El Orfanato

Sí, sin títulos enrevesados, he visto El Orfanato en el cine.

Acudí, como bien saben los asiduos al blog, de mala gana por tener que pagar la friolera de 6.20€ en un recinto en el que simplemente te aportan un entorno rodeado de otros usuarios, sin privacidad, y como borregos. Bueno, vale, en realidad la pantalla grande y el sonido surraund también ayudan un poco a ir al cine, venga, que todo sea dicho...

Acudí, decía, sin demasiado ánimo a ver una película que pensaba se iba a parecer demasiado a Los Otros (nada que ver con Perdidos...), si no en la propia historia, sí en el planteamiento inicial de actriz que lleva el peso de una aventura más o menos fantástica y con dosis de terror en una casa grande y aterradora. Ah! y con niño repelente included...

Pero no. Me encantó.

Es difícil hablar de la película sin dar pistas de por dónde van los tiros y sin destripar nada, hasta el punto que este comentario ya puede condicionar a quien se lance a la locura de ver cine españ... digooo, hecho en España.

La historia tiene que ver, como se puede adivinar, sobre todo, con la relación entre una madre y su hijo, y de cómo hechos acontecidos en la niñez de una mujer pueden condicionar tanto su futuro. La película, bajo un aura de película de miedo es en realidad un cuadro de las relaciones humanas entre una pareja y su hijo, que, en cierto momento y por ciertos motivos, desaparece.

Esta desaparición acaba por minar tanto la relación de la pareja que llega a quebrarla debido, según se mire, al estado de desesperación y cuasilocura al que llega la buena de Belén Rueda que, no puede dejar de decirse, hace un auténtico papelón. Poco queda ya de aquella dicharachera pero ridícula rubita que acompañaba a Milikito en el VIP Noche de los inicios de Telahínco...

Pues bien, y el que no quiera seguir leyendo que no lo haga, la cuestión es que debajo de una película con un ambientazo de miedo y tensión casi continuo, debajo de esa otra historia en la que aparece el retrato del dolor de una pareja que se rompe, debajo de esa historia de un niño desaparecido cuya aparición se convierte en el motor de la vida de su madre, debajo de todo eso... resulta que tenemos una película que te muestra, en un final del pelo al de El Sexto Sentido, cómo te has tragado toda una serie de detalles en los que no has sido capaz de fijarte (bien por estar esperando el siguiente susto, bien porque te centras en los sentimientos reflejados, bien porque estás tratando de adivinar si la historia es fantástica o no) y que te dan la resolución completa de un guión que no se merece que se destroce con un remake americano...

Si la actuación de Belén Rueda es alucinante, la dirección no se queda atrás, y sobre todo, como dijo aquél, sólo hacen falta tres cosas para hacer una buena película, y esta las tiene; las tres...

Por cierto, que para el que no lo sepa, las tres cosas son una buena historia, una buena historia y una buena historia.

Real, mágico, pero real

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Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.


Joder, esta frase, por sí misma, ya puede considerarse un microrrelato en toda regla y con todos los honores. Sin embargo, es la primera de muchas otras con las que forma, algunos lo habrán adivinado, la referencia en esto que se ha llamado después como realismo mágico: Cien años de soledad.

He tenido la suerte de habérmelo encontrado en el TopBooks (jodida tienda donde cada vez que entro salgo con un poco más de cultura y un poco menos de dinero) y habérmelo leído durante y tras el viaje.

Y tengo que decir que me ha encantado.

Macondo, una ciudad perdida del mundo, solitaria en definitiva, ve pasar la vida de varias generaciones de la familia Buendía. Así de simple, así de complejo, así de genial.

Di que por el medio me ha costado un poco seguir la pista a tanto Aureliano (Segundo) o José Arcadio (Segundo) y Remedios, Úrsula o Amaranta. Porque con tantas idas y venidas de tiempo es lioso seguir la vida de todos, de manera que mucho antes de la muerte de alguien se sabe que no ocurrirá hasta que llegue no-sé-qué-situación, como la que se describe en el principio, que se sabe que el bueno de Aureliano no va a morir, al menos, hasta que esté frente a un pelotón de fusilamiento.

Este ejercicio de coherencia con lo contado varias decenas de páginas antes es alucinante y digno de un estudio que no me veo con fuerzas de acometer en solitario.

Pero no sólo esto, sino que el realismo mágico se recrea en su esencia como un cerdo en un charco, campando a sus anchas por toda la historia. Desde un personaje atado a un árbol subsistiendo como si nada durante años, hasta épocas de lluvias imperturbables a lo largo de años. Y no pasa nada, todo es perfectamente asumido por todos, porque no deja de ser algo real, mágico, pero real.

Por otro lado, dicen, que esta es la segunda mejor obra de la literatura en castellano. Supongo que siempre ocurre que nadie se acuerda del segundo, porque mi interés por leer esta novela vino a cuenta de una encuesta a pie de calle en la que se invitaba a los viandantes a acertar la novela con esa primera frase del libro. Me alucinó ver cómo aquellos que parecían inmigrantes latinoamericanos la acertaban casi siempre, mientras que los españolitos de turno daban un levantamiento de hombros como respuesta. Admitiendo mi incultura y sabiendo que esa otra novela que dicen que es la primera y que los españoles siempre reconocen aunque de su nombre no quieran acordarse, me decidí a leer esa gran obra que, a pesar de ser la segunda mejor obra, es de hecho una gran obra.

