Ecografía de las 20 semanas
Jueves, 17 de diciembre de 2009, Hospital de Galdakao, 10:00AM, sala de ecografías.
Una pareja espera en la puerta cuando llegamos, puerta 5, varias sillas vacías, nos sentamos. La pareja entra mientras nos piden los papeles y ella va al baño antes de que nos toque entrar (estas cosas que no conoce siempre la ponen nerviosa; a pesar de que hemos llegado con 15 minutos de adelanto [parking included], sigue mirando el reloj).
Vuelve, rellena el papelajo que exime de responsabilidad al doctor (si viene algo mal, no la pagues con nosotros, viene a decir), y es todavía peor, ya que hay palabras bastante desagradables para un momento así (feto y malformación no deberían ir nunca en la misma frase).
Ya salen, él pide un justificante para el trabajo (que no se me olvide el mío) y se sientan. Esperamos, no hay signos de que les haya torturado ahí dentro (o lo disimulan muy bien), pero eso no calma demasiado a quien sigue nerviosa.
Sale la del traje rosa, les da los resultados, se visten las capas exteriores (qué frío!) y se disponen a irse mientras entramos, con cara de congoja, a ese cuarto del que saldremos sabiendo el sexo del bebé. Justo antes, publico en feisbuk...
Entramos. Hay un ecógrafo con una pantalla de la leche. Otra en frente para que el $ACOMPAÑANTE se siente junto a la (más) interesada y vean lo que la doctora (en este caso) ve.
- Tranquilos, porque esto dura un rato, es una ecografía larga, de manera que no penséis que va algo mal porque tarde. Al final os doy los resultados.
Empieza la peli, sólo me faltan las palomitas.
[Espero con todo el ardor que puedo sentir que alguna vez eso que se movía en blanco y negro en la pantalla lea esto de vez en cuando y eche una sonrisa en memoria de su padre]
El principio es alucinante, ahí esta, la columna vertebral (confirmado, somos seres vertebrados, doy fé), y un pequeño motor que bombea más rápido de lo que lo hará en el futuro. Por ahora mola, ha merecido la pena la entrada, no puedo evitar pensar en cómo se vería en color, HD FULL y 3D... pero bueno, esto sólo es un trailer, la peli de verdad, esa en color HD 3D llegará a nuestras pantallas para quedarse a partir de primeros de mayo.
En fin, sigue la peli, y en ciertos momentos soy consciente de la cara de gilipollas que debo de tener, pero me da igual. Tras varios movimientos, ajustes, zooms, marcados de ciertos lugares para medir esto y lo otro, obtenemos las primeras palabras del veredicto.
- Bueno, todo parece estar bien. Esto es el corazón, riñones, hígado, estómago, brazos, columna vertebral, cabeza, manos... todo está bien.
Ella, a la que esto ha dado respuesta a lo más importante (para mí también, de hecho, era LO importante), deja salir todo su nerviosismo en forma de pregunta.
- Y se sabe lo que es?
Ingeniero agrónomo, me da por pensar, con ese humor tan particular que gasto, pero el contexto es otro.
- Parece niña.
Le da un vuelco al corazón, es la ilusión de su vida tener una niña. Vale, niño se le quiere igual, pero a las niñas se les pueden poner vestiditos y el color rosa... ah! y ser más creativos con los peinados.
La doctora revisa la entrepierna, y me quedo con la sensación de que lo que parecen el par de pelotas más grande del mundo son en realidad las nalgas apretadas de lo que se confirma que es una niña .
Ella estalla en lágrimas. No estoy en su cabeza, pero piensa en ella, en su madre, en su abuela, en su padre, y todos aquellos que querían una niña. Yo pienso en mi padre, con quien comparto la cierta tristeza del deseo nunca cumplido de mi abuela de tener una nieta... ahora la tendrá, y la verá desde donde esté (estoy invadido por un irrefrenable e irracional sentimentalismo, qué pasa).
Al segundo sollozo, algo cambia. Dicen que es así, que ocurre cuando les ves la cara al nacer. A mí me cambió ayer. Al saber que es niña, primero pensé que no podré darle palizas al PES24 (cuando salga), pero en el segundo siguiente pensé en el tetris, en la cultura de baloncesto femenino que hay en Durango, y en que, qué coño, a mí nunca me gustó el fútbol de pequeño (a mi padre sí... de pequeño y de mayor). Tengo diez millones de cosas que compartir con ella, empezando por esta sensación de plenitud que tengo ahora.
Será mi hija, niña, y ahora mismo es lo que quiero.
Ahora sólo nos queda no cagarla con lo que nos queda... el nombre... se admiten sugerencias.
Como directrices, que pueden no cumplirse, me gustan los que tienen una "r suave" (Yria, Laura, Ariadna, ), también los que empiezan por "N" (nerea, naia...), y sobre todo aquelos que teniendo más de dos sílabas tienen una abreviatura chula (Nohemí --> nohe).