Oh, balance, balance!

No, no se trata de empezar a cantar, que creo que ya no tengo edad para presentarme a ningún casting de algún conocido concurso televisivo. Si alguien no sabe de lo que estoy hablando, ¡qué suerte tiene! Ánimo, sigue así.

Quería hablar (otra vez, y si se me permite) de mi actividad de gimnasio favorita, el body balance, y, sobre todo, de sus beneficios, que poco a poco voy notando.

Tampoco es que lleve demasiado tiempo, al fin y al cabo son sólo unos 6 meses ya, y me pierdo la sesión de los viernes, de modo que en realidad debería de estar notando los dos tercios de las consecuencias de semejante actividad.

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En medio del Saludo al Sol


Lo que más he notado es el tono físico en general, que en realidad no es consecuencia del balance, no al menos de ello sólo, sino de todo lo demás que también hago. Ya no me falta el resuello a la mínima, aguanto corriendo más tiempo y a mayor ritmo y que quieras que no, empiezo a notar algo debajo de la capa de natillas que se acumulaba alrededor del ombligo... y oye, ¡que la propia capa parece ir desapareciendo!

Y es que también estoy notando que me están saliendo bultos donde no pensaba que podrían salirme (también Michael Jordan tenía músculos donde no los tiene nadie más) y me estoy poniendo más apretao. Aunque parece que el resto de los mortales con los que me relaciono parece no notarlo en exceso, la que me importa que lo note sí que lo está notando, así que me alegro doblemente. También con esto ocurre que no es sólo por el balance, pero seguro que mucho tiene que ver, que también me estoy agujetando por la parte de ejercicios de fuerza.

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Esto a mí me sale de la leche


Lo que sí que seguro tiene que ver con el balance en exclusividad es la elasticidad que he ganado en los últimos tiempos. Una vez leí que la vejez tiene que ver con la distancia que existe entre el cuerpo y los pies. No es que vayamos creciendo a medida que nos vamos haciendo viejos (eso sólo pasa en la adolescencia, pero se pasa y al final nos vamos encogiendo), sino que a medida que la inactividad y los buenos alimentos (a veces demasiado buenos) se van acumulando en cualquier región (incluida la lumbar), nos va costando cada vez más tocarnos los dedos de los pies con las manos. Para el/la que quiera hacer la prueba, no importa estirar las piernas o no, aunque lo suyo es tener las piernas estiradas. Yo hace unos meses no llegaba ni a un palmo de los pies, y ahora resulta que puedo agarrarme los dedos de los pies dejando todos los dedos de la mano por debajo de los dedos de los pies. Me siento particularmente orgulloso de hacer estiramientos que ni soñé con poder hacer. ¡Y lo mejor es que hay chicas que se estiran menos que yo!

Ahora me gustaría encontrarme con la profesora de gimnasia que nos reprochaba a los chicos que no nos estiráramos como las chicas...

En fin.

Otra de las cosas buenas que voy notando es que cada vez hago mejor las torsiones. Es como un estiramiento, pero en lugar de poner a prueba los tendones, se pone a prueba lo que se puedes girar el tronco hacia un lado y al otro, o arquear la espalda, cosas así. Parece una tontada, pero puedo pasarme la mano por detrás de la espalda de modo que el torso de la mano queda sobresaliendo del michelín opuesto.

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Esto es una torsión


También se hacen cosas de equilibrio. Sobre un pie, se hacen movimientos varios intentado mantener el equilibrio sobre el pie de apoyo. Al principio reconozco que me costaba muchísimo, pero ahora hago el árbol, la estrella y el medio loto con una facilidad pasmosa, oiga. También es cierto que aún tengo posiciones que mejorar mucho, pero en general creo que voy aprobando.

Además, he aprendido a respirar. - Vaya una cosa, yo respiro desde pequeñito/a. - ya, pero es que yo respiro durante toda la sesión de balance manteniendo el ritmo y siempre por la nariz. Puede parecer otra tontada, pero no suelo necesitar abrir la boca para mantener el ritmo; por muy dura que se esté poniendo la cosa (a ver que pensamos, eh?) y por mucho que esté sudando, suelo poder mantener la respiración por la nariz.

De todos modos, lo mejor de todo es que he encontrado algo de lo que parece que no me voy a cansar y que además me sigue ilusionando como el primer día. Y como encima voy notando los efectos positivos que ejerce sobre los años de inapetencia deportiva que he acumulado, pues ya apaga y vámonos.

Lo que no comprendo es por qué parece estar pensado para mujeres... ¿discriminación en el siglo XXI? Gracias al componente mental del balance, simplemente, me da igual, ala.

P.D: NO soy nadie de las fotos, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, aunque esas poses también las hago yo.

P.D.2: Gracias a Rivers por su explicación, me ha quedado todo muy claro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

querido caballero bodybalance no tiene sexo es un buen ejercicio para cualquier persona ademas de salir relajado aprendemos a concentrarns en el movimiento y al ritmo de la musica suerte y que tus torciones sean magnificas.practicando bbalance mejoras como ser humano .

Gorka dijo...

Anónimo, kutu, en su tiempo, quiso hacer una gracieta a cuenta del post, sin maldad ninguna, quiero creer.

Hoy en día es posible que también haya hecho body balance alguna vez, cosa que, por desgracia, hace tiempo que no puedo practicar.

En cualquier caso, gracias por este postrero comentario, se le alegra un poco el día a uno viendo comentarios tres años después :D

Salu2