Test Incómodo

Hace unos días, navegando por ahí, como quien no quiere la cosa, acabé en cierta página donde un test se banagloriaba de ser irresoluble ante mí.

Como los retos son como un pañuelo rojo al que suelo gustar de acercarme con toda la cautela posible, sobre todo si hay dinero de por medio, leí el enunciado del mismo con toda la curiosidad y atención posibles... y lo pensé. Lo pensé hasta que tuve una respuesta que parecía lógica, que cumplía con todos los requisitos y que parecía encajar perfectamente... y fallé.

Lo reproduzco aquí con la intención de ver si los que se pasan por aquí logran resolver el enigma presentado en el test, si es que sois capaces...

El asunto es el siguiente:

Una mujer fue al funeral de su madre. Allí, encontró un hombre del que nunca había oído hablar antes. Pensó que era un hombre alucinante. Realmente alucinante. Se enamoró de él allí mismo, pero nunca le preguntó su número (de teléfono) y no pudo volver a encontrarlo. Una semana después, la mujer mató a su hermana.

La pregunta es: ¿qué motivó que la mujer matase a su hermana?

Si alguien se lo sabe, que se calle como un perro, que no vale. Aquellos que realmente traten de acertar la respuesta correcta, devánense los sesos y traten de ser coherentes con la situación, pónganse en el lugar de esa mujer, usen la empatía de la que sean capaces de disponer, y dejen su mejor respuesta como comentario...

La respuesta de verdad y lo que la respuesta dada implica... a continuación...

De todo menos postear

Últimamente he entrado en una dinámica que me está quitando mis momentos de posteo por las tardes, al llegar a casa, con el gato corrigiendo en vivo la ortografía y una taza de café humeando sobre la mesa.

Bueno, en realidad no se trata de una escena tan bucólica (faltaría el café...), pero en cualquier caso, últimamente, digo, no he podido postear como me hubiera gustado. Con más de la mitad del viaje de novios esperando a ser contado al mundo, ha habido una serie de cosas que se ha hecho con ese par de horas libres que me quedan a lo largo del día. Una serie de cosas que han sido:

1.- Perdido por perdidos
Lo admito, la tercera temporada en castellano ha sido la mejor de todas. Mira que no soy de esos que sufren por ver la última temporada de las series aunque sea en subtitulado y de mala manera, pero en este caso, y movido por los comentarios tan favorables, he acabado por ponerme y me he ventilado los 23 capítulos en un par de semanas… y claro, aunque sea sin anuncios, a 40 minutos cada uno, da para quitar tiempo de posteo...

2.- Juegos Varios
Cuando el Virtua Tennis 3 dejó un espacio difícil de llenar por otros juegos, pensé incluso en eliminar el PES6... no lo hice, espoleado por la retirada de medio equipo y el reto de montar de cero otra generación de acaparadores de títulos. Ahora, con el reto más que conseguido, con un equipo joven y que va a mucho más, veo aquellos viejos jugadores salir de nuevo a la arena de los jugadores elegibles. Y claro, esto es como volver a vivir lo mismo... y así me he decidido: el PES6 tiene las horas contadas.

Así pues, me he puesto a probar todos esos juegos que una vez me llamaron la suficiente atención como para guardarlos y que acabaron en el HD externo a la espera de su oportunidad.

Los he probado, esperando encontrar algo que pudiera darme algunas horas de diversión a trozos (poder jugar partidas cortas, misiones o partidos, pero cortas, para pasar UN rato) y a poder ser sin ratón (para no tener que estar encima de la mesa con el ratón enchufado al usb).

Y no me ha valido ninguno. He probado varios de esos tipo snipper, otros de aviones; nada. Pero el peor de todos, la mayor decepción, ha sido el NBA Live 2007. Recordé el del 2004 que tan buenos ratos me dio, y tenía muchas esperanzas en su hermano mayor. Una chusta. Totalmente injugable, con mucha pijada de movimientos más logrados, eso sí, con un modo de uno contra uno muy raro de manejar, y un concurso de mates en el que no fui capaz de adivinar cómo hacer la mitad de los movimientos. Incluso en la escuela de mates, no logré entender cómo narices hacer un puñetero alley-hop...

Así pues, visto que no he encontrado un sustituto acorde con las expectativas requeridas, he acabado por desinstalar el PES6 para reemplazarlo por... el PES7, ¡qué leches! A ver cuándo lo puedo probar… pero 5 gigas ocupa el nene... a ver cómo está crackeado...

3.- Tareas varias
Ocurre que a veces es necesario recuperar entre semana lo que el finde se ha quedado sin hacer. Y entre ellas está hacer el baño, pasar la escoba, colgar o recoger la ropa y alguna que otra sesión de plancha. Y hacer la cena cuando me toca, fregar los cacharros...
Aunque, claro, también en otras tareas menos domésticas y más personales como el intentar poner la aceleración 3D de la ati en el Ubuntu 7.10 que he virtualizado con el VirtualBox y que no he podido todavía conseguir... cagontó...

