectiva temporal, de cómo hemos llegado a lo que hemos llegado.
Tampoco quiero hacer demagogia barata diciendo que vaya cabronas las empresas que se dedican a ganar dinero a costa de lo que sea, que para eso son empresas, pero sí que me parece muy claro que no debería ser de recibo pasar por encima de las personas sin ninguna medida de restricción en las acciones que las empresas pueden tomar.
Y claro, esas restricciones deben venir de una legislación que proteja al más débil, como siempre, que en este caso somos las personas humanas, que diría aquel.
En el post se hace un repaso a la reciente historia político-económica de este nuestro país, no a fondo, pero sí mostrando los elementos necesarios y suficientes para llegar a donde estamos...
... en un momento donde el kilo de currela se vende barato porque se paga más barato aún y donde las empresas no se dedican a proteger a sus trabajadores sino a exprimir a los de los demás.
Haciendo especial hincapié en la situación que se está viviendo en el metro de los madriles, donde ya hay más suciedad que pasajeros, y la manera de resolver las cosas por parte de la nunca-suficientemente-vanagloriada-por-la-derecha Esperanza Aguirre, la amiga de los niños y el terror de los trabajadores... iba a poner públicos, pero es que en realidad no lo son... son sólo kilos de currela comprados a una empresa a la que se ha despedido por no cumplir con su cometido (la empresa, no los currelas).
En fin, que interesante visión, e interesante blog, sobre un asunto más que interesante. Aunque lo verdaderamente interesante es la reflexión se que se plantea...
- ... ¿y tú qué estabas haciendo mientras aquello pasaba, abuelo? - te preguntará tu nieto.
1 comentario:
Ay Gorka, si sólo tuviéramos que dar explicaciones a nuestros futuros nietos por esto, sería un alivio...
Pero es verdad, tantos años de luchas obreras y de sindicatos para que gane el capital y la única ley sea el mercado.
Anónima ha leido lo de Espido y me ha gustado, la tenía por mas fantasiosa o fuera del mundo, pero lo clava bastante. La pregunta es si se puede hacer algo. Yo cuando ganaba poco me adapté a vivir con poco y ahora que gano bastante pues me adapto mucho mejor, hay que reconocerlo. Pero es obvio que la situación laboral va empeorando pareja con las hipotecas. Si alguien hace algo, avisa aquí que yo apoyo. Saludos.
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