Y lo que viene, porque si bien he terminado de probar juegos y de ver series compulsivamente (Prison Break 3 no me ha enganchado tanto...), y no sé si voy a dejar por imposible el VirtualBox por una instalación real en otra partición real del portátil lo del 3D y el Compiz Fusion (echar un ojo a Envy para esto...). Pero sí que pretendo implicarme más todavía en la casa, que me toca, y empezar de nuevo en el noble arte del trote cochinero, que no quiero que quede en el olvido.

Y, bueno, postear más a menudo y regularmente...

De aquí, a la eternidad

Ha muerto hoy una gran actriz.

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Efectivamente, ha ido de aquí a la eternidad, sólo por una escena que debería quedar para siempre como la más rompedora de la historia...

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De esas escenas en las que el cura que vigilaba la sala ponía el sombrero delante del proyector para disfrutar en solitario y al amparo de la oscuridad del cine de su propia lujuria.

El Viaje III

En vista de que el post anterior tuvo como hilo conductor la nueva cámara y las aventuras que llevaron a su adquisición y posterior disfrute, pasé por alto una excursión que hicimos a Karlovy Vary.

Decir que es una ciudad que vive de los balnearios de aguas termales que salen de las profundidades de la tierra y salen, en algunos lugares, hasta como géiseres... y, claro, del turismo que ello atrae.

Hay una porrada de hoteles, tiendas, termas, etc donde poder pasar unas cuantas semanas de tratamiento de desintoxicación. Para el que pueda pagarlo, claro, que ya sabemos cómo van los derechos en el capitalismo. Y no es baladí esta reseña al presente de una ciudad que, como el resto del país, vivió previamente una época comunista... siendo previamente no comunista... y antes que eso... buf, bueno, ya vale...

Se nota en toda la arquitectura de la ciudad que los viejos años 20 del siglo pasado hicieron mucha mella y que se han mantenido en un estado excepcional. Balaustradas, fuentes, edificios, todo tiene muchísimo sabor a aristocracia europea de los veinte purgando sus excesos entre baños en las termas y vasos de agua caliente. Sabor que queda modulado por la austeridad de los edificios nuevos venidos en tiempos comunistas, como por ejemplo, en el que se celebra el festival de cine.

Hay un par de edificios así, porque ya digo que los edificios originales siguen en perfecto estado.

La visita fue amena por el simple hecho de ir con guía de habla hispana, de modo que no hizo falta hacer los deberes antes de ir y pudimos disfrutar de las reflexiones de una mujer de cierta edad que nos enseñó lo amargo de sus recuerdos de la era comunista del país.

Entre las cosas que nos comentó, fue la casa de Pedro I (el Grande, el de Rusia), donde dice la leyenda que trabajó como un operario más en su construcción durante todo un día. Y, claro, nos mostró las tiendas donde es mejor comprar; porque es donde me dan comisión debió olvidar.

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La casa es la roja de madera que parece terciopelo


En este sentido la visita del guiri siempre es bienvenida, como en todas partes, de modo que hicimos las compras más básicas:

- Obleas de sabores.
- Jarras para cada uno, típico recuerdo del paso por las diversas fuentes disponibles en la ciudad, cada una a su temperatura y características diferentes.
- Productos de salud obtenidos del agua milagrosa... desde crema para pies hasta árnica.
- Un granate, para celebrar el cumpleaños de Nohe.

Un granate es la piedra típica del lugar, una joya que se engarza en todo lo que el cliente quiera, pero que nos dijeron que lo suyo era ponerlo en plata. Menos mal, si se llega a poner sobre un lecho de diamantes lo llevábamos putas, pero bueno. La compra, con su collar para completar el colgante, creo que merece la pena, por el simbolismo de la misma.

Comimos en un restaurante con mucho aire de local antiguo de altos techos y amplias estancias. La comida, un poco de lo mismo que se ve en todo el país, bien, sin más.

Lo jodido es que Karlovy Vary está a unos 130km de Praga, de modo que te chupas tus buenas horas de autobús (las carreteras, tampoco son extraordinarias). Aunque creo que merece la pena pasarse un día, no más, si se va a la capital para varios días.

No quiero olvidarme de decir que la comunidad rusa es mayoritaria en la ciudad, cosa que se nota, por ejemplo, con la tremenda iglesia ortodoxa existente. Dicen que la restauran cada cinco años para tenerla impoluta.

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Chula por fuera, interesante por dentro


Ah! y el otro día no olvidé recordar preguntar cómo se llamaba el videojuego del primer capítulo de los posts dedicados a la boda... es el NBA on NBC.

El Viaje II

Segundo día en Praga, menuda pateada...

La suerte de estar en el centro de Praga es que puedes dejarte caer por las pendientes como si fueras agua y vas a acabar, casi irremediablemente, en el río Moldava, y de éste, prácticamente sin querer, se da uno de bruces con el puente de Carlos.

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Foto mangada por ahí, como que yo saco fotos así de noche...


Nosotros, desde el hotel, nos dejamos llevar por la pendiente abajo hasta llegar a la estatua de San Venceslao, y de ahí, pasando por las torres, llegamos al puente de Carlos, auténtico monumento a la ingeniería porque, más allá de lo chulo que puede llegar a ser para el visitante, me maravilla que algo de aquellos tiempos siga aún aguantando semejante trajín de gente yendo y viniendo todo el santo día. Porque en el puente hay gente todo el día, y prácticamente lleno en ambos sentidos.

Y del puente, al barrio judío.

Nos quedamos por toda esa zona sin llegar a pasar al otro lado del río, que se quedó para el día siguiente. Y con eso, la reventada fue brutal. Desde primera hora de la mañana hasta las últimas de la noche, dando vueltas, y cuando crees que ya no puedes más, otra pateadita para el hotel... así somos, que quemamos los pies cada día. Bueno, y la tarjeta de 256Mb de la cámara... llena de fotos y algún que otro vídeo todos y cada uno de los días.

Al tercero, reventados ya por todo lo acontecido y con sueño empezando a acumularse por los rincones, íbamos por la calle de siempre, rodeados de sex-shops y casinos, cuando vimos un letrero de una tienda que nos hizo gracia (la gracia es un tema familiar, poco comprensible para el resto del mundo). Con la sana intención de reírnos de un miembro poco afortunado de la familia, traté de sacar la cámara de la funda y...

... el tiempo empieza a ir más despacio cuando la cámara me baila entre las manos, y se acelera increíblemente cuando se me sale de las mismas... y la cámara cae al suelo. Comprobado empíricamente, el tiempo se ve influido por la gravedad... de lo que pueda llegar a pasar...

La cámara se enciende, la pantalla va ok, saco una foto. Plena luz de la mañana y sale el flash... malo... efectivamente, la foto sale con muchísima luz. La cámara cree que hay poca luz de modo que hasta llega a tirar el flash, pero en realidad hay luz... de modo que el cielo sale rosa... jooooodeeeeeer...

Seguimos andando, grabar graba bien, debe ser cosa del apartado de fotos... cagontó...

- Pues habrá que comprar otra, no nos vamos a quedar sin fotos el resto del viaje.- dijo claramente ella.
- A ver donde podemos encontrar una barata.- dijo él.

Y como tocados por la diosa Fortuna, una resplandeciente y preciosa tienda oficial de Sony aparece en la esquina de enfrente... Entramos. Y salimos.

- Joder, qué precios... esto está a precio oficial europeo... aquí no compran los checos ni de coña.
- Pues algo habrá que comprar.
- Sigamos buscando.

Dejándonos llevar por la desesperación apremiante, bajando junto al río, pegandito al Teatro Nacional, algo que nos recuerda al Corte Anglés nos llama con sus cantos de sirena... Parece un gran almacén, pero al entrar, todo está lleno de checos comprando comida...

- Va a ser que no... ESPERA! Allí!

Hay un puesto de tarjetas de memoria, pilas recargables y... cámaras! Tenemos suerte, vemos algunas a precio bastante mejor, pero no del todo convencidos, vemos que allí mismo está el ascensor con un cartel que marca con una X enorme el último piso: CD/DVD/PHOTO/VIDEO/COMPUTER. Al ataque.

Encontramos unas cuantas cámaras en un mostrador y un dependiente que habla "very little english". Finalmente, logramos hacerle entender que nuestra cámara se ha roto (KAPUTT vale en todos los lugares...). Saco la tarjeta y las pilas y le señalo cuál de las cámaras disponibles vale para reutilizarlo todo. Lamentablemente, una Fujitsu no vale, de modo que tiramos por la marca pórrez del lugar, Technika.

- The manual is not in english, but the menu it is.
- Ok.

Sí, es la pega de comprar en Praga, que los manuales vienen en checo, eslovaco, búlgaro y ruso... aunque el menú de la cámara sí que estaba en inglés... y hasta en castellano! TOMA!

La pagamos con la VISA, la probamos en el rellano del ascensor, sentados en las escaleras, y todo correcto, con las pilas, la tarjeta, y hasta la funda.

Así tenemos en casa hoy una cámara checa que saca mejores fotos y vídeos que la vieja, y tiene hasta el Tetris!, sólo por 2999 coronas... algo menos de 100 euros... y anda que no cundió al siguiente día...

Che, qué bueno que viniste

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Hasta la victoria siempre...


Aunque hay quien piensa que en realidad lo bueno fue que te fuiste... aunque, más bien, te fueron...

P.D: Especialmente dedicado a quien gusta de posts cortos ; )

El Viaje I

Decir, antes que nada, que tal vez me faltaba por completar algo como que desfasé hasta el éxtasis con Think, de Aretha Franklin... pero bueno, no he tenido tiempo para hacer los posts más cortos...

El viaje comenzó el propio domingo, cuando salimos hacia Madrid cargados de maletas e ilusiones, con trasbordo en Vitoria para ir en un transporte más adecuado y con conductor.

Pasamos la noche en la capital del imperio y no demasiado temprano por la mañana nos encaminamos a la T4 para salir hacia Praga. El avión, de la Czech Airlines, era pequeño, de configuración de 3x3 (3 sitios, pasillo y tres sitios), y nos tocó muy delante y en ventanilla. Yo me lo pasé como un enano, como en una atracción de feria, mientras Nohe sufría el vértigo del bamboleo propio del despegue. Aunque la cosa se fue calmando gracias a un tipo que completaba el sitio de 3, que era un ejecutivo de Ericsson que iba a Praga a una reunión y que, habiendo vivido hasta en Suecia y con una hija con un novio italiano que vive en París, llevaba como unos 200 vuelos a sus espaldas.

La verdad es que nos tranquilizó mucho y nos fue contando muchas cosas sobre los vuelos, que si esto es normal, que si vibra por las nubes, que si en Iberia no dan ni las gracias, que igual en este vuelo algo sí, etc.

Tras la comida (de avión, claro...), que degustamos con curiosidad, el tipo se puso con su portátil a ver una peli.
- Siempre llevo un par de pelis para estos ratos, mira, total, hora y media me aguanta la batería.

Confirmar que podría utilizar mi portátil en vuelo fue muy interesante para mis propósitos futuros...

La llegada a Praga fue totalmente inesperada, más que nada porque mientras bajábamos, vibrando como una batidora a causa de las nubes, todo estaba nublado hasta unos 50 metros por encima del suelo y cuando quise darme cuenta, salimos de la nubarrada y estábamos aterrizando.

La llegada fue un poco tortuosa, porque nos llevaron a unos cuantos en un microbus y nos repartieron en diversos hoteles. El nuestro, el Prague Centre Plaza, de *** sin pretensiones de aspirar a más, no estaba mal, lo bastante céntrico como para que no mereciera la pena ir a los sitios en transporte público y sí andando... aunque esto hicera que las pateadas fueran realmente kilométricas a lo largo de los días...

La primera noche, nos fuimos a buscar un garito para cenar, y encontramos una especie de tasca muy cool para ser Praga, donde cenamos algo que no supimos realmente diferenciar si no fuera porque la carta estaba traducida al inglés; de sabor, a salsas muy fuertes, como es habitual, que da lo mismo carne que pescao...

También pudimos constatar que el capitalismo ha entrado en Praga como un elefante en una cacharrería, porque uno de sus máximos exponentes allí son la proliferación por doquier de sex-shops, licorerías y casinos abiertos 24x7.

En días sucesivos pudimos constatar otros aspectos de la entrada del sistema occidental en un país ex-comunista y secesionado...

El Bodorrio IV

La silla. Una silla vale que alguien se ponga encima, en cualquier combinación de cantidad y calidad de personas, posturas y poses.

Pues bien, esa silla acabó en el hueco donde habíamos bailado, de cara al público congregado y entregado a todo lo que llevábamos preparando. En esa silla, alguien tenía que sentarse, claro, de modo que, una vez hube quitado una liga de la pierna serpenteante de mi recién estrenada mujer, ésta fue a buscar a la afortunada soltera que iba a ser víctima de las circunstancias... entre las cuales, estaba, una versión de You can leave your hat on... de la banda sonora de Nueve Semanas y Media, que seguro que así les suena más a muchos.

Le tocó a una de sus amigas, salió acompañada de la música y del griterío general, que ya había comprendido que todo esto era para regalar la liga de la novia. Cuando la pierna receptora bailaba sobre la silla (sólo la pierna, no toda ella...), y yo iba a poner la liga en su nueva casa, una mano cortó la trayectoria de las mías.

Resulta que no, que esa liga no iba a ser para esa persona... (así estaba planeado, y ensayado, como que fuéramos a saber qué iba a pasar en nuestra propia boda, no te jode...). Era para otra, a la que fue a buscar ante la sorpresa generalizada y los nervios de las solteras que se creían salvadas de todo ridículo público...

Otra amiga fue la elegida, llegó al centro del protagonismo del momento y recibió la liga y dos besos... ¿y la primera amiga? Pues nada, se le saca la otra liga, la de la otra pierna, y se le pone, junto con otros dos besos y el jolgorio del personal.

Y entonces sí, tras esta otra performance empezó el baile, a eso de las 18:30, con hora límite las 21:00.

Como en aquella canción de Ismael Serrano, vasos, vinos (cubatas, más bien...) y risas, no sé si vomitonas, públicas no al menos, el baile fue estupendo, con gente disfrutando de una agradable elección de música con clásicos de ayer, de hoy y de siempre... algún que otro momento teniente y sobre todo, mucho movimiento. Hablé con unos, con otros, bailé con unas, otras, algún que otro uno también, todo hay que decirlo, y creo que no vi a mi mujer más en un par de flashazos... Realmente, creo que no tengo demasiados recuerdos de haber estado con ella durante el baile...

También, en ese momento, llegaron los de las fotos, que había ido a revelar las fotos de los invitados, y montaron un chiringuito para que cada quien escogiera las fotos que quisiera que le llegasen a casa... a 5 mortadelos cada una.

Hubo tiempo para un par de momentos de esos que los chicos siempre negaremos que ocurrieron y que quedan para el recuerdo particular del novio, se siente...

En cierta ocasión, cuando el diyéi tuvo a bien soltarlo, ocurrió una nueva sorpresa. Supongo que ver que todavía queda un buen trozo de post os lleva a pensar que esta vez no se trata de otro pingüino, así que tranquilos, jejejeje.

El diyéi, decía, hizo caso a nuestras indicaciones de los días previos, y antes de soltar por los altavoces uno de los clásicos de toda boda, hizo una dedicatoria al MVG de la boda, sí, el del altavoz de antes, como referencia a una historia en común de una juerga en la que le enseñó el baile de la canción a Nohemí... sí, hombre/mujer, seguro que te la sabes, uai! em! si! ei! lalilolilolo uai! em! si! eeei!

Qué risas, leche...

Las nueve llegaron mucho antes de lo esperado, y el autobús fue engullendo a casi todos, otros, fueron arrastrados por sus propios vehículos camino de sus casas... nosotros, nos quedamos a ver cuánto nos salía la broma, y a ver cómo la pagábamos... y en qué condiciones.

Fue curioso constatar, en carnes propias, cómo LA PUTA $GA€ se llevó mi pasta, por ser menos del primer límite, ciento y pico euros a los bolsillos de Freddy Flautista, Perro Calé, Ramontxín y cía. ¿Curioso pero inútil?, joder, inútil no sé, pero curioso, poco, menuda leche, no jodas...

Quisimos pagar con la tarjeta de débito, que el día anterior, al sacar la VISA para el viaje, nos dijeron que no tenía límite... Claro que no tiene límite, si es de débito (gilipollas, le faltó decir, pero lo pensó, fijo)...
Pues no sé qué pasó, pero la tarjeta no pasaba, ea, toma, lista, que eres una lista, y no veas cómo me joden a mi las listas... sobre todo cuando no tienen razón...

Lo arreglamos como pudimos y bueno, pues sin más, pero esto podíamos haberlo visto como el primero de los escollos y aventuras que nos esperaban en el viaje...

... pero eso... el lunes...

Ah! y una de las camareras se acercó a nosotros a preguntarnos por los fotógrafos, porque se casa en breve (le hubiéramos dado algo tb, si lo llegamos a saber) y le gustó el detalle de que la gente coja las fotos que quiera y les lleguen a casa.

El Bodorrio III

Ayer nos quedamos justo a punto de dar LA sorpresa de la boda... al entrar al comedor...

Con Gnarls Barkley tronando con su Crazy, toda una declaración de intenciones, levantamos el paraguas que nos tapaba de frente para aparecer con una sonrisa de oreja a oreja y...

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... con una nariz roja de payaso!


Fue todo un puntazo, y que hizo que la gente despertara del posible apalanque de haber estado esperando algo más de una hora mientras estábamos con las fotos... Dimos una vuelta por entre las mesas, saludando a todos y posando para lo que seguramente serán las fotos más chulas de todo el día.

Una vez llegado a la mesa presidencial, donde en realidad no pasamos tanto tiempo, el altavoz que el MVG (most valuable guest...) de la boda se encargó de no olvidarse. Sí, uno de esos que todos llevan ahora en fiestas y que creo que han prohibido o no sé... creo que al menos allí no hubo problemas con el mismo...

Con el cacharro pude salir por encima de las voces y, desde allí arriba, con voz suave y aterciopelada, solté el speech preparado para la ocasión:

- A veeeeeeeeeeeeeeeeeeeer, se me oye? Bueno, ya veis que esto no es una boda normal, desde la improvisación en la iglesia hasta estas narices, porque queremos que sea una celebración, una fiesta, y por eso, ya habréis visto que hay unas bolsas en cada mesa que no podíais abrir. Pues bien, dentro de ellas tenéis varias cosas con las que amenizar la comida y hacer de esto una fiesta para recordar.

Bueno, o algo así... la cosa es que habíamos preparado unas bolsas con narices rojas como las que llevamos nosotros, gafas de Bartolo, gafas con ojos pintados, matasuegras, collares hawaianos, etc... todo un elenco de pijadas bilbainas al servicio de la comunidad.

Hubo un par de líos con las abuelas, que si van aquí, que si van allí, pero bueno, bien, sobre todo porque, visto que la comida iba un poco lenta y estábamos bastante inquietos, empezamos a levantarnos de la mesa y a pasar por el resto de ellas para visitar a la gente y revisar in situ que todo iba bien, que si que tal la comida, que si que tal el vino, que si a ver si se habían puesto las gafas, etc. Fue genial, sobre todo porque todo iba saliendo genial, todo estaba bien... aunque es lo que se siempre se dice en las bodas, supongo, no sé, nunca hay nada malo en las bodas, joder, sólo faltaba...

Al terminar la comida, otra canción nos acompañó en el corte de tarta... una tarta que no es la que se sirve, claro... pero que da el pego... Seguido, pasamos a repartir el ramo de la novia... a nuestra cuñada, reciente cuñada, que no tuvo la oportunidad de recibir uno antes de su boda. Sí, qué pasa, el ramo se lo damos a quien nos sale de... las flores...
Los muñecos se los dimos a una de las muy pocas parejas solteras que había en el lugar... y es que él comparte profesión conmigo, y ella estaba más nerviosa que Marco en El diario de Pancracia...

Par de fotos con cada uno y pasamos al baile... el primer baile de casados, lo que normalmente es un bals, que en este caso, no lo fue... por supuesto...

Esa primera canción, nuestra canción, fue I finally found someone... de la banda sonora de El amor tiene dos caras... y es que, en una época, tuve mis problemas con los números primos, y ella siempre supo que pese a todo, te sientes de puta madre... y qué coño, que la letra pega con el momento nada más y nada menos que perfectamente...

Fue un momento alucinante, en el que los pocos ensayos en el salón de casa dieron todos sus frutos y quedó algo realmente precioso... alguien, de hecho, me confesó que estuvo a punto de soltar alguna lágrima... y que lo negaría ante un tribunal si fuera necesario... La verdad es que fue genial, simplemente, como tuvo que ser.


Este vídeo recoge la esencia de la peli...


Hasta que tuvo que venir el padrino a romper el baile, hombre, leche, pronto empezamos a marcar territorio, jejejeje

Eso parecía que nos iba a llevar al baile propiamente dicho, pero en esta boda, nada fue lo que parecía que tenía que ser, de modo que, en realidad, y llegando al final del post... efectivamente, la novia, ya mi mujer, se encaminó, al son de una nueva canción, decidida a por una silla...

... pero eso, mañana...

El Bodorrio II

Dejábamos ayer la boda a punto de salir de la iglesia y con varios kilos de arroz acechando tras la puerta...

Realmente, aquéllo parecía una banda de chinos a la hora de comer. Y no sólo por el arroz, que no era tres delicias ni nada, sino por la cantidad de tubos de esos que al girarlos por la base echan una traca de serpentinas, papelitos de colores y demás fanfarrias. Vamos que aquello parecía una nochevieja en Pekín, pero de día...

Pero, como he dejado entrever en el post anterior, esta boda iba a ser atípica y la salida de la iglesia era un caramelo demasiado goloso como para dejarlo pasar sin más. De modo que, a la salida, justo cuando los primeros puñados enfilaban la bajada en su parabólica trayectoria, y los papelines de colores embadurnaban el cielo sobre nuestras cabezas, Nohemí abrió el paraguas chino comprado en los chinos y que esta vez paró de todo menos agua.

La estampa, original y muy chula desde fuera por alguna de las fotos que hemos podido ver días después, duró mientras duró la lluvia de objetos, aunque su eficiencia decayó mucho cuando la lluvia pasó a ser horizontal...

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¿Véis el paraguas?... nada que ver...


Tras el baño de papeles y arroz, llegó el baño de multitudes, con todo el mundo acercándose a saludar, dar la enhorabuena, celebrarlo desde ese mismo momento. Hasta me encontré con algunas personas que no esperaba ver (gracias por acercaros) y que saludé de la mejor manera que la vorágine de caras que teníamos frente a nosotros me permitió hacerlo.

Después, las fotos. Teníamos claro que queríamos tener una foto de toda la gente de la boda, al estilo de las viejas fotos de la abuela en la que la familia directa llenaba una instantánea para el recuerdo, o de un equipo de fútbol... americano, con unas 75 personas sonrientes que esperamos volver a ver cuando podamos reírnos con comentarios del tipo joder, este todavía tenía pelo, o mira esta qué delgada estaba, a medida que nosotros mismos nos vayamos alejando de la imagen que tenemos ahora frente al espejo cada mañana.

Unas nubes permitieron que la sesión de fotos, perfectamente organizada, fuese más llevadera, porque el tiempo fue magnífico hasta para esto: seco, pero no del todo soleado.

Aunque a más de uno debió de parecerle una soleada jornada, porque creo que agradecieron poder ir a empezar a disfrutar de la barra libre desde antes de comer mientras nosotros nos quedamos haciendo el reportaje fotográfico y de vídeo. Toda una experiencia, la verdad.

Cuando llegamos al restaurante, saludamos más si cabe a la gente, e incluso a algunas personas que hicieron caso omiso de nuestro deseo de que todos fueran a la ceremonia en la iglesia, y esperamos a que todos hubieran entrado al salón donde se iba a celebrar el banquete.

Porque en la entrada al salón, otra sorpresa se preparaba...

- Venga, tía, termina de ir al baño, que tenéis que estar todos ahí cuando entremos.
- Que sí, que sí, que luego nos vemos y ya hablamos de lo que sea pero ahora todos tenéis que estar ahí dentro, venga, dale, dale...

Un pequeño gesto al diyéi, y una música comenzó a sonar, a tronar, en el comedor... justo cuando, parapetados detrás del paraguas chino, se abrieron las puertas, y entramos al ritmo de la música para dar a los asistentes la siguiente sorpresa...

Pero eso, para mañana...

El bodorrio I

Para comenzar con los posts dedicados a estas tres semanas que he pasado alejado del mundo, o más dentro de él que nunca, según se mire, es inevitable hablar en primer lugar del día en el que comenzó todo: el ocho del nueve del siete.

Ese día, me casé, a las 12:00 horas y con fuerte levante.

Tengo que decir que ese amigo del alma más hermano que otra cosa, pasó mis últimas horas de soltero conmigo. Y vaya cómo las pasamos... porque... alguien puede decir que un par de horas antes de casarse estaba, con dos cojones, echándose una partida a un viejo juego de basket de la play...

No tuvo que ver, pero luego me acordé por cierto asunto de este hecho...

La partida fue tras levantarme, ducharme, ir a la peluquería a adecentarme un poco más de lo habitual y vestirme. El traje tendría para mil palabras, de modo que tal vez otro día ponga una imagen (no me llevé la cámara a mi propia boda, claro... alguna hay, pero prefiero esperar a las buenas).

Al final, con partida y todo, llegamos con el cura (aka pater) a la iglesia casi una hora antes del evento, sobrados, vaya... la primera boda, según el del vídeo, que el novio llega antes que todos los demás... aquí ya empezaba a ser atípica...

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La iglesia protagonista


Llegar tan pronto me valió para recibir a la familia y amigos que no venían en el autobús, de modo que bien... también me valió para, con menos de media hora de tiempo, irme con mi padre a sacarnos una foto en el cartel de llegada al municipio donde tuvo lugar el enlace, GARAY, por aquello del apellido. Sangre fría con poco tiempo que perder.

Con el cura preparado, y el autobús soltando invitados, ya me iba preparando para ver si el coche del padrino me traía a mi mujer. Cuando atisbé en la lejanía que se acercaba, salí escopetado hacia el altar, porque así lo queríamos. La gente gritaba que la esperara fuera, pero de eso nada.

Mientras ponía la música de Enya en el viejo tocata de la iglesia, ella entró, radiante de esplendor, del brazo del padrino. Fue justo entonces cuando recordé que había olvidado algo... el prendido de la solapa... que compartía con el padrino...

Pero no importaba, el traje realmente no necesita de florituras para quedar bien, de modo que este pequeño detalle queda relegado a un bonito adorno que ahora tenemos en casa.

La ceremonia fue muy chula, sin florituras del cura y muy humana, sin que dios tuviera que aparecer más de la cuenta... media hora muy amena.

Durante los votos, no pude evitar, cuando hube terminado mi parte, tomar aire y hacer una referencia improvisada a ese hermoso cuento de las pasiones y virtudes... si el amor es ciego y la locura son sus ojos, quiero la locura de una vida contigo... ella lloró, y dijo su parte.

Con los anillos puestos, firma y todos para fuera. Olvidamos poner a Enya en la salida, pero dio igual.

Esperando la nube de arroz que acechaba a la salida de la iglesia...

... mañana más...

Reentrada

Hoy es el primer día del resto de mi vida. En realidad, todos los son, y no sólo el mío, sino el de todos, de modo que la frase poco tiene de veraz y exactitud, pero es así.

Este es el primer post como hombre casado, tras haber terminado con mi etapa de blogger soltero con uno de los posts más comentados de los últimos tiempos. Gracias a todos los que tuvieron unos minutos que perder para darme un pequeño trozo de alegría. Espero poder daros las gracias personalmente a casi todos y cada uno de vosotros tras un menú del día y un café, con o sin copa y puro, a escoger.

Pero hoy, con todas esas cosas que podrían copar los posts de toda una semana o más, algo sube por encima de todos esos temas y copa el top one de los posibles posts. Algo que, curiosamente, no ha copado tanto los informativos como pensaba durante el fin de semana.

Será que en realidad la noticia ocurre cuando gana... y no cuando pierde, como pasa con el Real Mandril... que siempre es noticia...

Y es que, este fin de semana, Fernandito Qué bueno soy Alonso, se ha escoñado en la carrera mientras veía cómo su rival, su enemigo en casa, ese sobre quien hacían bromas en CQC al inicio de la temporada, Lewis Luis Hamilton, se llevaba el primer puesto y ponde nuevo 12 puntos de distancia en el mundial a falta de dos carreras.

Con todo lo ocurrido a lo largo de una temporada de F1 en la que he estado más pendiente que nunca (qué remedio, con los deportes de T5 siendo un monólogo del calvo...), la noticia es que Alonso acabe ganando contra los elementos y a base de eso por lo que algunos intentaban sacar adelantes sus proyectos políticos, de modo que cuando pierde, ocurre como en la final del europeo de basket...

Aunque, en realidad, todavía no puedo vender la piel del oso, porque no se ha acabado todavía y no ha cantado la gorda... pero qué narices, como anti-Alonsista convencido y acérrimo seguidor de un Hamilton que seguro que acaba haciéndose igual de gilipollas, si no lo es ya, me regocijo ante lo que ha sido un fin de semana casi redondo...

¿Qué habría hecho falta para que lo fuera completamente? Bueno, palmó el Atzetik en Villarreal, pero cascó mi Depor... ¿qué habría hecho falta? Joder, que Alonso se hubiera llevado por delante al calvo de T5 cuando notó que el culo se le iba un poco de atrás...